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martes, 19 de marzo de 2013

La Gran Invocación (Alice Bailey)

 
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes de los hombres,
Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya amor a los corazones de los hombres,
Que Cristo retorne a la Tierra.

Desde el centro donde la voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres.
El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder, restablezcan el Plan en la Tierra.




Esta Invocación no es propiedad de ningún individuo o grupo especial. Pertenece a la humanidad.

La belleza y la fuerza de esta Invocación reside en su sencillez y en que expresa ciertas verdades esenciales que todos los seres humanos aceptan innata y normalmente: la verdad de la existencia de una Inteligencia básica a la que vagamente damos el nombre de Dios; la verdad de que detrás de las apariencias externas, el Amor es el poder motivador del Universo; la verdad de que vino a la tierra una gran Individualidad llamada Cristo por los cristianos, que encarnó ese Amor para que pu­diéramos comprenderlo; la verdad de que el Amor y la Inteligencia son consecuencia de la Voluntad de Dios, y finalmente de que el Plan Divino sólo puede desarrollar­se a través de la humanidad misma.

“Ten presente, Oh Chela, que en las esferas conocidas, la luz sólo responde a la PALABRA. Sabe que esta luz desciende y se concentra, sabe que desde su punto de enfoque escogido ilumina su propia esfera; sabe también que la luz asciende y deja en la oscuridad aquello que, en tiempo y espacio, ha iluminado. A este des­censo y ascenso los hombres le llaman vida, conciencia y muerte; a esto Nosotros, que hollamos el Camino iluminado, le llamamos muerte, ex­periencia y vida”.


Alice Bailey – Una gran aventura. La muerte. (por el Maestro Tibetano Djwhal Khul, 1945)





     Cuando estemos reflexionando, meditando o invocando, a través de las frases que se encuentran contenidas en la segunda estrofa de La Gran Invocación, podemos realizar nuestro llamado A Aquel Que Viene con uno de los Nombres con los que Se le conoce desde hace más de 2000 años, en Su carácter de Instructor Del Mundo, en las culturas: Cristiana, Bhudhista, Islámica, Hinduista, Israelita, Tibetana y Persa, tal como se encuentran transcriptos a modo de ejemplo:


Que Cristo retorne a la Tierra. Cristiana
Que El Bhodhishatva retorne a la Tierra. Bhudhista
Que El Iman Majdi retorne a la Tierra. Islámica  
Que El Mesías retorne a la Tierra. Israelita
Que Krishna retorne a la Tierra. Hinduista
Que Maitreya retorne a la Tierra. Tibetana
Que Muntazar retorne a la Tierra. Persa


En todos los casos estamos invocando a Ese Excelso Ser, Quien Es: Maestro de Maestros, Instructor de Angeles y hombres, Conductor de la Jerarquía Espiritual del Planeta, y Guía Espiritual de toda la Humanidad.


Evolución a través del Conocimiento, 2008


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