domingo, 30 de diciembre de 2012

Conexión cósmica




Sois seres magníficos, miembros de la Familia de la Luz, y habéis venido a la Tierra en esta época con la tarea de crear un movimiento, hacer un cambio, y asistir a la transición. El amor es la clave.

Se os comunicó, antes de que vinierais aquí, que seríais asistidos y que, en las diferentes etapas de vuestro desarrollo, muchas entidades se presentarían en el planeta para poneros en marcha, encenderos y recordaros. Nosotros somos un disparador. Cuando oís el nombre Pleyadianos , sentís una conexión porque os estamos asistiendo para que vuestra información, vuestros conocimientos, se manifiesten; para que comencéis a encontrar la activación del verdadero conocimiento, el auténtico conocimiento, que está almacenado en vuestro interior.
Trabajamos con vosotros con el fin de recordaros quienes sois para que encontréis la mayor fuente de inspiración. Si pudiéramos asignaros una profesión a cada uno o daros una forma de ser, os pediríamos a cada uno de vosotros que os convirtierais en una inspiración.

Cuando seáis capaces de vivir en esta facultad y ser una verdadera inspiración para todos los que entren en contacto con vosotros, estaréis viviendo vuestra luz, y eso es bastante profundo.

La luz es información; la ignorancia es oscuridad. Queremos que trabajéis en la luz, no en la oscuridad.

Tú mismo escogiste estar aquí. Tienes la asignación de recuperar tu memoria y de llevar el valor de la existencia humana a la delantera de la creación. Eres necesario. Te has estado entrenando para esta misión durante varias vidas. Estás preparado, todo lo que necesitas saber se encuentra ahora dentro de ti y tu tarea consiste en recordar tu entrenamiento. En esta vida no se te enseñará nada nuevo. En esta vida recordaréis lo que ya sabéis y estamos aquí con el único fin de haceros recordar. Eso forma parte de nuestra misión.

El mero hecho de que estés leyendo estas palabras demuestra que formáis parte de la Familia de Luz. Para algunos de vosotros esto es como un sueño. Os estamos recordando lo que ya sabéis en vuestro interior. Hemos venido a este planeta para poner en marcha vuestros bancos de memoria, para inspirar a la raza humana, a través de la banda de la luz, para que empecéis a recordar quiénes sois, a crear vuestra propia realidad y a alterar la frecuencia del planeta y exigir ser dueños de vosotros mismos y de vuestro territorio que es la Tierra.

Tenéis una misión. Venís a estos cuerpos físicos y los controláis, y os proponéis, mediante el poder de vuestra identidad espiritual, cambiar vuestro cuerpo físico. Todos vosotros seleccionasteis cuidadosamente las líneas genéticas que más os convenían. Cada uno de vosotros escogió una historia genética a través de la cual han entrado otros miembros de la Familia de la Luz.

Vuestra rama de la Familia de la Luz es famosa. Sois famosos por entrar en sistemas de realidad y alterar la frecuencia, haciendo llegar la información. Actuáis como receptáculos; dejáis entrar los rayos cósmicos creativos a vuestros cuerpos, los cuerpos que ocupáis como humanos. Estáis disfrazados de humanos, y vosotros permitís que el proceso tenga lugar. Estáis codificados y a medida que vuestra memoria se comience a elevar, responderéis en el plan en el que vinisteis a participar con el fin de alterar las frecuencias. Empezaréis a sostener, guardar y mantener una cierta frecuencia y luego a vivirla.

La identidad como frecuencia es la suma de vuestros cuerpos físico, mental, emocional y espiritual, emitidos en forma de pulsaciones electrónicas. Mientras vivís vuestra frecuencia, afectáis a todo el mundo, dondequiera que vayáis. Eso es lo que estáis haciendo ahora.

El plan para cambiar la modulación de frecuencias que afecta a la especie humana incluye la reconexión de vuestro ADN y de los filamentos con codificación de luz.
En estos momentos en la Tierra se está llevando a cabo una reorganización del ADN. Están llegando rayos cósmicos al planeta para que el cambio sea difundido y tenga lugar una reordenación dentro del cuerpo. La información diseminada que contiene la historia y la consciencia de la Biblioteca Viviente que es la Tierra, se está alineando en estos momentos.
Este cambio, esta consciencia, está afectando a todos los rincones del planeta. Aquellos de vosotros que sois Guardianes de la Luz y que queréis cambiar esta realidad por completo y aportar nuevas opciones, estáis anclando la frecuencia. Si no es anclada y comprendida podría crear caos. Creará caos. Por eso tenéis que echar raíces.
Muchas personas empezarán a sentir esta energía sin haber recibido ninguna preparación. Estáis recibiendo luz, datos e información, y al hacerlo creáis nuevos caminos que serán explorados por la consciencia, sin decir una palabra.



El caos, cuando es utilizado de forma apropiada, provoca un estado de reorganización. El tiempo se está colapsando y la energía está creciendo. Habéis venido a usar esa energía antes que nada. Abriréis caminos de consciencia a medida que la energía vaya entrando en vuestro cuerpo. Esta energía ayudará a los otros, para que no tengan que pasar por lo que vosotros habéis pasado.

La familia de Luz de todas partes está empezando a unirse. Tenéis que concentraros en lo que tenéis en común, no en lo que os diferencia. Como miembros de la Familia de la Luz, hacéis llegar información al planeta para estimular vuestro propio crecimiento. Necesitáis hacerlo, porque vuestro propio crecimiento afecta al crecimiento del planeta.
Este proceso es un enorme salto en la evolución y tendrá lugar de una forma acelerada en los próximos veinte años. Cuando el ADN humano empiece a reconectarse como un sistema de doce hélices y se actúe sobre esta información, habrá un poder increíble. Los individuos cambiarán la cara del universo uniéndose y formulando juntos lo que desean, convirtiéndose en receptáculos telepáticos de las energías de todo el cosmos.

Se producirá una fusión de identidades, una fusión de culturas, una profusión de muchos "nuevos órdenes mundiales" y habrá un gran caos y una gran confusión. Como miembros de la Familia de la Luz, podéis simplemente observar, sabiendo que el caos y la confusión han de llegar para echar abajo el sistema y para que pueda ser reconstruido con luz.

Como miembros de la Familia de la Luz podéis comprender que está teniendo lugar un proceso evolutivo y que todos aquellos que puedan manejar las cambiantes frecuencias evolucionarán sin lugar a dudas. El colapso de vuestra sociedad es inevitable: no contiene luz; no contiene posibilidades multidimensionales; os tiene limitados y estáis cansados de todo eso.
Como miembros de la Familia de la Luz, vuestra tarea es la comprensión: hacer llegar al planeta la comprensión que estabilizará la energía y generará el poder de crear.

