Alguien ha dicho que
el mayor negocio del mundo sería comprar a las personas por lo que creen que valen y luego venderlas por lo
que realmente son. Sería un negocio redondo, porque se comprarían a bajo
precio, ya que no se valoran; y se
venderían a un alto precio, por lo que realmente valen. Muchas personas no
aprecian sus cualidades o no las han descubierto y, por eso, se creen poca
cosa. Precisamente, el objetivo de las
terapias sicológicas para personas de baja autoestima está en tratar de que se
acepten a sí mismas con su propia
historia personal, con sus limitaciones, pero también con sus cualidades,
haciéndoles ver que tienen una misión que cumplir y que no han venido al mundo
por casualidad.
Muchos jóvenes
modernos no se valoran, se dejan llevar por la moda pasajera y de las variables
de la cultura. Y en esta cultura moderna, que promueve el relativismo de la vida
y el buscar el placer por encima de todo, no entra en cuenta Dios. Más bien,
parece que en algunos ambientes está de moda decirse ateo, agnóstico o
simplemente creyente no practicante. Guiándose de la moda, estos jóvenes, sin madurez,
pueden caer en las garras de las empresas de publicidad que tratan de incentivar
sus deseos de estar al día, promoviendo
la compra de toda una serie de cosas vanas, desde zapatos de tal marca hasta
pantalones. Ellos siguen la moda, como si en ello les fuera el sentido de su
vida. Quieren ser libres y se dejan dominar por la moda. Si está de moda un
cuerpo flaco, las gordas se ven mal, o al revés. Si está de moda llevar
tatuajes o piercing o hacer tales cosas o ir a tales lugares, ellos lo hacen y,
si no pueden seguir la moda por no tener dinero suficiente o por otras razones,
se sentirán mal y eso afectará su autoestima.
Otro punto, que
afecta a los jóvenes especialmente, es que imitan a sus ídolos de la canción,
del cine o del deporte… Y tratan de parecerse a ellos en su modo de comportarse,
en su vestimenta y hasta en sus costumbres. Si él fuma, yo también fumo. Si él
va con barba larga y cabellera, yo también; y así en otras cosas. ¿Por qué no imitan
a personas ejemplares en su esfuerzo y trabajo para conseguir sus metas?
Muchos padres de
familia consienten demasiado a sus hijos; sobre todo, si son hijos únicos, y
éstos se hacen dictadores que no saben más que exigir y pedir y pedir. No saben lo que valen
las cosas. Son caprichosos y, de esta manera, están mal preparados para la vida en la
que nada se consigue sin esfuerzo y sin sacrificio. Por eso, pueden llegar a
ser unos fracasados con una autoestima por los suelos, y terminar siendo
resentidos y envidiosos contra todo y contra todos. Algunos son impactados negativamente
por lo que ven en la televisión, donde se presenta el perfil del hombre
triunfador como blanco, rubio, bien vestido y con calzado deportivo. Y, si ellos no son así, pueden sentirse mal y
guardar rencor contra los ricos y
poderosos.
De todos modos, todos pueden mejorar y superarse. Lo importante es
descubrir las cualidades innatas personales y desarrollarlas. Y, sobre todo,
saber que lo que da sentido a la vida es el amor sincero ¡Hay tanto que hacer y
tanto que ayudar! El mundo está lleno de tareas que cumplir. Hay muchos vacíos,
porque demasiadas personas no han sabido cumplir su misión. Tú estás llamado a
servir, a hacer el bien y hacer felices a los demás. Sólo así podrás sentirte
realizado como persona y encontrarás tu propia felicidad.
Amar es algo hermoso.
Amar es querer bien al otro, alegrarse de su felicidad y dolerse de sus
desgracias. Amar es comprender, es perdonar. Amar es respetar al otro y
ayudarle a crecer y desarrollarse como persona. Es ayudar a que llegue a ser la
mejor persona posible. Es
enseñarle a amar y darle buen ejemplo. Amar es decir siempre la verdad, es
servir, sonreír, ayudar, agradecer…El amor transforma la vida y la llena de
luz, alegría y paz. Y en este camino del amor, nunca debemos decir basta;
porque caeríamos en el gran pecado de omisión: no avanzar todo lo que podíamos
haberlo hecho, no hacer todo el bien que deberíamos haber hecho, habiéndonos
quedado a mitad de camino de la meta.
Por eso, procura que
los demás se sientan importantes a tu lado. Diles que los amas. Díselo con una
sonrisa, con un apretón de manos, con un abrazo o con una palabra de aliento.
No dejes pasar ninguna oportunidad de hacer felices a los que te
rodean.Dales tu cariño sin esperar
recompensa, descubre la alegría de las
pequeñas cosas de la vida: el encanto de un niño, de unas flores para un
enfermo, el silencio de una iglesia, el rumor del riachuelo, el trino de los
pájaros. El mundo está lleno de maravillas que pueden alegrarte y hacerte
feliz. No te rebajes, creyendo que no vales para nada. Ama y tu corazón se
alegrará e irradiará su luz a tu alrededor. ¡Tanto se puede dar! ¿Será que no
conoces la alegría de dar?
Ángel Peña –
Autoestima, Amor y Felicidad
Hola manulondra
ResponderEliminarQué tema tan interesante el del amor, la autoestima y la libertad para hacer lo que a uno más le conviene y ayuda a crecer y ser mejor.
Me ha gustado mucho la primera parte que cuentas del valor de las personas. Muchas veces uno se menos-valora y cuando alguien le ayuda a descubrirse y ver como realmente es, esa persona empieza a crecer en libertad.
Hay un párrafo que me gusta mucho de Jorge Bucay, y trata sobre el verdadero amor por el otro:
”Amar no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar a otro para que sea quien es. Mucho más allá de que esa autenticidad sea o no de mi conveniencia. Mucho más allá de que siendo quien sos, me elijas o no a mí, para continuar juntos el camino.”
Me ha gustado mucho tu entrada Manu, gracias por compartirla.
Un beso
Muchos dicen que les gustaría irse para siempre a una isla desierta, completamente solo. Parece bonita perspectiva, al fin conseguirá que nadie le moleste, ni le ordene. En su contra, no hallará autoestima, nunca sabrá quién es; también olvidará lo que es el amor... ¿para qué lo necesita? Aunque lo peor es que no encontrará la libertad, se sentirá encarcelado por su propia mente.
EliminarSaludos!
¡Qué complicada es la autoestima!
ResponderEliminarSaludos, Manulondra!
Es complicada llevarla a cabo en su totalidad sin perjudicar al mismo tiempo a los demás con los que se convive, porque la frontera con el egoísmo es muy tenue. Así que lo fácil para cualquiera es confundirse y derivarla hacia el egoísmo, donde solo existo yo físicamente, mis deseos y mi mente torturándonos continuamente.
EliminarSaludos!