viernes, 21 de febrero de 2014

Frases y Pensamientos Malditos

El más ponzoñoso dardo con que el escepticismo puede atravesar el corazón del hombre es decirle que no hay otra vida más allá de la presente en otro estado, con posibilidades de ulterior progreso, que perfeccione su actual naturaleza. 
THOMAS BROWNE





La división de las cosas en materia y espíritu es filosóficamente inexacta, y conviene diferenciarlas en voluntad y manifestación, con la ventaja de espiritualizar todas las cosas, pues lo real y objetivo, los cuerpos y la materia, los consideramos como manifestación dimanante de la voluntad. 
KANT


Aún en los más apartados confines de la historia, descubrimos desde un principio el divino don de la vigorosa y razonable inteligencia, de suerte que es imposible sostener que la raza humana haya surgido lentamente de las profundidades de la brutalidad animal. 
MAX MULLER


De extraña condición es la inteligencia humana, pues antes de alcanzar la verdad parece como si necesitara obstinarse durante largo tiempo en el error. 
MAGENDIE


¡Orgullo! Cuando la razón desfallezca, acude en nuestro auxilio y llena hasta los bordes el enorme vacío de la mente. 
POPE


No califiques de locura aquello de que han probado no saber nada.
TERTULIANO


No acepto sin reservas la opinión de ningún hombre, vivo o muerto. 
H. GREELEY


La mente no basta por sí sola para abarcar lo espiritual. De la misma manera que el sol ofusca la luz de una llama, así el espíritu ofusca la luz de la mente.
HOWITT



La gravitación de una piedra es tan inexplicable como el pensamiento en el cerebro humano. Si no sabemos por qué cae al suelo un objeto material, tampoco sabemos si este objeto es capaz o no de pensar… Tan pronto como pasamos de lo experimental a lo especulativo, de lo físico a lo metafísico, nos atajan al paso las enigmáticas fuerzas de cohesión, afinidad, gravitación, etc., cuyo misterio es para nuestros sentidos tan profundo como la voluntad y el pensamiento humanos. Nuestra razón y nuestros sentidos solo son capaces de conocer lo superficial, pero jamás penetrarán en la última substancia de las cosas. 
SCHOPENHAUER


La creencia en lo sobrenatural se ha manifestado espontáneamente desde un principio en todos los pueblos de la raza humana. La incredulidad en lo sobrenatural conduce al materialismo, el materialismo a la sensualidad, y la sensualidad a las catástrofes sociales, entre cuyas convulsiones aprende el hombre otra vez a crecer y orar. 
GUIZOT


Las más potentes almas perciben intuitivamente la verdad y son de más ingeniosa índole. Estas almas se salvan por su propio esfuerzo. 
PROCLO


La fe ha de ser la corroboradora de la imaginación, pues por la fe se establece la voluntad... En  todas las obras mágicas, es requisito indispensable la firmeza de voluntad. Las artes no tienen reglas fijas y ciertas, porque los hombres no saben imaginar ni creer en el resultado eficaz de lo que imaginan. 
PARACELSO


Puesto que el alma evoluciona perpetuamente y en determinado tiempo pasa a través de todas las cosas, se ve luego precisada a retroceder por el mismo camino y a proceder en el mismo orden de generación en el mundo, porque tantas cuantas veces se repiten las causas, otras tantas han de repetirse los efectos. 
FICIN



La luz astral, en el momento de la concepción, se transforma en luz humana, de que se reviste el alma como de primer envoltorio y, combinada con los más sutiles fluidos, forma el cuerpo etéreo, que ya no se desprende por completo del cuerpo hasta el momento de la muerte. 
ELIPHAS LEVI


Sin un fin peculiar es el estudio artificiosa frivolidad de la mente. 
YOUNG


Empezamos las investigaciones en donde las modernas conjeturas pliegan sus engañosas alas. Y con nosotros están los elementos científicos que los sabios del día desdeñan por quiméricos o con prevención los miran como arcanos insondables. 
El espejo del alma no puede reflejar a la vez la tierra y el cielo. La tierra desaparece de la superficie luego que el cielo se retrata en el fondo.
BULWER


Millones de seres espirituales recorren la tierra y no les vemos, ni cuando estamos dormidos ni cuando estamos despiertos.  MILTON




Nuestro más arduo negocio es redimirnos de la esclavitud de la vida senciente y vencer los titánicos elementos de nuestra naturaleza carnal por medio de la divina. 
CICERÓN


La química llegó en tiempos antiguos a una altura no alcanzada ni siquiera bordeada por nosotros. 
WENDELL


Los conocimientos científicos de los primitivos tiempos de la sociedad humana eran mucho mayores de lo que los modernos suponen, pero estaban cuidadosamente velados en los templos a los ojos del vulgo y tan solo a disposición de los sacerdotes. 
A. THOMSON


El testimonio de la existencia del espíritu es inasequible en las condiciones de la vida terrena, puesto que escapa a toda experimentación, y por numerosas que sean sus pruebas, no cabe esperanza de hallarlas. Nuestro fracaso en este empeño no es seguramente de valor contra la existencia del espíritu. En este concepto, la creencia en la vida futura carece de base científica, porque en manera alguna la necesita, ni es posible someterla a la crítica de los científicos. 
FISK


La voluntad es la potencia capital y superior de todas. La voluntad del creador puso en movimiento todas las cosas. La voluntad es atributo de todas las entidades espirituales y se desenvuelve con tanta mayor actividad cuanto más libre está de la materia. 
VAN HELMONT



¿Por qué esta placentera esperanza, este hondo deseo, este ardiente anhelo de espiritualidad? ¿Por qué el secreto temor, el íntimo espanto de caer en la nada? ¿Por qué se encoge el alma en sí misma y tiembla a la sola idea de aniquilación? Es la divinidad que en nuestro interior se agita. Es el cielo que señala nuestro porvenir y revela la inmortalidad del hombre. ¡Oh, eternidad, encantadora y pavorosa idea!
ADDISON


Al tratar de la fe, como ésta no es en esencia sino cosa de voluntad, no de razón, como creer es querer creer, y creer en Dios ante todo y sobre todo es querer que le haya. Y así, creer en la inmortalidad del alma es querer que el hombre sea inmortal, pero quererlo con tanta fuerza que esta querencia, atropellando a la razón, pase sobre ella
No comprendo a los hombres que me dicen que nunca les atormenta la perspectiva de allende la muerte, ni el anonadamiento propio les inquieta; y por mi parte no quiero poner paz entre mi corazón y mi cabeza, entre mi fe y mi razón; quiero más bien que se peleen entre sí. En una palabra, que con razón, sin razón o contra ella, no me da la gana morirme. Y cuando al fin me muera, si es del todo, no me habré muerto yo, esto es, no me habré dejado morir, sino que me habrá matado el destino humano. Como no llegue a perder la cabeza, o mejor aún que la cabeza, el corazón, yo no dimito de la vida, se me destituirá de ella.
UNAMUNO

Si alguien no cree en estas cosas, guarde para sí su opinión y no contradiga a quienes por ellas se ven inclinados a la práctica de la virtud. 

JOSEFO


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