¿Es importante tener
algún tipo de actitud ante la vida?
La mejor forma de
perder la vida es tener una cierta actitud ante ella. Las actitudes tienen su
origen en la mente, y la vida supera la mente. Las actitudes son nuestras
creaciones, son nuestros prejuicios, nuestras invenciones. La vida no es creada
por nosotros; al contrario, nosotros somos sólo ondas en el lago de la vida.
¿Qué clase de actitud puede tener una ola con respecto al océano? ¿Qué clase de
actitud puede tener una hoja de hierba respecto a la Tierra , a la Luna , al Sol o a las
estrellas? Todas las actitudes son egoístas, todas las actitudes son estúpidas.
La vida no es una
filosofía, no es un problema; es un misterio. Tienes que vivirla, no de acuerdo
a cierto patrón de conducta, no de acuerdo a un condicionamiento, sino de
acuerdo con lo que te han contado sobre ella. Tienes que empezar de nuevo,
desde cero. Cada individuo debe pensar como si él fuese el primero en la
tierra; es Adán o Eva. Entonces es posible abrirse; puedes abrirte a infinitas
posibilidades.
Entonces serás
vulnerable, accesible, y cuanto más vulnerable seas, más accesible, tendrás
mayores posibilidades de vida.
Tus actitudes
funcionan como barreras; entonces la vida nunca llega a ti como es, tiene que
encajar en tu filosofía, en tu religión, en tu ideología y en esa misma
adaptación, algo muere. Lo que sacas de ella es un cadáver. Puede parecer vida,
pero no lo es. Eso es lo que la gente ha estado haciendo a través de los
siglos. Los hindúes viven de acuerdo con la actitud hindú, los musulmanes viven
de acuerdo con la actitud musulmana y los comunistas viven de acuerdo con la
actitud comunista. Pero recuerda una verdad básica y fundamental: la actitud no
te permite entrar en contacto con la vida tal como es. Distorsiona, interpreta.
Hay una antigua
historia griega:
Un fanático rey tenía
una preciosa cama de oro, muy valiosa, adornada con miles de diamantes y
siempre que había invitados en palacio él les ofrecía la cama. Pero existía una
condición: el invitado tenía que encajar en la cama. Si el invitado era un poco
más largo, el rey lo hacía cortar al tamaño adecuado. Por supuesto que como la
cama era tan valiosa no podía ser modificada, pero el invitado podía ser
cortado de acuerdo al tamaño de la cama, ¡cómo si la cama no existiera para el
invitado, sino el invitado para la cama! Y es muy raro, casi imposible,
encontrar a un hombre que encaje perfectamente en una cama ya hecha. El hombre
medio no existe, recuérdalo; el hombre medio es una ficción y la cama estaba
hecha para un hombre medio. El rey era un matemático, había hecho un gran
cálculo. Había medido la altura de todos los ciudadanos de su capital y luego
había dividido esta cifra entre el número de ciudadanos; así obtuvo un promedio
fijo. Ahora bien, en la capital había niños pequeños, gente joven, gente vieja,
pigmeos y gigantes, pero el "hombre promedio" era un fenómeno
totalmente diferente. No había ni una sola persona en toda su capital que fuese
realmente promedio. Yo nunca me encontré con una persona promedio, la persona
promedio es una ficción.
Así, quienquiera que
fuese el invitado, tenía un problema. Si era más corto que la cama, el rey
tenía profesionales que le estiraban hasta dar la talla... Por supuesto que el invitado moría, pero el
rey no tenía la culpa, él lo hacía todo con la mejor intención del mundo.
Cuando tienes una
cierta actitud hacia la vida, pierdes la vida misma. La vida es vasta, ninguna
actitud puede contenerla; es imposible encasillarla en una cierta definición.