Vosotros sois los seres encargados de llevar a cabo este plan y ahora es el momento. Cada uno de vosotros, en lo más profundo de su ser, sabe que está aquí por una razón. Habéis venido a poner en marcha el movimiento que os liberará de todo aquello que os ha mantenido atados a vuestra realidad.
Todo lo que tenéis que hacer es empezar a dejar que la energía cósmica entre en vuestro cuerpo. Tenéis que empezar a vibrar con esta energía y despejar los pasillos del yo, las energías emocionales que están ancladas en vuestro cuerpo físico.

Como Guardianes de la Luz, crearéis opciones de realidad y las haréis llegar a la consciencia masiva del planeta. Primero lo haréis para vosotros mismos, creando una paz y un amor en vuestro interior aceptando quiénes sois, todo lo que habéis hecho en la vida y todo lo que os han hecho en la vida. Aceptaréis e integraréis todo esto porque sabéis que era exactamente lo que necesitabais para llegar a esta etapa final de anclaje de la luz.

Cuando empecéis a vislumbrar el propósito de vuestra consciencia y descubráis vuestra inteligente forma de viajar, y todos los disfraces que habéis usado, y todas las acciones en las que habéis participado, aprenderéis a aceptar la totalidad de vuestro ser. Cuando aprendáis a aceptar un comportamiento que no es de lo más elevado, y a aceptar vuestra identidad sexual, y a aceptar cómo valorasteis y dejasteis de valorar la vida, durante distintas vidas, se abrirá un chakra que está situado alrededor de la glándula del timo, entre el cuarto y el quinto chakra. Es por aquí por donde finalmente se abrirá el sistema nervioso y la información fluirá, y por aquí comenzaréis a regenerar el cuerpo y a entrar en el amor incondicional.

Cuando empecéis a  confiar en vuestra identidad, a confiar en la sincronicidad, a confiar en que sois parte de un plan, entonces encontraréis que incluso en medio de grandes calamidades y de increíble desorden, seréis capaces de desafiar las leyes de la humanidad.
Todo esto ha de ser sentido. Permitid que las células de vuestro cerebro funcionen sin vuestra mente racional y consciente, que quiere definir todas las cosas hasta el último detalle. Esta experiencia exige que cultivéis un sentimiento en vuestro interior y luego, un día, en un momento dado, una tarde, experimentaréis la sobrecogedora sensación de saber, como si de una composición de miles de páginas cobrara vida en cinco segundos de divino éxtasis.


Pleyadianos


Hay que predicar lo que se practica (De Mello)





Cuando miras un árbol y ves un milagro, entonces, por fin, has visto un árbol. ¿Alguna vez tu corazón se ha llenado de muda admiración cuando has oído el canto de un pájaro?
El pájaro no canta porque tenga una afirmación que hacer. Canta porque tiene un canto que expresar.

Las palabras del alumno tienen que ser entendidas. Las del Maestro no tienen que serlo. Tan solo tienen que ser escuchadas, del mismo modo que uno escucha el viento en los árboles y el rumor del río y el canto del pájaro, que despierta en quien lo escucha algo que está más allá de todo conocimiento.

¡Deja de buscar, pequeño pez!
No hay nada que buscar. Solo tienes que estar tranquilo, abrir tus ojos y mirar. No puedes dejar de verlo.

Esta es la esencia de la contemplación: la capacidad de asombro. La contemplación se diferencia del éxtasis en que éste lleva a uno a retirarse. La contemplación se diferencia de la contemplación de la belleza en que ésta produce un placer estético, mientras que la contemplación produce asombro, prescindiendo de que lo que se contemple sea una puesta de sol o una simple piedra.

Abandona todo pensamiento acerca del futuro y del pasado, y hacerte totalmente presente. Y la contemplación se produce.

Decía un monje Zen: “Cuando se incendió mi casa pude disfrutar por las noches de una visión sin obstáculos de la luna”.

¿De qué vale buscar a Dios en lugares santos si donde lo has perdido ha sido en tu corazón?

Yo solía pensar que las palabras escritas estaban muertas y secas. Ahora sé que están llenas de energía y de vida. Era mi corazón el que estaba frío y muerto, así que ¿cómo iba a crecer nada en él?




A veces se oye hablar de hombres que se han hecho discípulos de los discípulos de los discípulos de un hombre que ha tenido la experiencia personal de Dios. Es absolutamente imposible enviar un beso a través de un mensajero.
A veces he visto a mujeres ancianas rezar interminables rosarios en la iglesia. ¿Cómo va a glorificar a Dios ese incoherente palabreo? Pero siempre que me he fijado en sus ojos o en sus rostros alzados al cielo, he sabido en el fondo que ellas están más cerca de Dios que muchos hombres doctos.

Cuando buscas la Verdad, vas solo. La senda es demasiado estrecha para llevar compañía. Pero… ¿quién puede soportar semejante soledad?

Puedes entregar todos tus bienes para ayudar a los pobres, y entregar tu cuerpo a la hoguera, y no tener amor en absoluto.
Guarda tus bienes y renuncia a tu yo. No quemes tu cuerpo, quema tu ego. Y el amor brotará automáticamente.

La conciencia de la propia virtud es un riesgo muy propio de quien se embarca en la oración y en la piedad.

Cuando las personas religiosas no dejan de darle vueltas a los pecados de los demás, uno sospecha que esa insistencia les proporciona más placer del que el pecado proporciona al pecador.

El hombre no es cruel por naturaleza. Se hace cruel cuando es infeliz… o cuando se entrega a una ideología.
Si tienes que escoger entre el dictado de un corazón compasivo y las exigencias de una ideología, rechaza la ideología sin dudarlo un momento. La compasión no tiene ideología.

Muchas veces he intentado desesperadamente practicar lo que predico. Si me limitara a predicar lo que practico, sería mucho menos farsante.

“Ahora me tienes junto a ti”, dijo Dios a su ferviente devoto, “y no haces más que darle vueltas a tu cabeza pensando en mí, hablar acerca de mí con tu lengua y leer lo que dicen de mí tus libros. ¿Cuándo te vas a callar y me vas a probar?"

Dios “danza” su Creación, Él es su bailarín; su Creación es la danza. La danza es diferente del bailarín y, sin embargo, no tiene existencia posible con independencia de Él. En el momento en que el bailarín se detiene, la danza deja de existir.
Guarda silencio y mira la danza. Sencillamente, mira: una estrella, una flor, una hoja marchita, un pájaro, una piedra…  Cualquier fragmento de la danza sirve. Mira. Escucha. Huele. Toca. Saborea. Y, seguramente, no tardarás en verle a él, el Bailarín en persona.


