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sábado, 14 de agosto de 2010

Poesías Completas (6)

GRUPO 2º DE POESIAS

Resto de poemas incluidos en la colección "Ojitos".



TIERRA

Tierra, atardece
tu ocre pedregoso,
la siena en sombra,
las pálidas aristas
de tu marrón difuso,
hasta que el ocaso
en sombras negras
te convierta.

Luego, no estarás
para ser vista,
y una nada, oscura,
te envolverá
de penumbras,
de misterios,
y ocultos sones
se alzarán de ti,
imprecisos,
tartamudos.

En tus entrañas
y agudos recovecos
reposan o nacen
serpientes,
ratas o conejos,
grillos y búhos,
graves o tenores
dormirán,
se despertarán
en desperezos,
con hambre y sed.

Tierras …
cerráronse
flores olorosas;
copulan
gramas tumbadas
sobre espinos,
juncos y matas
se difuminaron;
alcachofas
y chumberas
yacen sin gemir;
olivos y viñas
te desangran,
se elevan en ti,
duro y blando
retazo en descanso,
de hiniestas,
vidillas
en manojos
armoniosamente
colaborando,
en silencio propio,
furtivamente.

¡ Tierra,
perpetúate
para ti misma !





MAR

Mar verde y blanca,
honda y espesa casa
que muestra sola su danza,
mimo de peces y algas.

Mar turbia y guerrera,
gran espejo de la Tierra,
la Luna de ti se lleva
las olas y las mareas.

Mar que huye o crece,
que traga o devuelve,
furiosa o paciente
dama sin amo ni reyes.

Con tu salada riqueza,
mar de inmensas aguas,
al infinito te mereces
el corazón de tu alma.

Mar amiga, seductora
del poeta su esperanza,
objeto del codicioso
humano que te asalta.

Mar que das bondadosa
la vida, la templanza,
mar que llevas a lomos
de tus crestas los barcos
que examinan tus átomos.

Mar que vas a la playa
a descansar la rutina
en tu fuero agazapada,
a remover los vientos,
pisar la arena mojada,
desgastar las piedras,
dibujando la nada
en el todo que se mueve.

Mar que diste al ansia
mía de perfecciones
la llave de la hazaña
de ver, querer sin fin.

Mar, guarda tu pura gracia !

Mar, ten tus alas abiertas !

Mar, cuida el tesoro inviolada !






POR ENCIMA DE NOSOTROS


Es tu azul inimitable,
esa tu cercana amplitud,
esos tus grises algodones
que el hombre aún admira.

Como eres mansión de dioses
y posada de arrepentidos,
cuanto tienes de misterio
o coraje sobrehumano …

todo eso, cielo, aura
protectora, luz y calor
son mediante ti,
verdad y realidad
merecen tu juicio,
tu presura fresca,
tú debes mantenerlo.

Cielo, ¡ qué constante,
cuan épico tu vuelo,
y qué grato ver arriba
al pájaro que pasea !





SOL Y SOMBRA


El sol fuera quemando
va el suelo, el techo,
el gaseoso asfalto,
el pie, la mano y el pelo,
la sonrisa y el pecado;
con el aire los sueños
el sol está quemando.

La sombra, dentro, quieta
y callada impregna
de frío y se serena,
contiene a la locura
extraña de las rejas,
y el temblor de su música,
y está la sombra quieta.

Sol y sombra engendran
una línea recta,
que divide su roja
y azul fosforescencia,
se besan y se tocan,
no es raro se repelan,
uno a otra se fusiona.





CARNE Y VEGETAL


En perpetuo cambio ramas se deslizan,
con jóvenes hojas que tientan la luz,
raíces que consumen, verdor que brilla,
remanso esplendoroso de vida propia.
Urgís mi cariño, seremos fraternos,
crearemos aire, poesía, surgirá belleza,
seremos símbolos, imágenes y silencio,
simples cohabitantes de los espacios.
Será calor, será ímpetu toda expansión,
diremos de todo sin disputa ni envidia:
mil ojos me verán y llamarán protector
a dos ojos embelesados que aman y buscan.
Dialogando, al mundo conoceremos,
de agua y maceta, de tierra y cielo
congeniaremos pasado que alzó de lo mismo
a mí, ser humano, a ella, ser vegetal.





VIAJE AL CAMPO

He paseado por el bosque y los valles,
me han mirado las reses sin pestañear,
se alejó el gallo de mi sombra acogiendo sus gallinas,
han brotado de la misma tierra infinitos, diminutos
saltamontes brincando entre mis piernas,
he subido pendientes de verdes hierbas,
de seco otoño, impresionantes castaños huecos,
troncos milenarios, brotes jóvenes,
he visto encinas, álamos, nogales,
he pisado ácoros y culantrillos,
me han perfumado divinas esencias,
melisas, mentas, agrimonias, lavandas.

