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lunes, 25 de noviembre de 2013

La mente es la parte interior del cuerpo y el cuerpo es la parte exterior de la mente (Osho)




El cuerpo es el mayor misterio de toda la existencia. Si un hombre aprende la sabiduría del cuerpo y el misterio que entraña nunca necesitará de Dios ni de Sacerdotes. Dentro de él se halla el verdadero santuario de la conciencia. El florecimiento de la conciencia en tu ser es lo que evita tu destrucción. Te aporta un inmenso impulso creador, la necesidad de crear más belleza en el mundo, más bienestar.
El hombre necesita un cuerpo mejor, más sano.
El hombre necesita un ser más consciente, más alerta.
El hombre necesita todo tipo de lujo y bienestar que la existencia esté dispuesto a darle.

    La existencia está dispuesta a ofrecerte un paraíso aquí y ahora. El cuerpo es el alma visible. Y el alma es el cuerpo invisible. El cuerpo y la mente no están separados de ningún modo, forman parte uno del otro, forman una totalidad. Tienes que aceptar tu cuerpo, tienes que amar tu cuerpo, tienes que respetarlo, tienes que estarle agradecido… Tu cuerpo representa la existencia entera, todos sus elementos.

    Una vez que comienzas a comunicarte con tu cuerpo, todo empieza a ser muy fácil. No hace falta forzar al cuerpo, hay que persuadirlo. No hace falta luchar contra él. Existimos dentro de él y debemos tener el máximo cuidado con él; es nuestra responsabilidad. Escucha a tu cuerpo, sigue a tu cuerpo. La mente es tonta, el cuerpo es sabio. Si consigues entrar a fondo en tu cuerpo, en todas estas profundidades encontrarás tu alma.

    El cuerpo es tu tierra; tú estás enraizado en tu cuerpo. Tu conciencia es como un árbol en el cuerpo. Tus pensamientos son como frutos. Tus meditaciones son como flores. El cuerpo apoya todo lo que estás haciendo. Incluso cuando empiezas a darte cuenta de quién eres, el cuerpo te apoya. Escucha su lenguaje, descodifícalo, y poco a poco, según penetras en el libro del cuerpo y pases sus páginas, llegarás a darte cuenta de todo el misterio de la vida.

    Dios ha elegido la morada del cuerpo para vivir. Es cierto que no eres el cuerpo. Pero eso no quiere decir que tengas que estar en contra de él, es un amigo. Es una maquinaria de inmensa complejidad, belleza, orden. La mente es la parte interior del cuerpo y el cuerpo es la parte exterior de la mente. No hay división, no hay compartimentos estancos. Primero el cuerpo debe liberarse de todas sus estructuras acumuladas y, de forma simultánea, la mente debe ser inspirada para que pueda comenzar a moverse hacia arriba y así pueda liberar toda la carga que la mantiene anclada.



    Todo lo que hagas fisiológicamente afectará a la mente. Como todo lo que hagas psicológicamente afectará al cuerpo. Porque el ser humano es uno… ¡está en total comunicación! Nada se halla separado en un ser humano. El cuerpo no solo está conectado consigo mismo, está relacionado con la mente, y así cuerpo y mente están conectados con un alma trascendental.

    La sociedad no puede tolerar la felicidad. Pero esta es la gran revolución. Si la gente pasara a un estado de éxtasis toda la sociedad tendría que cambiar, porque se basa en la desdicha. Educamos a nuestros hijos… desde el principio les creamos una tendencia hacia la desdicha. Por ello ellos siempre la eligen. En todo momento existe la elección entre ser desdichado o ser feliz. Siempre escoges la de ser desdichado porque ya se ha convertido en un hábito. La desdicha es una cosa muy difícil de alcanzar, porque es totalmente antinatural. La sociedad ha hecho una gran labor. De una creación afortunada han obtenido criaturas desdichadas. Todo niño nace feliz. Todo niño es un dios al nacer. Y todo hombre muere loco. Esta es toda tu labor: intentar recuperar la infancia. El que pueda volver de nuevo a ser niño no conocerá la desdicha.

   Estar separado cuerpo y mente en forma de ego es la base de toda desdicha. El ser uno solo, fluir con lo que la vida te ofrezca, penetrar en ello intensamente, en su totalidad, todo eso supone dicha. La elección está al alcance de la mano. Mantente alerta. En cada momento, cuando estás eligiendo ser infeliz, recuerda: es una elección tuya. Ser consciente de ello ayudará: la confirmación de que es una elección personal y de que soy responsable de lo que estoy haciendo. Tu mente habrá mejorado. Te resultará más fácil pasar a un plano de felicidad.

    Hay dos formas de vivir, de ser, de saber: una es esfuerzo, voluntad, ego; la otra es negación del esfuerzo, negación de la lucha, es un estado de dejarse llevar por la existencia. Hay pruebas suficientes de que toda esta fuerza de voluntad, esta senda del ego, esta lucha y esta guerra, han sido un fracaso rotundo. En la inmensa existencia, tú eres más pequeño que un átomo. ¿Cómo puedes luchar contra el cosmos? La naturaleza es tu madre, no puede estar en tu contra. Todo lo que tienes que aprender es el arte de vivir, el arte de sentir júbilo. Es solo la cuestión de aprender un arte, y ser capaz de transformar el veneno en néctar.

    La vida se basa en cosas muy pequeñas, beber una taza de té, pasear por la mañana sin ir a ningún sitio determinado, cocinar para alguien que amas, lavar tu ropa, barrer el suelo, regar el jardín, saludar a un desconocido. El hombre que puede saludar a un desconocido también puede saludar a una flor, a un árbol, puede cantarles a los pájaros. Tan solo basta con hacer cosas pequeñas.



    Si escuchas a tu propio corazón nunca estarás dividido, comenzarás a andar en la dirección adecuada, sin siquiera pensar qué es lo malo y qué es lo bueno. De este modo, la gran creación de la nueva humanidad consistirá en el secreto de escuchar al corazón consciente, atenta, cuidadosamente. Obedece a tu propio ser, sé luz por ti mismo. Tú debes decidir. Cuando otros deciden por ti, tu alma se queda adormecida y apagada. Decidir significa correr riesgos. Corre todos los riesgos que se necesiten para ser individual, acepta los desafíos para que éstos te hagan perspicaz, para que te aporten la brillantez e inteligencia necesaria.

   Aprende a fluir con la existencia de modo que no sientas culpas ni tengas heridas. No luches ni contra el cuerpo, ni contra la naturaleza, ni contra nada, así estarás en paz y a salvo, tranquilo y sosegado. No luches contra tu cuerpo. No es tu enemigo, es tu amigo. Es un regalo que te ofrece la naturaleza. Forma parte de ella, pero tienes una individualidad. La existencia ha realizado un milagro, ha hecho posible lo imposible. Por lo que al estar en armonía con tu cuerpo, lo estarás con la naturaleza, en lugar de ir contra la corriente, fluirás con ella. Déjate llevar. Deja que la vida ocurra. Nada hay más valioso que la armonía, en consonancia con el universo.



Osho – El Equilibrio Cuerpo-Mente

1 comentario:

  1. Me parece un maravilloso punto de vista y también un gran mensaje.Gracias.

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