Anthony de Mello : El Canto del Pájaro


viernes, 21 de diciembre de 2012

Volver al Humanismo (Emilio Lledó)






Estamos en una situación que exige crear nuevas formas de convivencia.  Hay que presentar una cara nueva de la democracia, y para ello hay que superar ciertos planteamientos que nos ha legado el pasado. Me parece que no habría que insistir tanto en los adjetivos de la democracia y sí en la democracia en sí misma. El mundo del futuro tiene que luchar en un universo casi utópico: por una solidaridad mayor en contra de la deformación y manipulación del individuo. Democracia quiere decir liberación de nuestra sociedad. Y ésa es una tarea humanista. Una tarea que puede sonar utópica, pero a la que creo que no podemos renunciar.

Con el actual sistema comunicativo estamos hipercomunicados, casi asfixiados, casi inundados. Recibimos tanta información que no tenemos tiempo para contrastarla. Y en definitiva, estamos más silenciosos y más inermes que nunca. Aunque se digan cosas, siempre están los esquemas que absorben, reducen, deforman y mixtifican lo que tú puedas decir.

La marginación intelectual es uno de los grandes riesgos del momento. Cabe el peligro de que vaya surgiendo una marginación desesperada, escéptica, humorística; una marginación intelectual de aquellos que se dan cuenta que su discurso se está convirtiendo en un discurso inoperante, minoritario y hasta cierto punto incomunicable, porque el gran río de la comunicación va por otro camino.

Los medios de comunicación y la informática son medios espléndidos, pero son medios que a una sociedad que no tenga intimidad, a una juventud que no lea literatura, que no piense, que no le ofrezcan ideales, la destroza. Así  no sirve más que para cretinizar absolutamente a las futuras generaciones.



Hay que volver al humanismo y al hombre cultivando también la solidaridad y transmitiendo su experiencia. Cultivar el futuro del hombre, que no tiene que ver con el discurso hipócrita que muchas veces se les ofrece a los jóvenes desde el poder común y que es escandaloso. Acabar con el afán de tener, pues la propia vida está limitada por la frontera trágicamente maravillosa del destino. Es triste que la sociedad alimente ese espacio de dinero y afán de posesión y no dé a la vida la infinita posibilidad del saber. A algunos jóvenes idealistas se les llama trasnochados, con lo bonito que es trasnochar: mucho peor es estar dormidos.

Tal vez eso del Mercado Común nos haya homegeneizado en nuestra relación con el dinero. Me temo que en épocas en que desaparezcan los ideales, el ansia de dinero –del tener por el tener– puede ser destructora. Claro que puede haber diferencias entre España y otros países europeos más poderosos  industrialmente. Un país que solo quiere tener y que apenas produce bienes materiales o crea ideas, corre el peligro de convertirse en un país de consumidores consumidos.

Lo que ocurre en los medios audiovisuales es que reconstruyen formas de realidad. Como en esas películas horribles en las que se fomenta la violencia sistemáticamente. Cómo hablar de derechos humanos si no se defienden los derechos de nuestros ojos también; cómo hablar de justicia, de bondad o de solidaridad, cuando tú enciendes un aparato de éstos y se te muestra violencia, agresividad, "cretinización" y cosas que los ojos humanos no están hechos para percibir. Normalmente los seres humanos no están en la guerra. A través de la televisión estamos continuamente en guerra, vivimos con esas guerras “espejeadas”, manipuladas, y con las que parece natural convivir. Creemos que es un pasatiempo, pero a mí me preocupa el exceso del “pasatiempista”.

Si no hubiera una posibilidad de regeneración política, nuestro país moriría. Se moriría por inanición, por corrupción. El fenómeno de la corrupción me escandaliza. Me parece inconcebible el planteamiento de que solo el tener, el poseer más que el otro, pueda ser el horizonte de nuestra vida política. La educación tiene que transmitir, de alguna forma, una cultura moral. Es verdad que esto suena un poco raro en nuestro mundo. ¡Qué le vamos a hacer! Una educación donde uno solo intenta ganarse la vida cuando acabe es una educación muerta, no produce más que gente muerta. Pero muerta o aniquilada a los veintitrés años.

Mi supuesta defensa del pasado no tiene nada que ver con la nostalgia ni con la melancolía. No se trata de eso, pero el olvido es como la muerte, es peor que la muerte. El olvido es vivir muerto, es estar solo en el presente como si fuéramos sus esclavos. No se trata de vivir en el pasado, pero no podemos renunciar al mundo de los libros, a la experiencia secular de los hombres plasmada en esas obras. Si lo hiciéramos, sería como volver a la animalidad más profunda. Esto es algo de sentido común: somos lo que hemos sido, y estamos porque otros hombres y otras culturas nos trajeron hasta aquí. Una de las enfermedades de nuestro tiempo es ese presentismo, el pensar que solo existe el presente y que podemos prescindir de la experiencia de aquellos que nos han antecedido en la vida y en la historia.

Utopía significa “lo que no tiene lugar”. Pero los que no tienen lugar son los defensores del pragmatismo y del realismo, ésos sí que están en el aire. La utopía es lo que realmente ha movido y sigue moviendo a los hombres. Algunos creen que el utópico es un imbécil que está alejado del mundo, cuando muchas veces es el verdadero hombre de su tiempo.


Emilio Lledó: Palabras Entrevistas

The Doors - Riders on the Storm (original album version) - Music Video

martes, 18 de diciembre de 2012

Fin del Mundo "a la vuelta de la esquina"





Aunque ya  comentamos hace tiempo algunas opiniones sobre el anunciado fin del mundo el 21-12-2012 o, mejor dicho, el fin de un calendario y el comienzo de otra era nueva, que parece marcado por el paso de nuestro sistema solar por el plano central de la galaxia, no había querido insistir más en el asunto, que tomaba unos tintes catastrofistas insoportables.  Ahora que quedan solo tres días para ese momento como que estamos más relajados, como deseando que queden en entredicho ciertas profecías,  teorías o hipótesis tremendistas  lo antes posible. También suele suceder que, a las profecías, en cuanto se les pone fecha exacta, casi nunca suceden.

