Perlas varias
Me parece oportuno distinguir entre libertad subjetiva y libertad objetiva. Si como libertad objetiva entendemos su posibilidad en un entorno social es evidente que nunca será completa, no somos autosuficientes, necesitamos de los otros; la libertad de expresión, de acción, de ubicación en el mundo, de ir y venir, está supeditada de forma indisoluble con la de los demás, las acciones de uno repercuten en todos. Luego la libertad objetiva sería la suma de libertades individuales destinadas a alcanzar un orden social justo e igualitario, donde no haya ricos ni pobres, amos y esclavos, ni superiores ni inferiores. Mi libertad no comienza donde acaba la tuya, no puedo alcanzarla sin ti, no puedo sentime libre si estoy rodeado de personas encadenadas.Pero la libertad subjetiva, interior, sí es posible. Empieza a serlo cuando me responsabilizo de mi vida, cuando me adueño de mi futuro y, siguiendo a Jorge Bucay, cuando me concedo el permiso de estar y de ser quien soy, de decir lo que siento, de pensar lo que pienso, el derecho de decirlo o callarlo, sin esperar a que los demás me lo concedan. Para ello debemos reconocer quién somos realmente, rastrear dentro hasta encontrar nuestra esencia inmutable, parando la mente.
Recuerdo ahora una caso que cuenta el investigador sobre la espiritualidad oriental Ramiro A. Calle: ”Un día, en un ashram, se congregaba el guru con sus discípulos y estos le preguntaron: maestro, ¿qué tenemos que hacer para conseguir la iluminación? Y aquel les respondíó: haced como yo, cuando quiero comer, como, cuando quiero hablar, hablo, cuando quiero dormir, duermo, y cuando quiero morir, muero… y se murió en ese mismo momento”.
Creo que el dinero es la principal causa de la infelicidad del ser humano. La sociedad basada en el dinero sólo crea discriminación y desigualdad, ambición y pobreza, tanto material como espiritual. No por ser una utopía dejo de pensar en ello. Actualmente hay muchos pueblos de raíces ancestrales que están abandonando el dinero y volviendo al más equitativo y justo trueque. Incluso muchas personas del mundo desarrollado han adoptado ese estilo de vida, en contra de toda la tradición que desembocó en el capitalismo, el único gran y verdadero problema del mundo.
Todos tenemos derecho a rectificar cuando nos saltamos las reglas del juego.
No debemos condenar ni expulsar sin ofrecer la mano abierta para restablecer la paz.
Es difícil mantener presas a las ideas, mezcladas con emociones, recuerdos, estado anímico en general, hasta que explotan sin poder evitarlo, descargando todo el peso en una sola persona. Sabemos las reglas, pero somos humanos y las olvidamos a veces
¿Alguno de ustedes ha hecho el camino acompañando a una hermandad? Yo lo hice un año en plan reportaje fotográfico, y por supuesto antes pensaba que la diversión era lo único que importaba. Esa idea cambió rotundamente, hay gente con una fe incondicional, con peticiones y promesas a su Virgen, y demostraciones hasta el fanatismo. Diría de todas formas que sólo una minoría lo siente como una verdadera peregrinación de fe, y se escandalizan de lo que después ocurre en la aldea, con lo que hacen el camino, visitan a la Virgen y regresan a casa. Conozco algunos, no beben alcohol ni saben bailar, van a pie todo el tiempo a más de 30 grados en una polvareda tremenda mientras cantan y rezan. Verdaderamente indescriptible es la misa de romeros que se celebra justo antes de amanecer, sólo con la luz de las velas se oye la Salve. No soy creyente ni en dioses ni en imágenes aparecidas de santos, pero la devoción y pureza que desbordan algunos tiene todo el valor necesario como para minimizar la parafernalia que se monta a su alrededor. No podemos negar a la ligera las experiencias de carácter místico personales de ese pequeño porcentaje por que existan excesos del resto que manchen su credibilidad. Es como juzgar a Jesús analizando nada más que el comportamiento del cristianismo posterior. ¿Qué culpa tenía él?
Lo que se constata es que el culto a lo físico y a los placeres sin más está dinamitando cualquier escala de valores actual, y se llegue a confundir vivir el presente y la maravilla de la vida como única cosa a considerar, los caballos se desbocan, perdemos las riendas, y coche y cochero se precipitan en un abismo donde quizá ya no podamos encontrar nuestro verdadero yo.