Sí, tu actitud puede cubrir un cierto aspecto, pero sólo será un aspecto. Y la
tendencia de la mente es a proclamar su aspecto como si fuera el todo y en el
momento en que se pretende que el aspecto sea el todo, has perdido la conexión
misma con la vida. Entonces vives rodeado de tu actitud en una especie de
capullo, encapsulado y eres infeliz. Entonces tus mal llamadas religiones
estarán muy contentas porque eso es lo que te han estado diciendo: que la vida
es un valle de lágrimas. Buda dice que el nacimiento es sufrimiento, que la
juventud es sufrimiento, que la vejez es sufrimiento y que la muerte es
sufrimiento; toda la vida no es más que una larga, larguísima tragedia. Si
empiezas con condiciones descubrirás que Buda estaba en lo cierto; tú serás la
prueba. Pero yo quiero decirte que la vida no es infelicidad y no estoy en
absoluto de acuerdo con Buda. La vida se convierte en miseria, pero eso se debe
a ti; de otra manera la vida es eterno gozo. Pero para conocer ese gozo eterno
tendrás que venir con tu corazón abierto, con tus manos abiertas.
No te acerques a la
vida con los puños cerrados, apretados. Abre tus manos. Entra en la vida con
inmensa inocencia. Las actitudes son astutas; has decidido de antemano sin
haber saboreado, sin haber experimentado, sin haber vivido. Has llegado a
ciertas conclusiones, y obviamente, si estas conclusiones ya están en ti, a
priori, la vida te las irá confirmando. No es que la vida las confirme, sino
que toda tu mente tratará de encontrar los medios y las formas, los argumentos
y los datos que las apoyen.
Te enseño una vida
sin actitud alguna. Este es uno de los fundamentos de mi experiencia. Si
realmente quieres conocer lo que es, deja de lado toda filosofía, todos los
"ismos". Camina entonces con las manos abiertas y totalmente desnudo
al sol, para ver lo que es.
Se pensaba en el
pasado que nuestros sentidos eran puertas por las que la realidad entraba en lo
más profundo de nuestro ser. Ahora, las últimas investigaciones demuestran otra
cosa: nuestros sentidos no sólo son puertas, también son guardianes. Sólo
permiten pasar el dos por ciento de la información, el noventa y ocho por ciento
queda excluida. Cualquier cosa que vaya en contra de tu idea de la vida es
excluida y sólo el dos por ciento logra filtrarse y entrar. Ahora bien, vivir
una vida de sólo un dos por ciento, no es en absoluto vivir. Cuando uno puede
vivir al ciento por ciento, ¿por qué decidir vivir sólo al dos por cien?
Me preguntas: ¿Es
importante tener algún tipo de actitud ante la vida?
No sólo no es
importante, sino que es peligroso tener cualquier actitud respecto a la vida.
¿Por qué no permitir que la vida baile su danza, cante su canción, sin ninguna
expectativa? ¿Por qué no podemos vivir sin expectativas? ¿Por qué no podemos
ver la vida tal como es en su pureza? ¿Por qué tenemos que imponernos a ella? Y
nadie saldrá perdiendo. Si tratas de imponerte a la vida, sólo tú serás el
perdedor.
Es mejor no ponerle
etiquetas a la vida, es mejor no darle una estructura, es mejor dejarla abierta
sin final, es mejor no clasificarla, no etiquetarla. Tendrás una experiencia
mucho más bella de las cosas, tendrás una experiencia más cósmica de las cosas,
porque las cosas no están realmente divididas. La Existencia es un todo
orgásmico, es una unidad orgánica. La hoja más pequeña de hierba, la más
pequeña de las hojas de un pobre árbol, es tan importante como la más grande de
las estrellas.
Lo más pequeño es
también lo más grande, porque todo es una unidad, es un continuo. En el momento
en que empiezas a dividir, estás creando líneas arbitrarias, definiciones y es
así como uno va perdiéndose la vida y su misterio.
Todos tenemos actitudes;
ésa es nuestra angustia. Todos encaramos la vida desde un cierto punto de
vista, de ahí que nuestra vida se vuelva pobre; porque cada aspecto puede ser
como mucho, una sola dimensión, y la vida es multidimensional. Tienes que ser
más líquido, más capaz de disolverte y fundirte; no tienes que ser un
espectador. No hay nada que resolver. No tomes la vida como un problema, es un
misterio tremendamente hermoso. ¡Bébela, es puro vino! ¡ Embriágate con ella!
Osho
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