Apenas conservamos recuerdo, en nuestra memoria colectiva, de catástrofes generalizadas; la última pudo originar la destrucción de la mítica Atlántida hace 11.500 años, ¿o por qué no 12.960 años, que es la mitad de un ciclo de precesión de los equinoccios de 25.920 años de la Tierra y coincide con el cruce del plano central de la galaxia? Según los mismos científicos argumentan, este cruce provoca, durante un tiempo, el tránsito por una zona neutra en cuanto a propagación de cualquier tipo de energía, por lo que tampoco deberían llegar los rayos solares, y existe la posibilidad de que la Tierra se parara. ¿Pararse? A una velocidad de rotación media de 1.000 km/h y de más de 100.000 km/h en su traslación alrededor del sol, saldríamos despedidos hacia el espacio en caso de parada. Es lógico suponer entonces una inversión de los polos, desbordamiento del magma y un vuelco magnético…

Por otro lado, parece ser que se nos interpone además la constelación de las Pléyades, a les que se le rinde culto desde muy antiguo en distintas civilizaciones, por su relación con la época de siembras y cosechas, por la coincidencia en el plano y/o porque de allí llegaran “dioses civilizadores”. Dejamos para otro momento una incursión en este tema.



Propongo, pues, ver estos tres documentales que he seleccionado, de entre la inmensa cantidad de reportajes que circulan, con aire crítico, como el de un espectador que no participa en la obra que presencia y que sabe que es ficticia, pero que puede estar basada en hechos reales. Hay un hecho real que cualquiera compartiría, y es el de que sin un cambio global de todo lo que supone la civilización humana, esto no tiene solución. Como decía Machado:”si mañana un vendaval de cinismo y elementalidad humana sacude el árbol de la cultura y se lleva algo más que sus hojas secas, no os asustéis. Los árboles demasiado espesos necesitan perder alguna de sus ramas, en beneficio de sus frutos. Y a falta de una poda sabia y consciente, pudiera ser bueno el huracán”.

Podemos preguntarnos: ¿Necesitamos purificar nuestra consciencia para acceder a un plano más elevado de comprensión? ¿Se puede modificar el ADN a la vez a toda la humanidad? ¿Qué es eso de la 4 dimensión a la que podemos acceder? ¿Y la apertura de un nuevo chakra? ¿Va a haber cataclismos diezmadores en el futuro, o no? ¿Es el Final de los Tiempos, el Kali-Yuga, el comienzo de los siete años de tribulaciones del Apocalipsis, la hora 11, el último Papa… o nada de eso? Cuando menos el tema es para prestarle un poco de atención, puede haber múltiples interpretaciones… ¡en un futuro próximo!









viernes, 14 de diciembre de 2012

Triana










Un viaje cualquiera

Tenía pendiente un recorrido con algunas fotos de sitios diferentes que no había incluido antes en el blog, como haciendo una visita guiada imaginaria con música, sencillamente...








 


 
 



 



 

 


 


 

 



 


 



 


 

 



 



 

 



 

 







 


 
 


jueves, 13 de diciembre de 2012

Sé, déjate ser, no te golpees...





Somos Momentos, Absolutos, Eternos

Somos tan solo momentos que se entrelazan entre sí para poder generar un todo. Pues bien, es hora de comenzar a definir en qué momento estamos transitando, en el momento de la determinación o el momento de la ejecución, qué es aquello que deseamos o aquello que esperamos. Si es realmente aquello que deseamos nosotros o es un sentimiento externo, impuesto por otros.

Muy difícil se torna intentar definir quien hace bien y quien hace mal pues cada uno tiene su propia forma de entender el bien y el mal, cada uno tiene su propia forma de entender el concepto de Dios. Dios no espera, no anhela, no busca, no pide. Dios es un concepto, una palabra con poca realidad material. El absoluto, el universo, el bien, es en nosotros y por nosotros y a través de él, el amor, y de acuerdo a lo que consideramos amor se expresa. Pero cuidado, no confundir al Todo con el amor, pues el amor es un sentimiento humano y tanto puede estar bien como estar mal, tanto puede generar bien como generar odio. Si partimos de un sentimiento humano, definido en palabras que no concuerdan por lo que pasa por nuestro propio entendimiento, corremos el riesgo de deformarlo para los demás.

Seamos cuidadosos con lo que deseamos del otro, en todo caso no deseemos ni esperemos nada del otro. Pero no como un desinterés de los asuntos del Absoluto sino como un respeto infinito por la libre elección de quienes nos rodean.
Preocúpate, pues, de hacer lo correcto desde lo que tú consideras correcto, no te entregues a nada externo a ti, a ningún concepto fuera de ti. No te entregues a ese falso concepto de un Dios ausente y todo poderoso que no podría ser nosotros, puesto que también es externo.
Intenta hacer el ejercicio de centrarte en ti, sabiendo que ahí está el concepto de lo absoluto, que nace en ti y en cada uno de los que rodean, incluso en las piedras que pisas, en todo nace ese absoluto, pero solo puede ser comprendido desde tu interior.

Ama, y Ámate. No te comprometas con nada ni con nadie, comprométete contigo mismo pues para eso ha llegado Dios a Ti para buscar un compromiso con el Ser divino que se encuentra en ti. Cuando menos miramos y actuamos para afuera mayor es nuestro nivel de amor. Pues cuidemos de nuestros actos y nuestros sentimientos y así cuidamos el Absoluto en cada uno de los demás. Dando a todos el lugar y el nivel de Absolutos e Infinitos.
No es difícil de comprender, es tan solo imposible para quien solo desea figurar.
Abandona el Ego, la soberbia y despide al juez que hay en ti. No te juzgues ni a ti ni a los otros, tan solo sé reflejo de tu Absoluto y todos seremos Absolutos e infinitos


La Dulce Verdad del Dios en Todos

No inventen rivalidades ni odios a partir de creerse los dueños de la verdad suprema ni más cercanos a la salvación. Nadie tiene prioridad sobre alguno de sus iguales, puesto que todos son Dios y de Él y para Él y con Él, todos vienen del mismo lugar, todos aspiran a la misma verdad. Cada uno con sus tiempos y sentires, no amenacen con el fin del mundo, ni tampoco con el arrepentimiento. El Dios de los castigos y odios y muertes es la verdadera invención de los que siempre quisieron someternos bajo su poder, ese Dios nunca fue y nunca será.
No se golpeen el pecho ni sientan deseos de arrodillarse ante un concepto abstracto, ensalcen, amen y alaben a sus iguales, pues en ellos está Dios. No lastimen a quienes con dulzura expresan sus palabras. No actúen con soberbia ante el que no ha sido aún iluminado con la Dulce Verdad del Dios en Todos. No juzguen a quien piensa en un Dios diferente o tiene otra forma de llegar a su amor. Siempre que la base esté fundada en el amor y respeto a los otros está Dios.