!Bienvenidas las desavenencias, ellas son el germen de nuestro progreso! !Bienvenidas las malinterpretaciones, porque ellas nos amplian muchas veces nuestra estrechez de miras! !Bienvenida la disputa sana, el despertar de emociones y sentimientos, el que nos fuercen a ser nosotros mismos!
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viernes, 17 de diciembre de 2010
martes, 14 de diciembre de 2010
Sobre Genética y sus repercusiones
Una comparación del ADN mitocondrial de distintas etnias de diferentes regiones, sugiere que todas las secuencias de este ADN tienen envoltura molecular en una secuencia ancestral común. Asumiendo que el genoma mitocondrial sólo se puede obtener de la madre, estos hallazgos implicarían que todos los seres humanos descienden en última instancia de una sola mujer, cuando ya habrían existido los primeros y más primitivos Homo sapiens, tales como el "Homo sapiens idaltu".
Se sabe de esta Eva a causa del genoma contenido en las mitocondrias (orgánulo presente en todas las células) que sólo se transmite de la madre a la prole. Cada mitocondria contiene ADN mitocondrial, y la comparación de las secuencias de este ADN revela una filogenia molecular. Aunque no se puede descartar que la Eva mitocondrial haya sido el único ancestro femenino que vivió en su época, es probable que haya habido mujeres anteriores a la Eva mitocondrial y también otras pertenecientes a aquella época que hayan tenido descendencia hasta cierto momento en el pasado. Sin embargo, sólo la Eva mitocondrial produjo una línea completa de hijas hasta nuestros tiempos; por lo cual es el ancestro femenino del cual proviene toda la población actual.
El fundamento del linaje de la Eva mitocondrial, es que al revisar el árbol genealógico de los seres humanos que viven en la actualidad _a través de la genética_, al seguir una línea de cada individuo a su madre _y si estas líneas se continúan desde cada una de esas madres a sus respectivas madres_ se estará retrocediendo en el tiempo, todas las líneas convergerán en un punto en que todas las hijas comparten la misma madre. En este seguimiento, se observa que las ramas más antiguas comprueban una ascendencia mitocondrial africana y cuanto más se retroceda en el tiempo, menos linajes quedarán hasta que quede sólo uno; el cual correspondería al de la Eva mitocondrial.Por ello, cuanto más pequeña es una población, más rápidamente converge el ADN mitocondrial; las migraciones de pequeños grupos de personas derivan (en lo que se llama deriva genética) luego de unas pocas generaciones hacia un ADN mitocondrial común. Esto sirve como sustento a la teoría del origen común (en inglés, Single-origin hypothesis). Esta teoría plantea que los seres humanos modernos (Homo sapiens) se originaron en África hace entre 100.000 y 200.000 años, aunque la presencia de genoma masculino no se detecta hasta mucho después.
Así como las mitocondrias se heredan por vía materna, los cromosomas Y se heredan por vía paterna. Por lo tanto es válido aplicar los mismos principios con éstos. El ancestro común más cercano por vía paterna ha sido apodado Adán cromosómico-Y, y éste Adán parece algo posterior _lo que nos recuerda los mitos de un primer estado matriarcal sin intervención masculina en la procreación bastantes miles de años_.
Por lo tanto es válido aplicar los mismos principios con el masculino que con el femenino, y el ancestro común más cercano por vía paterna, de acuerdo a lo que la ciencia actual es capaz de explicar, no habría vivido en la misma época que la Eva mitocondrial, sino que sería unos 50.000 años más reciente, hacia el -65.ooo.
La confluencia de esos dos datos son importantes. Esto podría aclarar otros estudios sobre el origen, no ya del homo sapiens, sino de nuestra raza actual, tras un periodo glaciar y/o la erupción de un supervolcán en el Pacífico, que se dataría también en unos 65.000 a.C.; según todo ello nuestra raza actual debería de provenir del cruce de unas 1.000 parejas como punto de partida al menos con esa antigüedad... ¿fuimos creados?
Una comparación del ADN mitocondrial de distintas etnias de diferentes regiones, sugiere que todas las secuencias de este ADN tienen envoltura molecular en una secuencia ancestral común. Asumiendo que el genoma mitocondrial sólo se puede obtener de la madre, estos hallazgos implicarían que todos los seres humanos descienden en última instancia de una sola mujer, cuando ya habrían existido los primeros y más primitivos Homo sapiens, tales como el "Homo sapiens idaltu".
