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martes, 17 de mayo de 2011

Fin del mundo 21-05-2011... ¿A qué se refiere?

Podemos estar tranquilos, al menos yo lo estoy, en cuanto a la fecha del fin del mundo anunciada estos días entre otros por Harold Camping y el portal lebible fellowship, y que tendría lugar, según unos complicados cálculos y suposiciones, el día 21-05-2011. El dato principal que apoya mi hipótesis y que me ha hecho reflexionar y documentarme, es la aseveración de que el diluvio ocurrió en el 4.990 a.c. Veamos lo que dice:

“No obstante, hace alrededor de 35 años,
Dios comenzó a abrir el entendimiento de los
verdaderos creyentes con respecto a la
cronología de la historia. Y de este modo, se
descubrió que la Biblia enseña que cuando los
eventos que ocurrieron en el pasado se
armonizan con nuestro calendario moderno,
podemos conocer algunas fechas de la historia,
como por ejemplo, la de la Creación
(11,013 A.C.), la del diluvio en los días de Noé
(4990 A.C.)…


Lo primero que llama la atención esta fecha es que se está hablando no de un diluvio universal, sino de un diluvio o acontecimiento de carácter local, ya que no tengo noticia de que hayan aparecido sedimentos correspondientes a esa fecha diseminados por el mundo, que habrían sido hace tiempo encontrados en la multitud de excavaciones arqueológicas que se han realizado en el último siglo, así como indicios de tipo metereológico o cosmológico que lo avalen con el mínimo de rigor científico, a excepción de la zona donde suele localizarse el edén bíblico, en la antigua Mesopotamia.
Quizá la fecha más plausible para un cataclismo universal en el pasado pudiera situarse entre el noveno y undécimo milenio a.c., que al menos concordaría con la destrucción de la Atlántida de Platón, el fin de una glaciación o edad de hielo, o el resurgimiento neolítico entre otros.

Después de repasar algunos textos en los que se detallan las más detalladas excavaciones estratigráficas realizadas en la zona de lo que es actualmente Irak, precisamente en la zona de Nínive, por los investigadores R.C.Thompson y M.E.L. Malowan, resulta que encontraron a una profundidad entre los 21,10 mts. y los 21,30 mts. una capa que definieron como una acumulación de arena y fango debido a algún acontecimiento climático. Ninguno adelanta interpretación alguna, se limitan a denominarlo “pluvial interval” y, en lo tocante a su fijación cronológica, se fija entre los periodos Halaf y Obeid, aproximadamente en el quinto milenio a.c., pero que curiosamente solo se encuentran bajo la antigua ciudad de Ur, y una capa de menor espesor en Nínive, pero falta completamente bajo las ruinas de Uruk, Kish, Lagash y Shuruppak, en las que solo se hallaron capas aluviales a menor profundidad, y correspondientes cronológicamente al 2.800 a.c.

¿Qué conclusión podemos sacar de tales datos? Estas capas parecen corresponder a un depósito dejado por una crecida más o menos violenta de uno o ambos ríos mesopotámicos. Es de suponer que cualquiera de estos cataclismos se vio acompañado de tales destrozos y causó tal impresión, que se convirtió en uno de los temas repetidos de las tablillas cuneiformes halladas en esa zona. Fue efectivamente un diluvio, sobre el cual la leyenda se complació en aumentar su violencia y los destrozos, y no todas las ciudades sufrieron por igual. Pudieron ser ocasionados por unas crecidas del Eúfrates y del Tigris más violentas de lo habitual, que fácilmente arrastraron las construcciones en una zona geográfica sin relieve alguno. Es posible que esta destrucción se viese reforzada por unas lluvias torrenciales fuertes, como también por un raz de marea con una brutal llegada de las aguas del golfo Pérsico.