Canten Mantras y exalten su nombre en sus infinitas formas y posibilidades, aplaudan, bailen, sientan. Dios es un SER VIVO, él no está muerto ni somete a la muerte en vida a ninguno de sus hijos.
Sueñen, proyecten, alaben y VIVAN.
No sientan miedo, ese terror Santo ya se ha caído, puesto que su credibilidad ha sido más que puesta en duda y la gente busca amor, y amor y más amor.
Nadie ha venido a estar solo, ni a negar su humanidad. Todos hemos encarnado para ser testimonio viviente de la Gloria de ser Dios y experimentar la Felicidad de su Gloria en la Tierra.



Sé Libre de Ser

"Nadie nos dice a qué hemos venido como nadie puede decirnos hasta dónde podemos llegar"

Somos Universo y Somos Infinito, pues nuestro ser, nuestra esencia es la misma que la que conforma todo lo que nos rodea, que no es más que aquel pedacito del Dios Omnipresente que se expande en todo. No tenemos límites, no dejemos que nos limiten. Siente qué es lo que tu corazón ansía y tan solo muévete con la esperanza, la fe y la seguridad de que nada malo estás haciendo. Quieres reír y hacer reír, pues hazlo, quieres hacer el ridículo para que otros sonrían o te critiquen, bienvenido. Quieres sentarte y encontrar tu conexión con la fuente, ¡que sea!, pero siempre debes hacerlo sabiendo que eres tú quien debe cumplir tus propias expectativas y que aquí no estás como títere de nadie ni has venido a sufrir en pos de la alegría de otros.
Ese es un gran pensamiento del Ego, y tal vez el ego que nos niega y nos critica y nos juzga es el ego más perverso. Y esa voz que nos alienta, nos ama y nos llama a la vida y a la luz es la voz del mismísimo Maestro Interior.

Nunca esperes que otro marque lo correcto y lo incorrecto en tú vida, pues para eso Dios te ha dado su soplo de vida y te ha permitido caminar durante esta encarnación. No te preocupes por las anteriores ni pienses en las que siguen. Sé, Sé, Sé. Por algo cada cosa que lo divino creó era seguida por un AMEN - ASI SEA, no un Así fue o Así se hará. Somos presente permanente, eso es lo único que tenemos como certeza.

Sé, déjate ser, no te golpees y no permitas que lo hagan, pues no hacen más que lastimar al Dios en Todos, haz felices a quienes te rodean a partir de la felicidad amorosa, sincera y libre de egoísmo que emanas, y no temas. Este mundo no es valle de lágrimas, este ser que ocupas en tu infinita esencia Átmica es tu responsabilidad, tu pequeño bebé, y como gran y dulce Padre estás obligado a que se sienta feliz.



El amor en todos esté siempre, ahora y por cada segundo que se transite y se expanda a toda la faz del Universo.


 
Hermanos en la Luz

Vivaldi - Cuatro estaciones: Invierno

lunes, 10 de diciembre de 2012

Minutos de Sabiduría (De Mello)







Absurdo. 
   El Maestro no dejaba de restregar un ladrillo contra el suelo de la habitación, en la que estaba sentado un discípulo, entregado a la meditación.
   Al principio, el discípulo estaba contento creyendo que el Maestro trataba de poner a prueba su capacidad de concentración. Pero cuando el ruido se hizo insoportable, estalló: ¿Qué diablos estás haciendo? ¿No ves que estoy meditando?

– Estoy puliendo este ladrillo para hacer un espejo, replicó el Maestro.
– !Tú estás loco! ¿Cómo vas a hacer un espejo de un ladrillo?
– ¡Más loco estás tú! ¿Cómo pretendes hacer un meditador de tu propio yo?


Escondrijo.
   El Maestro llegó a ser una verdadera leyenda viviente. Se decía que incluso en una ocasión Dios le había pedido consejo: “Quisiera jugar al escondite con la humanidad. He preguntado a mis ángeles cuál es el mejor lugar para esconderse, y unos me han dicho que el fondo del océano. Otros que la cima de la más alta montaña, y todavía otros me han dicho que la cara oculta de la luna o alguna estrella lejana. ¿Qué me sugieres tú?

– Escóndete en el corazón humano, respondió el Maestro. Es el último lugar en que pensarán.



Receptividad.
– Quisiera aprender. ¿Querrías enseñarme?
– No creo que sepas cómo hay que aprender, dijo el Maestro.
– ¿Puedes enseñarme a aprender?
– ¿Puedes tú aprender a dejarte que te enseñe?

   Más tarde le decía el Mestro a sus desconcertados discípulos: “El enseñar solo es posible cuando también es posible aprender. Y el aprender solo es posible cuando te enseñas algo a ti mismo.


Incongruencia.
   Todas las preguntas que se suscitaron aquel día en la reunión pública estaban ligadas a la vida más allá de la muerte.
   El Maestro se limitaba a sonreír sin dar una sola respuesta.
   Cuando, más tarde, los discípulos le preguntaron por qué se había mostrado tan evasivo, él replicó: ¿No habéis observado que los que no saben lo que hacen con esta vida son precisamente los que más desean otra vida que dure eternamente?

– Pero, ¿hay vida después de la muerte o no la hay?, insistió un discípulo.
– ¿Hay vida antes de la muerte? ¡Esta es la cuestión!, replicó enigmáticamente el Maestro.


Naturaleza.
   Explicaba un conferenciante cómo una pequeña parte de las enormes sumas de dinero que se gastan en armamento en el mundo moderno podría resolver todos los problemas materiales de la totalidad de la raza humana.
   Tras la conferencia, la reacción inevitable de los discípulos, fue: Pero, ¿cómo es posible que los seres humanos sean tan estúpidos?

– Porque la gente, dijo solemnemente el Maestro, ha aprendido a leer los libros impresos, pero ha olvidado el arte de leer los que no lo están.
– ¿Podrías indicarnos un ejemplo de libro no impreso?
   Pero el Maestro no indicó ejemplo alguno.

   Un día, como los discípulos seguían insistiendo, dijo al fin el Maestro: “El canto de las aves, el sonido de los insectos, todo ello pregona la Verdad. Los pastos, las flores… todo ello está indicando el camino. ¡Escuchad! ¡Mirad! ¡Ese es el modo de leer!



Creencia.
   El Maestro había citado a Aristóteles: “En la búsqueda de la verdad, parece mejor y hasta necesario renunciar a lo que nos es más querido”. El Maestro sustituyó la palabra “verdad” por la palabra “Dios”.
   Más tarde, le dijo un discípulo: “En mi búsqueda de Dios estoy dispuesto a renunciar a todo; a la riqueza, a los amigos, a la familia, a mi país y hasta a mi propia vida. ¿Puede una persona renunciar a algo más?”.
   El Maestro respondió con toda calma: “Sí. A tus creencias sobre Dios”.