Se sabe de esta Eva a causa del genoma contenido en las mitocondrias (orgánulo presente en todas las células) que sólo se transmite de la madre a la prole. Cada mitocondria contiene ADN mitocondrial, y la comparación de las secuencias de este ADN revela una filogenia molecular. Aunque no se puede descartar que la Eva mitocondrial haya sido el único ancestro femenino que vivió en su época, es probable que haya habido mujeres anteriores a la Eva mitocondrial y también otras pertenecientes a aquella época que hayan tenido descendencia hasta cierto momento en el pasado. Sin embargo, sólo la Eva mitocondrial produjo una línea completa de hijas hasta nuestros tiempos; por lo cual es el ancestro femenino del cual proviene toda la población actual.
El fundamento del linaje de la Eva mitocondrial, es que al revisar el árbol genealógico de los seres humanos que viven en la actualidad _a través de la genética_, al seguir una línea de cada individuo a su madre _y si estas líneas se continúan desde cada una de esas madres a sus respectivas madres_ se estará retrocediendo en el tiempo, todas las líneas convergerán en un punto en que todas las hijas comparten la misma madre. En este seguimiento, se observa que las ramas más antiguas comprueban una ascendencia mitocondrial africana y cuanto más se retroceda en el tiempo, menos linajes quedarán hasta que quede sólo uno; el cual correspondería al de la Eva mitocondrial.Por ello, cuanto más pequeña es una población, más rápidamente converge el ADN mitocondrial; las migraciones de pequeños grupos de personas derivan (en lo que se llama deriva genética) luego de unas pocas generaciones hacia un ADN mitocondrial común. Esto sirve como sustento a la teoría del origen común (en inglés, Single-origin hypothesis). Esta teoría plantea que los seres humanos modernos (Homo sapiens) se originaron en África hace entre 100.000 y 200.000 años, aunque la presencia de genoma masculino no se detecta hasta mucho después.
Así como las mitocondrias se heredan por vía materna, los cromosomas Y se heredan por vía paterna. Por lo tanto es válido aplicar los mismos principios con éstos. El ancestro común más cercano por vía paterna ha sido apodado Adán cromosómico-Y, y éste Adán parece algo posterior _lo que nos recuerda los mitos de un primer estado matriarcal sin intervención masculina en la procreación bastantes miles de años_.
Por lo tanto es válido aplicar los mismos principios con el masculino que con el femenino, y el ancestro común más cercano por vía paterna, de acuerdo a lo que la ciencia actual es capaz de explicar, no habría vivido en la misma época que la Eva mitocondrial, sino que sería unos 50.000 años más reciente, hacia el -65.ooo.
La confluencia de esos dos datos son importantes. Esto podría aclarar otros estudios sobre el origen, no ya del homo sapiens, sino de nuestra raza actual, tras un periodo glaciar y/o la erupción de un supervolcán en el Pacífico, que se dataría también en unos 65.000 a.C.; según todo ello nuestra raza actual debería de provenir del cruce de unas 1.000 parejas como punto de partida al menos con esa antigüedad... ¿fuimos creados?
lunes, 13 de diciembre de 2010
Sobre el Sentido de la Vida
El hombre, una vez cubiertas sus necesidades primarias, creerá, no sin razón, que el sentido de su vida es alcanzar la felicidad, en todos los órdenes, para ello exige su libertad, tanto interna como externa, procura disponer para sí de los placeres mundanos, defender y proteger a los que ama, adquirir conocimientos y reconocimiento, atrapar su sitio en el mundo, porque sólo se vive una vez y la vida no se puede desperdiciar.
Hay otra posibilidad la cual, sin menoscabar el fin antes mencionado y pudiendo acaecer al mismo tiempo, estriba en creer que el sentido de la vida es conocerse a uno mismo, que debemos buscar algo más fuera de nuestro ego, de nuestra existencia mortal y puntual, del dolor y del placer, de la muerte como fin de la existencia. El que se encuentra en este estado, después de comprobar su ignorancia sobre casi todo, de entender que los ideales del ser humano, como felicidad, libertad, etc., son sólo instantes en los que degustamos, o mejor, olfateamos ese Bien, vislumbra que hay algo más profundo y recóndito. Cuando este hombre descubre su origen dependiente o, mejor dicho, que hemos sido creados por una entidad superior, se pregunta por qué y para qué en otra dirección; si hemos sido creados, y el acto de creación no es sólo el resultado del azar evolutivo ¿cuál será el sentido de nuestra vida? Todo lo creado tiene una finalidad ¿qué propósito tendría ese creador? ¿No podría ser que, a la par de ser felices, se nos hubiera encomendado purificar cuerpo y mente para poder despertar la chispa divina que coexiste con ellos, pero que tiene en pequeña escala todos los atributos de la perfección, para liberarla de las limitaciones de la materia?
