sábado, 14 de agosto de 2010

Poesías Completas (4)

PERSONA

Persona,
si es que asumes esa dignidad
vapuleada,
si crees aún que el hombre
ama y goza
sin remordimiento,
si deshaces tu armadura …

Quieta,
no se te vaya a escapar
la pureza,
no fueras a malgastar
la sonrisa,
aletargada bajo un llanto
impotente.

Y detente,
porque sin valor la vida
desaparece,
porque se ha negado las verdad,
y las yemas
no han brotado caminos
para ir …
Pero óyeme:
bebe el caldo envenenado
de juventud,
o sufre las mismas llagas
que otras almas,
y únete a la conciencia humana,
despertando
a una lucha perenne
por el futuro.




SI ESPERARA YO EL MOMENTO DE VENGARME

Si esperara yo el momento de vengarme,
si olvidara mi vida suicidada
desde que olí la peste de esclavitud,
desde que supe mi inútil esfuerzo
para adornar las cenizas vagabundas,
para relevar a autómatas sin destino
cuando ya la libertad pareció burla,
cuando la igualdad no pudo retornar …

sería un absurdo sumar la esperanza,
y una lacra lamentable el egoísmo
que me impide cantar la belleza,
que vence a mi puño desmoronado
sin tender engaños a la verdad,
sin querer renunciar al desastre
de seres que no pueden mostrar una sonrisa,
de almas que no se liberan en dioses.

Si esperara yo el momento de vengarnos,
si rescatara mi vida suicidada
en tanta impotencia acumulada,
en tanta opresión que inflama el aire
y no inyecta de luces la noche,
sólo empaña los ojos de vergüenza
por una andadura no solicitada,
por un confuso exterior atrayéndome …

fuera yo loco hacia la plenitud,
fuera yo a repartir amor intenso
o a engrasar la pista hacia la paz,
hilando la madeja del futuro.




AYER TOME DE UNA FUENTE

Ayer tomé de una fuente
el milagro de absorber el infinito,
en tanto brotaban flores
como manos de victoria,
espíritus envueltos de paraísos
rugían en sus cuerpos liberados.

Y hundí mi retina
destapando malabarismos de lo eterno,
tras soñar en lo fantástico
y reír de nuestra fugacidad,
agotando la vida
en una tromba de sensaciones.

Pero, hoy, detengo la emoción,
me arrebata el razonamiento,
tercas dudas asfixian
mi enmohecido realismo:
la verdad de nuestra condena
a presenciar el purgatorio.




ESE FRUTO EXTRAÑO DEL PLACER


Hoy, ese fruto extraño del placer
está musicando,
imaginando quejidos
a los párpados lacios,
a los dientes desvanecidos;
mientras, dulces manos
corretean por el césped
de cuerpos que tiemblan,
rebotan, mueren
al sopor maravilloso,
al ansia desatada
de barrotes de crema
y columnas de saliva.

Se está ahondando
en los restos del impulso,
como en un tarro de miel
lavada por hormigas,
y algo casi completo,
como la mar turbulenta,
es este grito loco
que sigue desnudando,
revelando del amor
más allá del puro gozo,
por tanto vicio acumulado,
quizá sucio de gula,
turbio de nostalgia
o espeso por ceguera.

Y este placer afortunado,
limpio cual un cielo
salpicado de nubes blancas,
es lo que de la vida
ha tamizado la verdad:
la verdad escondida
de nuestro cuerpo adherido
a un ser irresistible,
para formar el perfil perfecto,
la idea indiscutible,
la visión fabulosa,
el lenguaje depurado,
el acto espontáneo,
la fuerza inagotable
y la risa inmutable …

Entonces, ¿ qué tropiezo,
qué error no será triunfo,
qué caída no será vuelo,
qué espera no será eternidad
de laureles escogidos
para degustar sin prisa,
qué vicio no será símbolo
de un amor en abuso ?

Y, ¿ qué mirada no será adoración,
qué caricia no será un rezo
para reventar el grito,
invencible, de la libido ?





LIBERTAD PARA SER LIBRE

Amanece cada segundo,
cantan todos los árboles,
se disuelven las rocas,
la Luna está con nosotros.

He mudado la piel … y
voy forzando el ritmo;
he pasado la ciénaga … y
voy sembrando flores.

Ha reído mi venganza:
se ha vuelto humanidad;
ha hablado el tiempo:
se ha interpuesto el amor.

Hemos ganado la vida, sí,
pongo rumbo al horizonte;
hemos roto el silencio, sí,
tengo el grito en mi boca.

Tierras que recojan este sudor,
ojos que me rocen el cuello,
amor que nunca muera,
libertad para ser libre.

Habemos dos en búsqueda
de dos vidas en una;
tenemos dos respuestas
a la razón de vivir:
amor y libertad.