En mis manos he tomado obsequios exquisitos,
de manzanos, perales y membrillos,
chispeados de frutos y alimento.
El agua fría de un pozo ha lavado mi cara,
ha calmado mi sed y mi ronquera,
me ha bañado su pureza, su transparencia,
afrodisíaca, rejuvenecedora.
Como nunca el cielo ha permanecido limpio,
de celeste intenso, y bajo él, sin cesar,
han jugado palomos, gorriones, seres libres.
He observado el campo hasta dormirme
en esa paz magnífica e intachable,
me he deleitado de músicas naturales
hasta danzar en sueños de alegría.

Por montes, descubrir chicharras y grillos,
bellotas que caen, aguda esperanza de la paja,
el crujir inseguro de la nocturnidad,
el sonido espléndido de mi corazón.
Y me he perdido en la sierra dejando atrás
graneros, establos, casa de labranza,
puentes, peñascos, hoyos y siluetas,
identificando senderos seguros,
distinguiendo mis huellas de las de otros.

Pero no posó sobre mí la angustiosa daga
de la soledad, del extravío, de la amnesia.
Todo lo armonioso, propio y sencillo
destacaba y dominaba mis impresiones,
la Naturaleza blandía su verdad repleta
con tanta fuerza desmesuradamente locuaz,
que empecé a creerme sabio, protegido,
feliz en las profundidades des espacio amigo,
eterno, por saber que el tiempo esclavizante
aquí solo divide el día de la noche,
amanecer y ocaso, luz y sombras, agua y tierra.

He topado de frente la inmensidad de la belleza,
la espontaneidad lógica de la materia,
su similitud con el sentimiento puro,
la fraternidad entre los seres vivos.
El sueño raptó mi cuerpo y viajé por mi pasado,
vaciando vahos insulsos de la memoria,
limpiando la mente de trabas y antifaces,
huyendo hacia lo perfecto del hombre.
El mundo siguió solo su caos loco
y yo gané energía, comprensión humana,
un poco de lo que hay que saber.

Sí, mis desperezos han sido profundos,
Expectorantes, sedantes, tónicos,
de tantos narcóticos de esencias naturales,
de aromas revitalizadores primitivos.
Y para imponerme a la demencia concentrada,
una pizca en cada parte educada de mí,
no necesité más que una leve degustación
en los panales grandiosos de la libertad,
en el recio vestigio superviviente
de lo que siempre fue y ojalá nunca muera.

Pero volver porque la razón de la vida
Se debate y lucha aquí, por ahora,
frente al escaparate de simulacros,
de placeres y ocultas sensaciones,
entre elementos artificiosos que atan,
que producen colores y náuseas.
Volver, porque desde aquí, nosotros,
los que rugimos un amor valioso,
dejaremos atrás, un día, una etapa:
la grisácea y confusa civilización.

Con esta obsesión exigente,
este deseo que no enflaquece,
que se nutre a cada hora de nuevas razones,
convencida poco a poco la rutina,
la voluntad, reído el deseo de poder,
nos dirijamos sin dudar hacia el todo,
con el todo del amor a la espalda,
hacia la plenitud única y ultrajada,
para restablecer en ella la vida,
tal y como empezó a ser en los hombres …






ESAS FLORES

Esas flores funden colores
en su rostro modelado
y pulido … visten soles
a las frías yerbas, lagos
de néctar y esencias, moles
de gracia y frescura, rayos
de existencia, corazones
vegetales, lacios mantos …

como retratos del amor,
reinas entre matorrales,
ensayos de perfecciones
de duendes espirituales;
y las hay de tantos matices,
de tantos finos encajes,
de tantos dulces perfumes,
que no podrán compararse.

Se las oirá un lloriqueo,
un angustioso derrame
si aplastadas, mutiladas,
tronchada su blanca sangre,
vivaz pulso de la planta,
o cantar risas sus bailes
o en el viento de los campos,
insectos a relibarse.

Y flores hacia todos lados
del hombre que ya florece
en su carrera, en sí mismo
por lo maduro perece
la belleza inalterable,
lo dorado por lo verde,
la ciencia tras la experiencia …

pero ya el brote naciente
aparece en sí perfecto,
esperando el despliegue
de pistilos y corolas,
sintiéndose diferentes,
como manos, pies y bocas,
a donde la savia viene
a inmacularle ternura
al absurdo de la muerte.






