miércoles, 19 de octubre de 2011

De "Mil Vías hacia la Tranquilidad", por David Baird. (2)

Gracias a Liptuán, su interés me ha llevado a repasar un poco este "librito" de bolsillo de 460 páginas. En la contraportada avisa: "Un libro indispensable, una refrescante aproximación a la sabiduría tradicional, que ofrece mil pensamientos sabios, ingeniosos e inspiradores para alcanzar la tranquilidad. El perfecto compañero en el siglo XXI". La verdad es que a veces parece que la mano va sola para abrir el mensaje más adecuado al momento. Además trata la Calma, la Paciencia, el Contento, la Percepción, la Paz y la Tranquilidad perdida. Una joya de 11 x 11 x 3 cms. (La de la foto es mi hija, este verano en la Barrosa).













¿Qué es la tranquilidad, y dónde encontraremos esa pequeña puerta en el jardín que nos lleva a ella? La buscamos frenéticamente y nunca la encontramos.

Los tontos se quejan, condenan y critican. La tranquilidad pertenece a aquellos capaces de elogiar en los demás lo que hacen bien.

La tranquilidad está más allá de la forma, no puede atraparse ni sujetarse. Está más allá del sonido pero quizá dentro de él, y sin embargo no puede ser oída. No puede verse, y sin embargo está en todo lo que vemos.

Al alma tranquila le es concedido el poder de maravillarse, el de la curiosidad y el del placer. Cree en ti mismo y todo ello vendrá.

La tranquilidad se alcanza en cuanto somos capaces de aceptar que es poco probable que la vida vaya tal y como la planeamos.

La tranquilidad se puede alcanzar simplemente permitiendo que la mente se calme.

La traquilidad no se crea. Ya existe en nosotros. Simplemente perdemos el contacto con ella.

Un momento de tranquilidad puede aliviar una vida de confusión.

Nuestra tranquilidad y nuestra felicidad dependen de nosotros mismos.

A veces, cuando estamos demasiado centrados en nosotros mismos y en la confusión en que estamos inmersos, la tranquilidad nos evita y tenemos que desviar momentáneamente la atención de nosotros mismos.



La tranquilidad es un sentimiento, no un pensamiento. Hay que intentar sentir, y no pensar en el sentimiento.

Hay un tipo de tranquilidad en la gratitud con la que recibimos a la vida, y todo lo que contiene.

En esta vida, rara vez somos libres. Nos dejamos convertir en esclavos de la moda, de la imagen, de los pensamientos y de las sensaciones. No son más que obstáculos al flujo de nuestro proceso de reflexión natural.


No hay nada mejor que descansar después de no hacer nada, la pereza es descansar antes de no hacer nada. (Esta frase es hechizante)

Vive en armonía con la Naturaleza, no nades siempre contracorriente… en ella no hay miedo, no hay odio, no hay envidia, y sin temor, odio ni envidia el corazón puede estar tranquilo.



6 comentarios:

  1. Muy buena entrada, Manu. Creo que todos estamos un poco falta de tranquilidad y sosiego. Vivimos a la carrera, sin tiempo para nosotros. Y esto a mi forma de entender las cosas, es un gran error. los años pasan volando y cuando nos demos cuenta, ¿qué nos vamos a llevar de esta vida? Tomo buena nota de esta buena reflexión:

    "Vive en armonía con la Naturaleza, no nades siempre contracorriente… en ella no hay miedo, no hay odio, no hay envidia, y sin temor, odio ni envidia el corazón puede estar tranquilo."

    Muy bonita la foto de tu hija.

    Un gran abrazo, amigo.

    ResponderEliminar
  2. Muy bonita e inspiradora la imagen de tu hija. También con ella se respira tranquilidad. Tomo nota de todas las frases aunque para ello tenga que copiarlas :-)
    Un beso madrileño que va a Sevilla en un plis plas

    ResponderEliminar
  3. ¿Cómo conseguir la tranquilidad? Mediante la consciencia, nuestro saber hacer o bien a través de un aprendizaje forzoso? Cuando llegue, bienvenida sea...que anch@ se queda un@...
    Saludos, Manuel!

    P.D. Muy guapa tu hija y la foto.

    ResponderEliminar
  4. Gracias a tod@s!

    Gloria, algo tan sencillo como la armonía y vivir el momento presente, pero aceptar que no vaya tal como lo planeamos.

    Desde luego, Marmopi, mi hija ahora parece que ha madurado algo con los palos, y !acaba de aprobar el carnet de conducir!

    Gloriana, nos dice: La traquilidad no se crea. Ya existe en nosotros, se puede alcanzar simplemente permitiendo que la mente se calme...
    y... hay un tipo de tranquilidad en la gratitud con la que recibimos a la vida, y todo lo que contiene.

    No creo que el autor e refiera a la tranquilidad de modo absoluto como algo a alcanzar, sino de redescubrirla al parar la mente y los pensamientos.

    Hasta luego!

    ResponderEliminar
  5. Sí, estoy de acuerdo en que la tranquilidad existe ya en nosotros al nacer...pero la perdemos después al crecer a través de nuestra educación y de nuestras experiencias. Años más tarde la necesitamos (yo por lo menos), y entonces sí creo que tenemos que aprender a alcanzarla de nuevo.

    ResponderEliminar
  6. Es lo que debemos hacer cuando las cosas se complican, Gloriana, pararnos, saber que la tranquilidad está ahí al alcance, respirar profundo y mirar al cielo unos minutos...

    ResponderEliminar