En el lado opuesto, la agresividad y la violencia son el resultado de la inteligencia desequilibrada; eso puede corregirse según expresa el Dalai Lama con la superación, primero, de la ignorancia (origen del sufrimiento) sobre la verdadera naturaleza del ser, después aprender a vivir sin la marca de la culpabilidad, y, por fin, cultivar los estados positivos. De esa manera, reduciendo la presencia de los estados negativos, que sólo son obstáculos transitorios, nos daríamos cuenta de que todos venimos al mundo con la misión inexcusable de ser felices.
Pero nadie puede dejar de ser egoísta, excepto los hipócritas. El egoísmo es natural. Sí, siendo egoísta llega un momento en el que estás compartiendo. Lo fundamental es amarte a ti mismo tanto que ese amor rebose y alcance a los demás: “si una sociedad se sustenta en la ley, esa sociedad está dominada por el miedo. Cuando se sustenta en el amor, el miedo desaparece y no es necesaria la ley. El hombre no ha cambiado debido al castigo, sino que, en realidad, lo ha vuelto más corrupto”.
¿Qué es lo que entendemos por bondad ó compasión? Decía OSHO que: “significa aceptar los fallos y debilidades de los demás, sin esperar a que se comporten como si fueran perfectos. La compasión sólo surge cuando puedo ver que todo el mundo está relacionado conmigo; todo el proceso de la sociedad es una especie de hipnosis. Hay que volver a la mente natural, como un niño, deshacerse del odio, la rabia, la envidia. Una vez en este tramo nos iluminará la compasión, que no es sinónima de bondad. La bondad es algo que podemos ejercitar, pero la compasión sólo es posible cuando el ego ha desaparecido del todo”.
Y según el Dalai Lama: "Al generar compasión, en cambio, el asumir el sufrimiento de otro, también se puede experimentar inicialmente un cierto grado de incomodidad, una sensación de que aquello es insoportable. Pero, el sentimiento es muy diferente porque, por debajo de la incomodidad, hay un grado muy alto de alerta y determinación, ya que se asume voluntaria y deliberadamente el sufrimiento del otro con un propósito elevado. Aparece un sentimiento de conexión y compromiso, la voluntad de abrirse a los demás, una sensación de frescura en lugar de desánimo."
Olvidemos un poco el amor perfecto y valoremos esas pequeñas cosas que nos pasan desapercibidas por hábito ó costumbre, o porque estamos demasiado ensimismados en nuestro ego pero que, reconociéndolas, dan sentido continuo a nuestro existir.
Sabemos que todos somos interdependientes y, sin embargo, luchamos por ser autodependientes. Decía Bucay que el camino de la autodependencia que devolviera el sentido a la vida, que habíamos perdido, empezaba por contestarse en este orden tres preguntas básicas: quién soy, adónde voy y con quién. El Amar da por sí mismo sentido a nuestra vida, sin esperar a que seamos correspondidos en ello; pero, como el amor perfecto lo consideraríamos imposible, cualquier grado que alcancemos participa en su justa medida de ese ideal. Aunque parcial e incompleto, siempre genera una fuerza capaz de mejorarnos a nosotros mismos y alcanzar a los demás, cualquier gesto, mirada, intención, etc. hacia cualquier ser vivo que origina un canal para transmitir y recibir.
Es necesaria la desacralización de lo divino y su búsqueda en nuestro interior, una vez eliminados los obstáculos que se interponen, estructuras mentales y sociales sobre todo. Tenemos que renovar el concepto de Dios y conocer en qué medida somos también dioses, pero sabiendo de qué hablamos.¿Quizá la fe y las obras no se refieren a uno mismo?, ¿ó deberíamos decir: "Ama a Dios, al prójimo y a todas las cosas como a ti mismo”?, ¡no más ni sobre todo!