EMPEQUEÑECIMIENTOS


E l agua es una joya en el desierto
El aire es vida donde sólo hay gases
El miedo es lanza ante la confianza
El hombre es monstruo para la hormiga
El cielo parece morir a quien es preso
El amor es lápida para la soledad
El ciego es un hechicero de los sonidos
El dolor mide el valor de lo sano
El tiempo es juguete teórico del feto
El sentimiento es causado por lo desconocido
El mar padece un torbellino de orgullo
El amigo es quien invita al reposo en compañía
El poder son hilos trenzados por el pueblo
El alma es yunque para forjar la razón
El odio es un engendro de la soberbia
El culo es un basurero escondido
El arte es resultado del fino egoísmo
El hambre es un parásito del honrado
El futuro sale de una costilla del usurero
La muerte es la desembocadura de la esterilidad
La muerte dejará de ser sólo una opción
La muerte al fin de la muerte es vida





(Poema incluido en el libro "Apuntes de una juventud" 1978)


Ya es tarde para creer
que podemos forjarnos
lo que anhelamos
y no conseguimos.

Es hora de inventar
y conseguir algo distinto,
por más que fracase todo
y haya que empezar de nuevo.

Así nos damos cuenta
de que eso va formando la vida,
de fracasos, de predicciones,
de ciertos éxitos encubiertos.

Pero la máquina del mundo
es más antigua que todo,
que nuestra existencia,
que nuestra muerte.

Es demasiado potente
como para que intentemos
cambiarla y renovarla
en una sola vida.





(Poema incluido en el libro "Palabras" 1979)


Hay un ser que revolotea cada vez que doy un paso.
Hay un ser que chilla cada vez que doy un salto.
Hay alguien que muere cada vez que abro la boca.
Hay por cada segundo de mi vida un grano de arena
que estuvo sobre mi mano, un destino distinto
por cada cabello que intento arrancarme.

Hay una mirada furiosa por cada palabra que digo,
toda una masa heterogénea de política
por cada diminuto aspecto de mi ser.
Hay una mirada esperándome por cada sitio por el que paso,
un beso en el futuro por cada parte de mí que crece.
Hay un hombre acechando por cada mujer que veo,
una muerte en cada casa que penetro.

Hay un pasado por cada pensamiento, un olor por cada gesto,
un sentimiento por cada aroma, un sabor por cada mirada.
Hay un animal por cada flor, una huella por cada piedra,
un sol por cada nube, un licor por cada música.
Hay un latido por cada sentimiento, un gas por cada cerebro,
un sedal por cada pez que quiera tragarlo.

Hay un pesar en cada parpadeo, una espada clavada
en cada pulmón, una bala en el aire por cada moneda.
Hay una carretera por cada religión,
una mujer que ha existido por cada célula de mi cuerpo.
Hay un gruñido animal por cada palabra humana,
un pañuelo por cada lágrima, un ojo por cada mano,
una pila de ceniza por cada hombre.

Hay un nuevo odio cada vez que un niño nace,
un nuevo atuendo por cada nueva máquina,
una tierra sin conquistar en la ilusión de cada hombre.
Hay algo que muere por cada minuto perdido,
una medalla perdida en cada partida ganada.
Pago un tributo por cada incomprensión,
obtengo un éxito en cada puñado de indecisiones,
espero la muerte cada vez que cierro los ojos,
hay una mota de polvo por cada molécula de sangre.

Sé de la ola que llega sin ninguna basura,
del viento que viene de lugares en los que nunca se habitó.
Sé del polen que se posa en mi sin germinar.
Sé del suspiro oculto, del amor vacío, del fracaso.
Sé de la soledad porque no estoy completo en mí.
Sé del mar, del lago, del cielo, del horizonte,
de los pájaros que anidan en mí.
Conozco a todos los hombres, pero sólo en cuanto broten de mí.





DESDE MI CAMA, LO QUE SE VE


Mujer, tu cara tersa se contrae
para expulsar el humo gris
y vacilante del cigarrillo.
Has cerrado los ojos,
tumbada boca arriba en la arena
dejas a tu derecha el mar, tranquilo;
y más allá una bruma,
como estela de cohete
deja su rostro blanco
solitario en el cielo azul.

Estoy a tu izquierda, y te miro:
veo tu perfil, y una sombra me define
lo que son tus labios, tu nariz, tus ojos.
Esa agua irreal y verde
que se torna espumosa en la playa
me inquieta, pienso en tu soledad;
y en la mía, desde mi cama,
adormilado veo esa estampa,
que jamás cambiará de forma
ni oscurecerá el cielo su brillo,
ni habrá lluvia en tu cuerpo
ni moverás un solo átomo,
porque te quiero así, permanente
y siempre parte de mi cobijo.

Tu mirada confundida y alterada,
tu cabello enredado en todo,
sólo tu rostro desnudo
te hace totalmente desnuda.
Hay reflejos de sol en tu frente,
palabras en esa expresión callada,
veo cosas en ti que no quisieras que viera.
No deseas que te tenga ante mis ojos,
quieres moverte y pasear.

Pero te tengo aquí presa,
aislada de todo lo demás
para disfrutar solo yo de ti.
Estás cautiva y rebelde
pero no dejo que te muevas;
entiendo que me odies
por que no puedes verme,
porque no sabes de mi existencia,
porque solo yo puedo mirarte.

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