   El discípulo se marchó entristecido, porque estaba muy apegado a sus convicciones. Tenía más miedo a la ignorancia que a la muerte.


Prioridad.
   El Maestro acogía favorablemente los avances de la tecnología, pero era profundamente consciente de sus limitaciones.
   Cuando un industrial le preguntó en qué se ocupaba, le respondió:”Me dedico a la industria de las personas”.
– ¿Y qué demonios es eso?, si puede saberse, dijo el industrial.
– Fijémonos en tu caso, respondió el Maestro. Tus esfuerzos producen mejores cosas; los míos, mejores personas.

   Más tarde les decía a sus discípulos: “El objeto de la vida es lograr el esplendor de las personas, pero hoy día la gente parece estar especialmente interesada por el perfeccionamiento de las cosas”.


Soledad.
– Quisiera estar con Dios en oración.
– Lo que tú quieres es un absurdo.
– ¿Por qué?
– Porque cuando estás tú, no está Dios, y cuando está Dios, no estás tú. Por lo tanto… ¿cómo vas tú a estar con Dios?

   Más tarde decía el Maestro: “Busca la soledad. Cuando estás con alguien, no estás solo; cuando estás “con Dios”, no estás solo. La única forma de estar realmente con Dios es estar completamente solo. Y entonces solo cabe esperar que esté Dios y no esté uno mismo”.



Humanidad.
   La conferencia que el Maestro iba a pronunciar sobre LA DESTRUCCIÓN DEL MUNDO había sido profusamente anunciada, y fue mucha la gente que acudió a los jardines del monasterio para escucharlo.
   La conferencia concluyó en menos de un minuto. Todo lo que el Maestro dijo, fue:

“Estas son las cosas que acabarán con la raza humana:
la política sin principios,
el progreso sin compasión,
la riqueza sin esfuerzo,
la erudición sin silencio,
la religión sin riesgo
y el culto sin consciencia".



Vigilancia.
– ¿Hay algo que yo pueda hacer para llegar a la Iluminación?
– Tan poco como lo que puedes hacer para que amanezca por las mañanas.
– Entonces, ¿para qué valen los ejercicios espirituales que tú mismo recomiendas?
– Para estar seguro de que no estáis dormidos cuando el sol comienza a salir.


Cautiverio.
   “¡Qué orgulloso te sientes de tu inteligencia!”, le dijo el Maestro a uno de sus discípulos. “Eres como el condenado que se siente orgulloso de la amplitud de su celda”.





Anthony de Mello : Un minuto de sabiduría ( Editado en español como: ¿Quién puede hacer que amanezca?)

Pink Floyd - Atom Heart Mother

jueves, 29 de noviembre de 2012

No más excusas para ser lo que eres (Wayne Dyer)

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Llegaste aquí cuando te tocó llegar y te marcharás cuando sea el momento, independientemente de tu opinión al respecto. Si ves cómo envejece tu cuerpo, saber que no eres tú el que lo está cambiando, que los cambios simplemente ocurren. Tu cuerpo está siendo vivido por el gran Tao, la fuente creadora de todo. Si tu ego fuera de verdad el que manda, nunca te saldrían arrugas, ni manchas de la edad, ni canas, ni morirías. Te guste o no, algo más grande que el ego está a cargo de todo.

Al hacerte consciente de tu auténtico ser, solo necesitas prestar una total atención a tu ego, y éste retrocederá poco a poco y de manera natural ante la luz de tu conciencia. Recuerda, tú no eres solo el cascarón temporal al que llamas tu “cuerpo”, eres una esencia divina que no tiene límites ni forma, que es infinita.
Cuando te fijas en el parloteo del ego, descubres la capacidad de superar hábitos muy establecidos, y empiezas a ver todo aquello para lo que estabas cegado a base de poner excusas. El conocimiento te lleva a tu ser más elevado; el ego te lleva a tu yo terrenal. Cuando dejas que lo divino crezca en ti, aportas conocimiento a todos los aspectos de tu vida.
Dejar que lo divino crezca en ti implica sinceridad, servicio a los demás, bondad y reverencia para toda la vida. Emprender el camino del conocimiento fomenta el crecimiento y la aparición de pensamientos auténticos en tu mundo interior, y tu yo inferior se desvanecerá mientras lo divino crece dentro de ti.

A mí la lógica me parece suficientemente clara: sintoniza con la energía que lo puede todo, porque esa es tu naturaleza original. Las excusas son pruebas de que has descartado una manera de pensar que todo lo puede, a favor de una que todo lo limita. En otras palabras, es imperativo que reduzcas el pensamiento dominado por el ego (que casi siempre solo te ofrece excusas) a favor de un modo de pensar que esté sintonizado con las ideas de “todo es posible”.

Estando en el ahora y en un estado de gratitud por todo lo que es y por todo lo que eres, domas al ego y entras en un estado en el que las excusas no se pueden ni considerar. ¿Qué excusas necesitas cuando estás completamente presente? Ninguna. ¿De qué sirve el ego, ese falso yo, cuando estás con la fuente en este momento? No gastes el presente con pensamientos de pesar o preocupación. La experiencia del conocimiento superior es tu premio. Cuando el ego toma el control, prácticamente todos los pensamientos están poniendo excusas, centrándose en lo que siempre ha sido o en lo que temes que siempre será. Pero cuando haces amistad con el momento presente, dices adiós a ese molesto ego.

Las excusas que utilizas con frecuencia (será difícil, va a ser arriesgasdo, se va a tardar mucho tiempo, habría un drama familiar, no me lo merezco, no es mi manera de ser, no me lo puedo permitir, nadie me va a ayudar, nunca ha ocurrido antes, no soy lo bastante fuerte, no soy lo bastante listo, soy demasiado mayor, las reglas no me lo permitirán, es demasiado grande, no tengo tanta energía, la culpa es de mi historia familiar personal, estoy demasiado ocupado, me da mucho miedo…) se han instalado en tu mente, que está dominada por tu ego o falso yo. Por consiguiente, no se limitarán a hacer las maletas y marcharse sin entablar lucha. Esas excusas se han convertido en compañeros familiares para tu ego, y siempre están preparadas para saltar en tu defensa.
Probablemente las excusas en las que tiendes a apoyarte incluyen algunas ideas que has contemplado durante toda tu vida hasta la fecha. Cuanto más reflexionas sobre la imposibilidad de que tus deseos se cumplan, cuanto más te quejas de lo injusta que es la vida y más te molesta lo que la vida se empeña en manifestar, más definen tu vida esas mismas cosas. Eso se debe a que aquello en lo que te concentras aparece invariablemente en tu vida, ya sea lo que quieres o lo que no quieres. Así que si siempre estás pensando o hablando de lo que va mal en tu vida, estás atrayendo precisamente lo que no deseas.



