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jueves, 4 de febrero de 2016

Lo que tú piensas se manifiesta (Conny Méndez)



El ser humano es lanzado a la tarea de vivir, sin saber qué cosa siquiera es la vida, sin saber por qué algunas vidas transcurren en medio de la opulencia y las satisfacciones mientras otras lo hacen por la miseria y el sufrimiento. Unas se inician con todas las ventajas que pueda idear el afecto y, sin embargo, las persigue un atajo de calamidades, y el ser humano se debate en conjeturas, todas erradas, y llega el día de su muerte sin haber adivinado la verdad respecto a todo eso.

Aprende la gran verdad: lo que tú piensas se manifiesta. “Los pensamientos son cosas”. Es tu actitud la que determina todo lo que sucede. Tu propio concepto es lo que tú ves, no solamente en tu cuerpo y en tu carácter, sino en lo exterior, en tus condiciones de vida. Los pensamientos son cosas. Tu vida, lo que te ocurre, obedece a tus creencias y a lo que expresas en palabras. Es una ley, un principio: el principio del mentalismo.
   Si en tu mente está radicada la idea de que los accidentes nos acechan a cada paso; si crees que “los achaques de la vejez” son inevitables; si estás convencido de tu mala o buena suerte; lo que quiera que tú esperes normalmente, en bien o en mal. Ésa es la condición que verás manifestarte en tu vida y en todo lo que haces. Ése es el porqué de lo que te ocurre.



No se está jamás consciente de las ideas que llenan nuestra mente. Ellas se van formando de acuerdo con lo que nos enseñan, o lo que oímos decir. Como casi todo el mundo está ignorante de las leyes que gobiernan la vida, casi todos pasamos nuestra vida fabricándonos condiciones contrarias; viendo tornarse malo aquello que prometía ser tan bueno; tanteando, como dicen, a ciegas, sin brújula, timón, ni compás; achacándole nuestros males a la vida misma, y aprendiendo a fuerza de golpes y porrazos; o atribuyéndoselos a “la voluntad de Dios”.
   El ser humano no es lo que te han hecho creer: un corcho en medio de la tempestad, batido aquí y allá según las olas. !Nada de eso! Su vida, su mundo, sus circunstancias, todo lo que él es, todo lo que le ocurre son creaciones de él mismo y de nadie más. Él es el rey de su imperio y si su opinión es precisamente que él no es sino un corcho en medio de la tempestad, pues así será. Él lo ha creído y permitido. Nacer con libre albedrío significa haber sido creado con el derecho individual de escoger… ¿escoger qué? El pensar negativa o positivamente; pesimista u optimista.



La metafísica siempre ha enseñado que lo que pensamos a menudo pasa al subconsciente y se establece allí, actuando como reflejo. Cuando el ser humano se ve envuelto en los efectos de su ignorancia, o sea, que se ha producido él mismo una calamidad, se vuelve hacia Dios y le suplica que lo libre del sufrimiento. El hombre ve que Dios le atiende a veces, y que otras veces, inexplicablemente, no atiende. Sin que nos demos cuenta clara de ello, le estamos atribuyendo a Dios una naturaleza de magnate caprichoso, vengativo. Es natural pensar así cuando nacimos, vivimos ignorando las reglas y las leyes básicas de la vida. Ya dijimos la razón de nuestras calamidades: las producimos con el pensamiento. En este es que somos “imagen y semejanza” del creador, somos creadores, cada cual, de su propia manifestación.

La verdad es que la Creación funciona en todo y siempre con siete principios. No descansan un solo minuto, se encargan de mantener el orden y la armonía: Vida, Amor, Verdad, Inteligencia, Unidad, Espíritu y Principio. No se necesitan policías en el espíritu. Aquel que no marcha con la ley se castiga él mismo. Lo que piensas se manifiesta; de manera que aprende a pensar correctamente. No hagas lo que has hecho hasta ahora: aceptar todo lo que oyes y todo lo que ves sin darte la oportunidad de juzgar entre el bien y el mal.



El cuerpo material no tiene voluntad propia. No puede oponerse ni mandar. La vida está en el espíritu, en el alma, en el Yo Superior. Es una chispa de la Divinidad; es el agente, el representante plenipotenciario. Así eres tú, un microcosmos, un diminuto sistema solar repitiendo el mismo diseño universal. Ese arco iris completo es tu gloria, tu Verdad innata. Eso jamás lo perderás. Es “tuyo por derecho de conciencia. Por el hecho de poseer este cuerpo causal tienes el derecho de afirmar “Yo Soy Perfecto”. Cada vez que lo piensas y lo practicas se acercan más tus dos sistemas: tu Yo Superior y tu Yo Inferior. Son dos entidades vivientes, aunque separadas, pero que forman junto con la Conciencia terrena un solo ser.


Tú puedes y debes dirigirte a esas dos entidades, hablarlas, amarlas, invocar la protección divina en ellas, pues son perfectas, y juntas formas ese “YO” que tú nombras constantemente y de quien debes hablar en los más altos y bellos términos. Estás hablando la Verdad porque te estás refiriendo a Tu verdad, a tu Llama triple.


Conny Méndez – Metafísica 4 en 1

1 comentario:

  1. Que bello! Si es verdad todo lo dicho aqui. Somos todo la suma de nuestros pensamientos. Lo siento perdon gracias te amo!

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