Si presuponemos la Creación en su conjunto como obra de un acto de Amor, como lo es la Música, la Pintura, las Artes en general, cuyo impulso que las genera en lo profundo creo que está basado en el amor al sonido puro, el amor a la imagen pura y perfecta, la construcción de objetos en un intento de asemejarnos a lo que un día fue la construcción perfecta, aunque no lleguemos nunca a tal nivel y sean copias imperfectas, ¿no genera esa producción felicidad, no se acerca a la plenitud, es irreal, es mala, es innecesaria? ¿no producen felicidad y amor a los que las disfrutan? ¿no irradian lo mejor del ser humano? Esa intención, ¿cómo la llamaríamos? No será que pretendiéramos con ese acto creativo inundar lo existente por Amor a la vida?
Si pudiéramos ponernos en el lugar de un hipotético Dios, creado o no a sí mismo, para el que la Vida es la consecuencia lógica, ya que la nada es absurda, no es nada ni puede crear nada, ¿no quisiéramos hacer extensiva la existencia a una multiplicidad de seres para hacer patente ese amor, para multiplicarlo, para perpetuarlo? ¿No sería un gozo observar tan solo la belleza del Universo, y no sería egoísta quedárselo para sí, en soledad? ¿Habría un objetivo más puro y loable que esta pretensión?
Admitiendo la existencia del espíritu individual, de algún lado tiene que haber salido ¿quién los creó? ¿son todos iguales? ¿o es sólo un único espíritu extendido por todas partes? ¿es ilimitadamente extenso e intemporal? ¿se puede decir que para ese espíritu no existen ni el espacio ni el tiempo? Puede que esos dos conceptos sólo sean convenciones útiles y válidas para los seres corpóreos, finitos y mortales que somos.
No somos perfectos, y dejando un poco de lado el acto creativo de dudosas causas y fines, ¿podemos afirmar que por el hecho de no ser perfectos ello nos induzca a pensar que no deberían existir otros seres que si lo fueran? Si hemos sido creados ó manipulados genéticamente en un remoto pasado, pero no con el fin de que estuviéramos al mismo nivel de partida de quien o qué lo hizo, sino sólo dándonos unas herramientas para que lo consiguiéramos por nosotros mismos, en un plazo abierto, con infinitas vidas por delante… ¡el Universo no tiene prisa!
Comparto la idea de la ausencia de un rumbo claro en nuestra sociedad actual, bajo mi punto de vista creo que no se ha hecho más que retroceder en lo referente al verdadero sentido de la vida y que en un comienzo se disponía de ese bagaje, que al parecer ante la amenaza evidente que tales poderes y conocimientos fueran utilizados de forma negativa, sus defensores los encerraron bajo el epígrafe de esotérico, podría decirse que sólo debían revelarse tras duras pruebas de iniciación a aquellos dignos de recibirlos. Ese lógico ocultamiento está desapareciendo y debe difundirse ese caudal como medio de encaminar al hombre a otro nivel de conciencia.
¿No parece utópico hoy día, cuando estamos controlados casi del todo por esos poderes oscuros que no tienen ningún interés en perder su dominio? Quizá tengamos todos pendientes de llevar a cabo el “conócete a ti mismo”, sencilla frase pero poderosa, compatible con el vivir aquí y ahora con toda su intensidad, puede que en esa labor encontráramos la grandeza escondida del ser humano, nuestra conexión manifiesta con todo lo existente, que sigo pensando que tiene como eje absoluto el Amor y la consecución de la Felicidad para nosotros y para los demás.
Así que vive con amor, intenta limpiar el lastre del pasado, desconfía de la mente y permanece atento a un cambio de conciencia que está a punto de llegar y que producirá un ser humano distinto, vibrando en otra dimensión donde sólo habrá sitio para el amor.
El hombre, una vez cubiertas sus necesidades primarias, creerá, no sin razón, que el sentido de su vida es alcanzar la felicidad, en todos los órdenes, para ello exige su libertad, tanto interna como externa, procura disponer para sí de los placeres mundanos, defender y proteger a los que ama, adquirir conocimientos y reconocimiento, atrapar su sitio en el mundo, porque sólo se vive una vez y la vida no se puede desperdiciar.