Decidirse por una actitud “!Basta de excusas!” significa negarse rotundamente a participar en el ritmo derrotista que acabo de describir. Aprendes a moverte en un nuevo terreno, donde tus pensamientos se ven como realidades potenciales, y tienes el sagrado deber de contemplar solo lo que se origina en tu auténtico ser. Y esto es algo en lo que puedes empezar a trabajar ahora mismo.

Para comprender del poder de la contemplación, debes esforzarte por entender la ley de tu ser como algo que te permite utilizar tus procesos de pensamiento para mantenerte sintonizado con el espíritu o la energía de la fuente.
Procura imaginar que todo y todos tienen su origen en una energía sin forma que hemos acordado llamar “espíritu”, y después visualiza el espíritu como una fuerza creativa que utiliza la contemplación para expresarse a sí misma en una forma material.

Cuando simplemente te haces consciente, dejas de ser una víctima de los infinitos virus mentales que parece que te impiden acceder a tu completa realización. Ya no te resulta difícil cambiar aquellos viejos patrones de pensamiento que te impiden vivir a niveles óptimos de éxito, felicidad y de salud. Disfrutas conscientemente del conocimiento de que ni los memes, ni los genes, ni ninguna otra cosa del mundo material tiene control absoluto sobre ti… y no hay límites respecto a en quién puedes convertirte.

La renuncia es el primer paso. Pero la verdadera renuncia consiste en darse cuenta de que no hay nada a lo que renunciar, puesto que nada es tuyo. Aunque te pueda resultar difícil asimilarlo, cuando renuncias produces riqueza. Estar dispuesto a rendirse significa no volver a necesitar excusas. Al final, todo es como es. Dios no necesita excusas… y como tú y Dios sois la misma cosa, tú tampoco las necesitas.
Tienes que estar dispuesto a aceptar los aspectos de la vida que te salgan al paso y ordenarlos de manera que trabajen contigo y para ti, no contra ti. La clave es estar dispuesto. Las piezas aparecerán. Siempre lo han hecho y siempre lo harán. Tu disposición a ordenarlas en lugar de quejarte o poner excusas, tendrá su recompensa.

Cuando cambias al estado de compasión toda culpa desaparece. Así que, independientemente de lo que quieras para ti mismo, descubre cómo puedes querer más para algún otro y después haz ese cambio. En ese momento de contemplación, la compasión erradicará el señalar con el dedo y derrotará a la presentación de excusas. Y empezarás a pensar como piensa Dios: servir, ofrecer, dar y amar libremente.

Ahora es el momento más importante porque es el único momento en que tenemos algún poder. La persona más importante es aquella con la que estás, porque nadie sabe si alguna vez tratarás con alguien más. Y el asunto más importante es hacerle el bien, porque solo para ese propósito fue enviado el hombre a esta vida.

Entabla una conversación con tu mente subconsciente en la que dejes claro que no vas a permitir que parte de tu vida esté dirigida por un extraño invisible que actúa y reacciona basándose en una programación memética o genética. Y decide que no vas a consentir (o a excusar) una conducta originada en una parte inconsciente de ti.

Cuanto más vivo, más dispuesto estoy a dejar que unos poderes invisibles hagan su magia conmigo y a mi alrededor, y menos lo pongo en cuestión. He renunciado a la idea de que estoy separado de la mente omnisciente del universo. En este estado de reverencia siento pasión todo el tiempo. No necesito hacer nada: la siento ante cada rostro que miro, ante cada noche estrellada y cada flor que observo. Mis mejores momentos de entusiasmo ocurren cuando intento pensar y actuar como lo hace la ommnisciente y benevolente fuente de todo. Cuando me libro del ego, soy más capaz de mantener mi pasión. La presencia de la pasión (sentirse bien) es también lo mismo que haber despertado al Dios que hay dentro.


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Wayne Dyer – ¡Basta de excusas! Cómo cambiar los pensamientos de toda una vida. (... en español se ha editado con el título: "Piensa diferente, vive diferente. No te creas todo lo que piensas". Creo que el original del autor es más directo y apropiado. Una lectura enormemente recomendable, junto a su conmovedora película: El Cambio -The Shift-).


miércoles, 21 de noviembre de 2012

Serenidad es lo mismo que transparencia (Rafael Navarrete)





La felicidad parece ser más bien el resultado de la aceptación gozosa de cuanto nos ofrece la vida, cuando nos decidimos a sentirnos satisfechos con nuestro destino. El hombre feliz comprende que la vida tiene sentido. Por unos momentos la vida deja de pesarnos y se vuelve leve, como si alguien hubiera tomado sobre sus hombros nuestra carga.
La felicidad es un rayo de luz que nos viene de otro mundo, y que se quiebra en mil colores en el corazón de cada ser humano. La felicidad es una decisión de la voluntad, no entregues a nadie la llave de tu felicidad. No existe una felicidad total.

Puedes aprender a sembrar las semillas de la felicidad y hacerlo consciente de cuáles son las raíces de tu propia infelicidad. Cada uno tiene que responsabilizarse de su propia felicidad; para que sea posible y duradera puedes buscarla por dos caminos esenciales: la serenidad y el control de la mente. Si no fuéramos felices desde nosotros mismos, nunca podríamos conseguirlo; nada ni nadie puede dárnosla.

Serenidad es lo mismo que transparencia, apertura, dejar que se haga presente lo que somos, y vivir gozosamente en esa conciencia. Nunca conseguirás una serenidad permanente si no logras controlar tu mente. En realidad se trata más bien de “descontrolar” la mente de tantos pensamientos y creencias erróneas que distorsionan tu mirada y tu encuentro con la vida. Hablar de control de la mente es hablar de limpieza interior.
La serenidad que buscamos no es ni una abstracción, ni el fruto de un esfuerzo; es el resultado de un ser en armonía, íntegro, que comprende la realidad, se relaciona acertadamente: por eso es difícil conseguirla. (Ya que…) ¿Dónde estás tú? ¿Quién eres tú? ¿Qué buscas?