Como sabemos, es universalmente admitido que los relatos bíblicos, tanto el Yahvista como el Sacerdotal (de comienzos del primer milenio a.c.), están basados en otro mucho más antiguo _del que nos hablan las tablillas de Nínive (del tercer milenio) y otras de menor antigüedad_ y que conocemos como la Epopeya de Gilgamesh, de cuyas 326 líneas no más de 200 están consagradas al diluvio. Cuentan dichas tablillas que Gilgamesh, rey de la ciudad de Uruk, muy afectado por la muerte de su amigo Enkidu, se dio cuenta de que para él también tendría término la vida. Recuerda que su antepasado Uta-napishtim fue el único mortal que pudo alcanzar la vida eterna.Es entonces cuando se pone en camino para preguntarle la razón de esa suerte excepcional. Éste, después de muchas dudas, le manifiesta que es preciso encontrar en el fondo del mar una planta que comunica la juventud. Además de esto, Uta-napishtim no alcanzó la inmortalidad sino después de grandes riesgos, como son haber sobrevivido a un diluvio. Entonces, por consejo de los dioses Anu, Enlil, Ninurta y otros recibe la siguiente orden: “Hombre de Shuruppak, derriba tu casa, construye una nave, renuncia a los bienes, busca la vida!!Toma a bordo de la nave la semilla de toda vida! ¡En la nave que construirás, que sean proporcionadas sus dimensiones!!Que sean iguales su anchura y su longitud!!Colócala sobre el Apsu!" A continuación se describe casi como un calco al relato bíblico la construcción de dicha nave. Y continúa después: "Al rayar del alba, del fundamento de los cielos ascendió una nube negra, en la cual rugía el dios Adad… El dios Ninurta se adelanta haciendo avanzar el ataque. Los dioses Annunaki han traído antorchas, con cuyas llamas abrasan el país. Del dios Adad el estrépito llega a los cielos. Todo lo que brillaba se ha cambiado en tinieblas…. En el cielo, los dioses tuvieron miedo del diluvio y huyeron. Subieron al cielo del dios Anu… La diosa Ishtar gime como una mujer que va a dar a luz, vociferando: ¡Que este día se convierta en cieno, cuando yo, en la asamblea de los dioses, he proferido el mal! ¡Cómo he podido proferir mal, ordenar un combate para hacer morir a mis gentes! ¿Acaso engendro yo a mis gentes para que como pececillos llenen los mares? Los dioses Annunaki lloran con ella, los dioses aúllan, se deshacen en llantos. Sus labios están cerrados, esperan el fin. Seis días y seis noches sopla el viento, el diluvio, la tempestad barre el país”.

Continúa el relato con claros paralelismos con las fuentes bíblicas. Son varias las versiones y todas concordantes: versión Asiria, versión babilónica, versión sumeria… y todas anteriores a las bíblicas. Esta última dice: "Los huracanes, con extrema violencia atacaron como si fueran uno solo. Al mismo tiempo el diluvio sumergió los centros de culto. En seguida, durante siete días y siete noches, el diluvio se vertió sobre el país, y el inmenso barco fue zarandeado por los huracanes sobre las grandes aguas”. Posteriormente, también es conocido el relato de Beroso, sacerdote de Marduk, que lo escribió hacia el 275 a.c. y lo conocemos por extractos recogidos por Alejandro Polihistor, a su vez citados por Eusebio de Cesarea, en el que la similitud es evidente, solo que el protagonista se hace llamar Xisutros, el dios que le avisa Cronos y la ciudad donde ocurre principalmente, Sippar.

Ya que sabemos que el patriarca se Israel, Abraham, parte de su ciudad natal Ur en Mesopotamia, es fácil comprender que conocía sobradamente esas antiguas historias, y que luego fueron incorporadas y reescritas como tradición del pueblo hebreo. Por tanto, aunque admitiéramos como cierto que los libros del Génesis fueron obra de inspiración divina, se referirían en todo caso a un suceso local, y que todas las revelaciones y profecías posteriores incluidas en la Biblia atañerían exclusivamente al pueblo hebreo, y ya es mucho suponer.

Por eso decía sentirme tranquilo, en parte, ya que de ser cierto sería un desastre colosal, pero aunque admitiéramos como válidos todos los cálculos que sugieren el comienzo del fin del mundo el día 21-905-2011 y cinco meses posteriores de grandes tribulaciones, estas deben ser entendidas como mucho para el pueblo de Israel, como depositario de toda la tradición hebrea, y no al resto del mundo.

De todas formas, nos queda ya poco para comprobarlo y saldremos de dudas.


Fuentes consultadas:

André Parrot: El diluvio y el Arca de Noé
Ch. Virolleaud: Leyendas de babilobia y de Canaán
Leonard Wooley : Excavaciones en Ur