Hay otra posibilidad la cual, sin menoscabar el fin antes mencionado y pudiendo acaecer al mismo tiempo, estriba en creer que el sentido de la vida es conocerse a uno mismo, que debemos buscar algo más fuera de nuestro ego, de nuestra existencia mortal y puntual, del dolor y del placer, de la muerte como fin de la existencia. El que se encuentra en este estado, después de comprobar su ignorancia sobre casi todo, de entender que los ideales del ser humano, como felicidad, libertad, etc., son sólo instantes en los que degustamos, o mejor, olfateamos ese Bien, vislumbra que hay algo más profundo y recóndito. Cuando este hombre descubre su origen dependiente o, mejor dicho, que hemos sido creados por una entidad superior, se pregunta por qué y para qué en otra dirección; si hemos sido creados, y el acto de creación no es sólo el resultado del azar evolutivo ¿cuál será el sentido de nuestra vida? Todo lo creado tiene una finalidad ¿qué propósito tendría ese creador? ¿No podría ser que, a la par de ser felices, se nos hubiera encomendado purificar cuerpo y mente para poder despertar la chispa divina que coexiste con ellos, pero que tiene en pequeña escala todos los atributos de la perfección, para liberarla de las limitaciones de la materia?
En el lado opuesto, la agresividad y la violencia son el resultado de la inteligencia desequilibrada; eso puede corregirse según expresa el Dalai Lama con la superación, primero, de la ignorancia (origen del sufrimiento) sobre la verdadera naturaleza del ser, después aprender a vivir sin la marca de la culpabilidad, y, por fin, cultivar los estados positivos. De esa manera, reduciendo la presencia de los estados negativos, que sólo son obstáculos transitorios, nos daríamos cuenta de que todos venimos al mundo con la misión inexcusable de ser felices.
Pero nadie puede dejar de ser egoísta, excepto los hipócritas. El egoísmo es natural. Sí, siendo egoísta llega un momento en el que estás compartiendo. Lo fundamental es amarte a ti mismo tanto que ese amor rebose y alcance a los demás: “si una sociedad se sustenta en la ley, esa sociedad está dominada por el miedo. Cuando se sustenta en el amor, el miedo desaparece y no es necesaria la ley. El hombre no ha cambiado debido al castigo, sino que, en realidad, lo ha vuelto más corrupto”.
¿Qué es lo que entendemos por bondad ó compasión? Decía OSHO que: “significa aceptar los fallos y debilidades de los demás, sin esperar a que se comporten como si fueran perfectos. La compasión sólo surge cuando puedo ver que todo el mundo está relacionado conmigo; todo el proceso de la sociedad es una especie de hipnosis. Hay que volver a la mente natural, como un niño, deshacerse del odio, la rabia, la envidia. Una vez en este tramo nos iluminará la compasión, que no es sinónima de bondad. La bondad es algo que podemos ejercitar, pero la compasión sólo es posible cuando el ego ha desaparecido del todo”.
Y según el Dalai Lama: "Al generar compasión, en cambio, el asumir el sufrimiento de otro, también se puede experimentar inicialmente un cierto grado de incomodidad, una sensación de que aquello es insoportable. Pero, el sentimiento es muy diferente porque, por debajo de la incomodidad, hay un grado muy alto de alerta y determinación, ya que se asume voluntaria y deliberadamente el sufrimiento del otro con un propósito elevado. Aparece un sentimiento de conexión y compromiso, la voluntad de abrirse a los demás, una sensación de frescura en lugar de desánimo."
Olvidemos un poco el amor perfecto y valoremos esas pequeñas cosas que nos pasan desapercibidas por hábito ó costumbre, o porque estamos demasiado ensimismados en nuestro ego pero que, reconociéndolas, dan sentido continuo a nuestro existir.
Sabemos que todos somos interdependientes y, sin embargo, luchamos por ser autodependientes. Decía Bucay que el camino de la autodependencia que devolviera el sentido a la vida, que habíamos perdido, empezaba por contestarse en este orden tres preguntas básicas: quién soy, adónde voy y con quién. El Amar da por sí mismo sentido a nuestra vida, sin esperar a que seamos correspondidos en ello; pero, como el amor perfecto lo consideraríamos imposible, cualquier grado que alcancemos participa en su justa medida de ese ideal. Aunque parcial e incompleto, siempre genera una fuerza capaz de mejorarnos a nosotros mismos y alcanzar a los demás, cualquier gesto, mirada, intención, etc. hacia cualquier ser vivo que origina un canal para transmitir y recibir.