Hemos dejado de creer en las posibilidades ocultas de la persona humana, en nuestros propios recursos, y hemos puesto nuestras esperanzas en la técnica. El conflicto somos nosotros mismos. Solo cuando el hombre se comprenda a sí mismo podrá encontrar el hilo brillante que le saque de su laberinto. La reconstrucción interior se inicia amándonos a nosotros mismos y sabiendo perdonar los propios errores.
Situarse dentro de nosotros mismos quiere decir iniciarse en un nuevo estilo de vida, en un trabajo incesante, alerta, que debes realizar contigo hasta conseguir la re-construcción de tu intimidad; es darte cuenta de tu modo de reaccionar ante los estímulos que llegan hasta ti desde el exterior y desde tu propia interioridad. Cuando aprendas a vivir dentro de ti mismo se te abre un camino nuevo que te sitúa a un punto desde el cual es posible el cambio.

La transformación del ser humano nunca es el resultado de un largo discurso, comienza en el mismo momento en que nos volvemos conscientes de nosotros mismos y nos liberamos de los conceptos. Darse cuenta no es juzgar, comparar, reprender o alabar. Es una mirada que informa de lo que es, de cómo son las cosas y de cómo mantengo mi relación con ellas. Es el comienzo de una toma de decisiones desde mí mismo.
El hombre y la mujer que inician el cambio saben lo que sienten, y eligen vivir desde ellos mismos cuando lo creen conveniente. Han descubierto que ellos son “alguien” frente al ambiente, frente a los demás, y deciden vivir desde su propio centro. 

Vivir es aprender a vivir gozosamente en cualquier circunstancia, basta con vivir conscientes para ser felices. Con frecuencia no podrás cambiar algunas circunstancias; todavía te queda un recurso: ¡cámbiate a ti mismo!. Comprende dónde está la fuente de tu sufrimiento y habrás dado un paso decisivo para superarlo y ser un poco más feliz. Puesto que la causa de nuestros sufrimientos está en la mente del hombre, es también ahí donde hay que poner los cimientos de su superación.

¡Qué difícil es ser libre desde dentro, y emprender un camino nuevo, más allá de lo que ha sido hasta ahora nuestro territorio familiar! No hay mayor victoria que la hazaña de liberarse de uno mismo, de nuestras viejas filosofías para reestructurar de un modo más acertado nuestra mente.

La causa de nuestros sufrimientos es nuestro modo equivocado de pensar y relacionarnos con la realidad. Mientras que nuestra mente permanezca condicionada por tantas fantasías, sin comprender cómo son las cosas, el acceso a la tierra virgen de la realidad primera es imposible. Para Buda, la realidad, todo cuanto existe, la vida es dhuka, sufrimiento, porque nada permanece, porque todo es insustancial, imperfecto, nada tiene consistencia en sí mismo. La vida fluye sin descanso; aprender a fluir, a soltar, a separarse de todo, a vivir desapegado y libre de todo, es el gran acierto de la vida misma. Sin el dolor – ¡qué duro es reconocerlo!–, el hombre se vuelve superficial, absorto en el juego de sus frivolidades. Parece que solo en los momentos de sufrimiento aprendemos a traspasar dignamente el umbral de nuestro destino.



Hay un camino para conseguir este estado de conciencia que nos haga posible la concienciación y desidentificación de los contenidos fluctuantes de la conciencia: mediante la concentración en la respiración y las sensaciones del propio cuerpo. (Ello nos hace posible...) el control del pensamiento, que empieza siempre dede el mismo punto de salida: la concentración. Concentrarse es involucrarse totalmente en cada actividad, con atención absoluta y con clara conciencia de lo que hacemos -al principio te das cuenta de que estás “dormido” y que eres inconsciente en gran parte de todo lo que sucede en ti-, (con una práctica constante) se baja al nivel “alfa” de vibración. (Un pasito más allá...), durante la meditación, nos sentimos quietos, relajados, sin pensar en nada, sin deseos de conseguir nada. Desde ese no-pensar, brota otro tipo de conciencia más amplio que nos ilumina mostrándonos nuevos horizontes.
 
Solo existe una postura acertada frente a los pensamientos negativos: sé constante en el empeño de mantener una alerta interior que te haga posible impedir que se apodere de ti cualquier pensamiento negativo. Dice Sivananda: “Sepárate de esos pensamientos negativos e identifícate con el Ser Supremo”.

La fe no es un mero pensamiento o sentimiento, es algo más profundo que toca al hombre en lo más íntimo y que lo transforma convirtiéndolo en un hombre nuevo. Mediante la fe construimos un mundo, pero, a su vez, ese mundo nos crea a nosotros, aumenta o reduce nuestras posibilidades según el mundo ancho o estrecho que nosotros mismos hayamos creado. Con la fe todo es posible; cuando se pierde la fe, los límites de nuestro mundo se estrechan hasta las fronteras de nuestras nuevas creencias.

Somos lo que ahora creemos ser, en virtud del condicionamiento que, desde el cerebro profundo, ejercen sobre nosotros las imágenes que rigen nuestra existencia. Siempre es la imagen quien condiciona el subconsciente y la existencia toda. Pero la mente es más que todo cuanto pueda limitar una imagen. La visualización de una imagen desde el estado alfa hace posible el acceso a la realidad espiritual simbolizada en la imagen; no somos seres aislados, abandonados a la debilidad de nuestro ego asustado. De un modo desconocido para nosotros vivimos inmersos en la totalidad; todo es uno, y nuestros límites siempre están en contacto con otras orillas del mar imenso de la energía total.

El zen insiste una y otra vez en la misma necesidad de matar al yo (que desaparece al cesar los pensamientos). No se trata de diluirse en una actitud irresponsable, pasiva. Pero sí es necesario renunciar a cualquier forma de apego. No se trata de la negación del mundo, sino de la superación del apego a él. El ego nos encierra en un espacio estrecho, fabricado de estructuras mentales y creencias, que nos ahogan y nos hacen caer en el gran error de vivir como seres estáticos, al margen del fluir de la vida. Matar el yo es aprender a dejar, a soltarlo todo, sin que nada quede entre las manos.

El día que un hombre, o una mujer, dice desde lo hondo de su ser: “yo no soy mi cuerpo, que se seca como una laguna en verano; yo no soy mis pensamientos, ni mis sentimientos, no soy lo que hago ni nada de todo cuanto tengo…” y se queda en silencio, sin angustiarse, sin intentar de nuevo aferrarse a nada, está en el inicio del paso definitivo.
Muy pronto su corazón oirá la gran noticia: “yo soy tú”. El ego se desvanece y un mundo nuevo se abre ante él, como una tierra virgen que ha existido desde siempre, pero que solo ahora se desnuda de sus sombras.




Rafael Navarrete – El Aprendizaje de la Serenidad. Para un control de la mente