Lo más grave que ha
ocurrido en España es que después de muchos años en los que tuvimos un progreso
social lento pero continuo hayan aumentado las diferencias sociales. Estas
cosas, aparte de ser terriblemente injustas, son muy peligrosas, porque es muy
difícil mantener el sistema democrático saludable y funcionando con niveles de
desigualdad tan graves como los que se están imponiendo.
Parece que el único camino
que había era ese: el camino de la rebaja de impuestos a los más ricos, el de
debilitar la situación de los trabajadores… Parecía que no había otra
alternativa, que el mundo tenía que ser así. Igual que cuando se hace la
globalización de una manera que siempre perjudica a los más débiles y siempre
beneficia a los más poderosos. Generalmente los que mandan quieren convencernos
de que las cosas son como son porque es la única manera que tiene de ser,
porque es lo natural. Pero eso no es lo natural, eso es algo que se ha hecho
para beneficio de algunos.
Una cosa que me ha llamado
la atención durante estos años es que la izquierda estaba dejando de poner el
acento en los problemas de clase y se estaba concentrando caso exclusivamente
en los problemas de identidad colectiva. Es decir, en vez de hablar de ricos y
pobres, la izquierda hablaba de grupos nacionales, de la identidad colectiva de
los catalanes, de las mujeres, de los gays… Y una cosa son los derechos civiles
y otra cosa es dividir a la gente en este tipo de identidades. Y esto ha
ocurrido mientras se ampliaban cada vez más las diferencias sociales, las diferencias
entre los que tienen y los que no tienen. La izquierda, que es la que se supone
que tenía que ocuparse de esas cosas, estaba distraída con otras, se ha quedado
en muchos casos muy perdida, sin estrategia, sin saber qué era lo que tenía que
defender.
Mientras tanto se estaban
acentuando más las diferencias sociales, con gran alegría de los que estaban
beneficiándose. Hace 15 años, la diferencia de la media de los mejor pagados y
la media de los trabajadores normales era de 1 a 30. Ahora es de 1 a 400 y, claro, ¿cómo
mantienes un sistema democrático o un estado del bienestar con esas diferencias
sociales, cuando además los que más tienen se las arreglan para no pagar
impuestos, cuando los que pagan los impuestos son la clase media y la clase
trabajadora? ¿Cómo mantienes así el estado del bienestar? El mundo está hecho
para el beneficio del que más tiene de una manera cada vez más escandalosa y
grosera. Ya que, por una parte, están los ejecutivos que ganan más que nunca y,
por debajo, cada vez más becarios y gente que está siendo superexplotada. Ese
progreso de la desigualdad, de la injusticia y de la falta de salidas es una de
las cosas más graves que ha pasado.
En una democracia, lo
normal sería que una persona cualquiera pudiera tener la posibilidad de estar
un tiempo ejerciendo un cargo y luego retirarse a su profesión. La
profesionalización de la política es uno de los grandes males del sistema
español. Igual que la politización de ciertas profesiones públicas. El hecho de
que tantos cargos que tendrían que ser exclusivamente técnicos sean políticos.
Eso es una sociedad cautiva de la política.
Estos gobiernos brutales
de los últimos años se han dedicado sobre todo a hacer todo el daño que han
podido; creo que con una perspectiva ideológica, que es pensar que todo lo que
tiene que ver con la cultura o la educación es cosa de izquierdistas y hay que
dañarlo. Todos los gobiernos han ido a destruir: el Gobierno del PSOE por falta
de coraje y por demagogia; y el Gobierno del PP por pura brutalidad. Lo que se
ha hecho con el cine o con el teatro es una cosa destructiva, cuando la cultura
en un país como el nuestro es un eje fundamental de la prosperidad, porque la
cultura crea muchos puestos de trabajo. La industria de la cultura ha sido
abandonada a conciencia para destruirla.
En España hay mucho odio
al conocimiento. La derecha española es brutal y ha sido siempre enemiga del
saber, siempre, entre otras cosas porque ha sido esclava de la Iglesia Católica , y la Iglesia Católica ha sido el
peor enemigo que ha tenido la educación y el conocimiento en nuestro país.
Antonio Muñoz Molina
(Extracto de entrevista para 20 Minutos)
Y qué razón lleva!
ResponderEliminarLa esperanza que me queda es que parece que, aunque despacio, en algunos municipios las cosas empiezan a querer cambiar. Pero nos falta muchísimo para llegar a la igualdad ansiada en todos los aspectos, y no por colectivos, como dice muy bien tu entrada, sino la igualdad de todos y cada uno con respecto al de al lado. Lo mismo algún día lo vemos y todo, aunque cueste. Hay que dar un margen de confianza aún. Algunos de la izquierda parece que se lo están planteando. Esperemos que algo se consiga.
Un beso grande, Manuel. Espero que estés disfrutando el veranito
Me alegra mucho leerte!!! Una idea muy importante del texto es la falta de rumbo y concreciones verdaderamente de izquierdas, en esa época de bonanza, de someterse a los mercados, a la UE, a la banca, etc. Se han perdido muchas oportunidades y, ahora, cuando parece que los ciudadanos se acercan al poder, la derecha y los conservadores meten miedo, mienten a más no poder y hacen lo posible por perpetuarse.
ResponderEliminar