Es necesaria la desacralización de lo divino y su búsqueda en nuestro interior, una vez eliminados los obstáculos que se interponen, estructuras mentales y sociales sobre todo. Tenemos que renovar el concepto de Dios y conocer en qué medida somos también dioses, pero sabiendo de qué hablamos.¿Quizá la fe y las obras no se refieren a uno mismo?, ¿ó deberíamos decir: "Ama a Dios, al prójimo y a todas las cosas como a ti mismo”?, ¡no más ni sobre todo!
Si presuponemos la Creación en su conjunto como obra de un acto de Amor, como lo es la Música, la Pintura, las Artes en general, cuyo impulso que las genera en lo profundo creo que está basado en el amor al sonido puro, el amor a la imagen pura y perfecta, la construcción de objetos en un intento de asemejarnos a lo que un día fue la construcción perfecta, aunque no lleguemos nunca a tal nivel y sean copias imperfectas, ¿no genera esa producción felicidad, no se acerca a la plenitud, es irreal, es mala, es innecesaria? ¿no producen felicidad y amor a los que las disfrutan? ¿no irradian lo mejor del ser humano? Esa intención, ¿cómo la llamaríamos? No será que pretendiéramos con ese acto creativo inundar lo existente por Amor a la vida?
Si pudiéramos ponernos en el lugar de un hipotético Dios, creado o no a sí mismo, para el que la Vida es la consecuencia lógica, ya que la nada es absurda, no es nada ni puede crear nada, ¿no quisiéramos hacer extensiva la existencia a una multiplicidad de seres para hacer patente ese amor, para multiplicarlo, para perpetuarlo? ¿No sería un gozo observar tan solo la belleza del Universo, y no sería egoísta quedárselo para sí, en soledad? ¿Habría un objetivo más puro y loable que esta pretensión?
Admitiendo la existencia del espíritu individual, de algún lado tiene que haber salido ¿quién los creó? ¿son todos iguales? ¿o es sólo un único espíritu extendido por todas partes? ¿es ilimitadamente extenso e intemporal? ¿se puede decir que para ese espíritu no existen ni el espacio ni el tiempo? Puede que esos dos conceptos sólo sean convenciones útiles y válidas para los seres corpóreos, finitos y mortales que somos.
No somos perfectos, y dejando un poco de lado el acto creativo de dudosas causas y fines, ¿podemos afirmar que por el hecho de no ser perfectos ello nos induzca a pensar que no deberían existir otros seres que si lo fueran? Si hemos sido creados ó manipulados genéticamente en un remoto pasado, pero no con el fin de que estuviéramos al mismo nivel de partida de quien o qué lo hizo, sino sólo dándonos unas herramientas para que lo consiguiéramos por nosotros mismos, en un plazo abierto, con infinitas vidas por delante… ¡el Universo no tiene prisa!
Comparto la idea de la ausencia de un rumbo claro en nuestra sociedad actual, bajo mi punto de vista creo que no se ha hecho más que retroceder en lo referente al verdadero sentido de la vida y que en un comienzo se disponía de ese bagaje, que al parecer ante la amenaza evidente que tales poderes y conocimientos fueran utilizados de forma negativa, sus defensores los encerraron bajo el epígrafe de esotérico, podría decirse que sólo debían revelarse tras duras pruebas de iniciación a aquellos dignos de recibirlos. Ese lógico ocultamiento está desapareciendo y debe difundirse ese caudal como medio de encaminar al hombre a otro nivel de conciencia.
¿No parece utópico hoy día, cuando estamos controlados casi del todo por esos poderes oscuros que no tienen ningún interés en perder su dominio? Quizá tengamos todos pendientes de llevar a cabo el “conócete a ti mismo”, sencilla frase pero poderosa, compatible con el vivir aquí y ahora con toda su intensidad, puede que en esa labor encontráramos la grandeza escondida del ser humano, nuestra conexión manifiesta con todo lo existente, que sigo pensando que tiene como eje absoluto el Amor y la consecución de la Felicidad para nosotros y para los demás.
Así que vive con amor, intenta limpiar el lastre del pasado, desconfía de la mente y permanece atento a un cambio de conciencia que está a punto de llegar y que producirá un ser humano distinto, vibrando en otra dimensión donde sólo habrá sitio para el amor.