miércoles, 18 de octubre de 2017

La mente es un enfermedad (Osho)



La mente es una enfermedad. La mente no puede estar sana porque nunca puede estar entera. La mente siempre está dividida; la división es su base. Si no puede estar íntegra, ¿cómo va a poder estar sana? Y si no puede estar sana, ¿cómo va a ser sagrada?. La mente es la enfermedad, porque dice: “… o esto o lo otro. ¡Elige!” Y elegir es la función de la mente; la mente  no puede existir sin elegir. Al elegir caes en la trampa, porque siempre que eliges lo haces en contra de algo. Cuando eliges, divides, y la vida es una unidad. La existencia no puede dividirse, la existencia es un profundo “unísono”. Si dices: “esto es bonito y esto es feo”, la mente ha entrado en escena, porque la vida es las dos cosas juntas. No hay una línea divisoria. La vida va fluyendo de esto a aquello. Lo bonito se vuelve feo, la vida se convierte en muerte, y la muerte vuelve a nacer de nuevo.

¿Qué vas a hacer con la vida? No puedes elegir. Si quieres estar con la vida, con la totalidad, tendrás que vivir sin elegir. La mente tiene la tentación de dividir. Una vez que divides, la mente se encuentra a sus anchas. Si no divides, si dices: “No voy a decir nada. No voy a juzgar”, la mente se siente en su lecho de muerte.

La vida no es lógica. La lógica es solo una parte (por supuesto muy clara, categorizada, encasillada, dividida) pero la vida es confusa. ¿Qué le vas a hacer? Es así. No es tan lineal, tan clara, tan dividida; es un caos. Pero la lógica está muerta y la vida está viva, así que la cuestión radica en elegir la lógica o bien elegir la vida.



Si el hombre se encuentra en un problema es debido a los muchos maestros que han envenenado su mente, que le han estado enseñando: “!Elige esto! ¡No hagas esto, haz esto!”. Todas estas lecciones le han destruido. Y parecen lógicas. Si discutieras con ellos, ellos siempre tendrían razón. La lógica les apoya.

Tu mente dirá: “Si no tienes preferencias te convertirás en un animal. Si no eliges, ¿cuál es la diferencia entre tú y un árbol?” hay una diferencia, una gran diferencia; pero no la diferencia que trae la mente, sino una que viene a través de la consciencia. El árbol vive sin elección, inconscientemente. Tu vivirás sin elección, conscientemente. Esto es lo que significa consciencia. Sin elección, y la mayor diferencia es que serás consciente de que no estás eligiendo.

¿Qué es el silencio? El silencio es un profundo entendimiento; un entendimiento de que el fenómeno de elegir te causa tensión. Aunque lo que prefieras es el silencio, te pondrás tenso.
    Entiéndelo, siéntelo; siempre que prefieras algo, te pones tenso; cuando no prefieres, no hay tensión, estás relajado. Y cuando estás relajado, tus ojos poseen cierta claridad, no están velados por nubes y sueños. No se mueven pensamientos en la mente, puedes ver a través de ella. Y cuando puedes ver la verdad, ella te libera. La verdad libera.

Vive sin opiniones. Vive desnudo, sin ropa alguna, sin opiniones acerca de la verdad, porque la verdad detesta todas las opiniones: Abandona todas tus filosofías, teorías, doctrinas, escrituras! ¡Abandona toda esa basura! Vive en silencio, sin elegir, con los ojos simplemente dispuestos a ver lo que hay, de ninguna manera esperando ver tus deseos realizados. No cargues con deseos. Se dice que el camino del infierno está completamente lleno de deseos, de buena voluntad, de esperanzas, de sueños, de arco iris, de ideales. El camino del cielo está absolutamente vacío. ¡Despréndete de todas las cargas! Simplemente ve lo que hay. No lleves contigo ninguna mente. Vive sin mente.



Esta es la enfermedad de la mente. Lo que a uno le gusta y lo que le disgusta, a favor y en contra. ¿Hay alguna manera de superar esta enfermedad? No, no hay manera. Uno simplemente tiene que entenderlo, mirar el hecho en sí mismo. Uno solo tiene que cerrar los ojos y mirar en su propia vida; observarla. Y sentirás la verdad. Y cuando sientes la verdad, la enfermedad desaparece. No hay ningún remedio para ella. Simplemente entiende cómo has creado toda esta confusión a tu alrededor, cómo has creado todo ese sufrimiento. Y nadie más que tú lo ha creado; es la enfermedad de tu mente: preferir, elegir.

No decidas. Acepta la vida en su totalidad. Tienes que ver la totalidad; la vida y la muerte juntas, el amor y el odio juntos, la felicidad y la desgracia juntas, la agonía y el éxtasis juntos. Si los ves juntos, entonces ¿qué quedará para elegir? Entonces la elección desaparece.
   No es que tú la dejes. Si eres tú el que la dejas, se convertirá en una elección; ésta es la paradoja. No supongas que tienes que dejarla, porque si la dejas eso ya quiere decir que has elegido a favor y en contra. Ahora tu elección es la totalidad y en contra de la división, pero la enfermedad ha entrado. Es algo muy sutil.



Simplemente entiende, pues la propia comprensión hace que la elección desaparezca. Nunca la abandones. Simplemente te ríes… y pides una taza de té.

La realidad está justo ahí, siempre esperando cerca de tu corazón, cerca de tus ojos, cerca de tus manos. Puedes tocarla, puedes sentirla, puedes vivirla, pero no puedes “pensarla”. Puedes ver la realidad, ver es algo directo, tocar es algo directo; pero pensar es algo indirecto. Es por eso que el pensar no toca la realidad. Un amante puede conocer la realidad, hasta un bailarín puede conocerla, un cantante puede sentirla, pero un pensador sigue sin tocarla.

Hay que parar el pensar, pero no volviéndose inconsciente. Hay que parar el pensar haciéndose más consciente, más alerta, dándose uno más cuenta, porque la energía que se pone en el pensar se mueva hacia ser consciente y surja en ti un testigo del proceso de pensar; mirándolo, observándolo, siendo un observador en la distancia, siendo alguien que observa desde lo alto…


Osho – El libro de la nada

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