MUJER MIA

Perfil irrepetible,
ni un segundo eres como los anteriores,
parece que surgiste
en cada horizonte,
nuevo cúmulo altivo tras la noche …

tu bello rostro ardiente
de tantas lágrimas, cual arroyadas
pisan risas perennes,
tus cálidas mañanas
son como escaleras por la esperanza …

y eres verso a una flor,
última pincelada del paisaje,
armonioso tu amor
como pasos de baile,
como brujos aires vigorizantes …

en tanto, saboreas
la vida dada a tu precioso cuerpo,
y esa fe te aconseja,
maravilloso cielo,
cuidar la vida con todo tu anhelo.

La justa claridad
del gesto con signos inexplicable,
de tu genialidad
sencilla y vacilante,
evoca fantasías interminables.

Porvenir que abanicas
de frescura y melosa providencia,
y de huellas derretidas
endulzando asperezas
desde tu piel como gotas de cera.
LUCES DE PRIMAVERA

El candil estaba encendido
con su llama risueña en la noche,
con su llama diminuta purgando la oscuridad,
con su llama sentada apostando a la Luna
espera que asome tras la loma de matorral:
ya nos clarea su lejana languidez.
Todo palpita en torno tuyo,
hasta las sombras más allá
temen acercarse, y turbar tu luz.
Rayos azulados, pálidos, plateados
de Luna y estrellas nos anuncian
el abatirse total del día,
hasta en nuestros párpados que se acercan.

Ojitos, te veo, y de nuevo te llamo,
¡ qué pronto avanzamos uno hacia otro, sin dudar !
Luces de Luna, de candil,
espejitos múltiples en el agua del lago,
brillantes lucecitas en el techo infinito …
ejemplares de vida que nos envuelven …
entonces, ojitos, te miro,
veo tu claridad que ahora supera
a todo de entre todo; ven
y enciende la tierra,
alumbra mi cara con tu cara,
fusiona mis ojos con los tuyos,
rellena mi cuerpo de frescura,
y de sol, como el tuyo.

¡ Ojitos, entiéndeme:
"Dedos invisibles calman las luces,
de una a otra las vencen sin querer:
candil, estrellas, espejos, Luna".
Pero queda la más querida
inextinguible,
combatiente,
blanca esplendorosa,
es tu luz sobre todas
midiendo su pulcritud entre nosotros,
pues es tu luz, ojitos, la más hermosa.





LO QUE NOS DESEO POR HOY


Eh, niña, ¿ qué haces?
cuando penetran mis versos
como gemidos en tu carne,
¿ acaso recorres un velo ?

Tus ojos, ojitos, bailes
y sueños tarareando;
¿ y tus manos ? Son grandes
antenas temblando en el espacio.

Aquí estoy, ¿ buscas en el aire
el arco iris de mi amor ?
O, ¿ sabes ? Bajo los mares
guardada está mi confesión.

Diré y dirás : el romance
del sentido sigue y sigue.
¿ En qué ? En el signo amable
del tiempo se nos dice.

¿ Sientes ya como la sangre
bulle y explota ? ¿ sientes ?
! Sientes vida ¡ ¿ Siente mi talle
en su desperezo ? ¿ lo sientes ?

Ya hay paz. ¿ Escucho tarde
lo que fue viejo, ruin y roto ?
Claro, amor, no sirve el trance
no vivido, nos nutre lo próximo.

Oye, mujer, ¿ qué sabes ?
Cuando me cubren tus amores
como plateados encajes,
ay, ¿ acaso mi amor s esconde ?

¿ A que sí ? ¿ A que antes
de mañana renunciaremos
del mundo ? El maduro estambre
se abrirá, y allá nos uniremos.





CONCEPCION


Has concebido tu amor.
Yo, he tomado de él,
como si fuera agua,
como elixir de edenes.

Fortificas nuestro aposento
de fino moro idílico,
cual dulce beso
hace tu boca azucarada.

Has concebido futuros
encantados como ninguna.
¡ Guárdalos con tu vida !
¿ Vida ? Fuego de pasión.

Poesía, son tus ojitos
enhebrados de sensaciones;
es tu libertad, zanjada,
si no va tras la mía.

¡ Reina en mí, poesía !
Y no te falte mi oro
y su brillante espejismo,
fluida sonrisa fantástica.

Reprodúcete cada día
en nuevos versos llenos,
que yo seré la línea,
los grafos, tus momentos.

Concibe amor por amor
y así no nos faltará
y así nada mediará
entre estos dos corazones.

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