miércoles, 15 de junio de 2011
La importancia de los números como reflejo de una armonía universal.
El 9 en mi vida
(Nota: Todas las cifras siguientes de los dos siguientes capítulos son múltiplos de 9, o se obtienen cuando menos al multiplicar 3 x 3)
Nací en la tercera vivienda del número 3, en una plaza cuyo nombre completo tiene 21 letras, a las 18 horas de la tarde (hora solar). Soy el tercero de tres hermanos, cuando comencé a advertir la perseverancia del nº9, tenía 27 años. Realicé estudios universitarios como Diplomado (9 letras) en una carrera de tres años; el tercer curso tardé 3 años en terminarlo, tuve que interrumpirlo para hacer el servicio militar en la Marina (18 meses). Estaba previsto que me licenciaran el día de mi cumpleaños, pero el día anterior hice una golfada y me arrestaron una semana, con lo que salí de esa “cárcel” el día 08-09-1981, aún conservo el resguardo y la hoja de arresto, además, mi destino en el cuartel fue el Bibliobús (9 letras) militar.
Cuando construimos nuestra casa actual, en una parcela que heredé de mi padre, ésta aparece en el Registro de la Propiedad con un total de 1.143 mts!, es el número 45 de la urbanización cuyo nombre tiene 9 letras, los metros construidos son 81, y tiene 9 ventanas. Me costó, en total, 6.300.00 pts. de la época. En mi primer trabajo con nómina, figuré como Oficial de 3ª y duró 6 meses. Posteriormente, en la misma empresa, me ascendieron a Oficial de 1ª, pero a los 5 meses me despidieron. Luego, 6 meses más tarde, volví a trabajar allí hasta un total de 6 años. Luego conseguí durante otros seis meses un contrato de Encargado(9 letras)…!en el que ganaba neto exactamente 153.000 pts!. Estuve en total 9 años en esa empresa. Más recientemente, he trabajado como Fotógrafo (9 letras) durante 9 años redondos para una empresa que dista exactamente 18 Kms. de mi casa.
Para no alargarme más, tras múltiples “coincidencias” en habitaciones de hotel y otros (que sucedían sólo si yo no me preocupaba por ellas), varias veces quise forzar que apareciera el 9, pero cuando actué así, deliberadamente, jamás salió bien.
Algunas curiosidades astronómicas y arquitectonicas del nº9
Puedo decir que el 9 es el nº cósmico y megalítico por excelencia. Un día terrestre tiene 1.440 minutos exactos, ó 86.400 segundos, por lo que todos los ciclos terrestres completos son múltiplos de 9. El movimiento de precesión de los equinoccios dura exactamente 25.920 años, si esto lo multiplicamos por 10 nos da el volumen de la pirámide de Keops en m3: 2.592.000 (ó 18.000.000 de codos cúbicos de 0,144 mts.), la de Kefrén tiene 2.268.000 m3 y la de Micerinos 288.000 m3. El cofre de granito de la pirámide de Keops tiene 2,268 mts. de largo. La superficie de las 3 mesas de la Catedral de Chartres son una fracción exacta del volumen de la Tierra, y de todas las pirámides. ¿Cómo no? Una de las mayores pirámides que existen, la de Cholula, tendría en origen 3.110.400 m3. Ni que decir tiene que 2.268 son los 7/8 de 2.592.
La constante de Nínive, múltiplo exacto de todas las conjunciones y aspectos planetarios de los planetas del sistema solar, calculada por los antiguos sumerios es un número fabuloso de 2.268 millones de días/años y, según las tablillas de Nippur, fue establecida 64.800 años a.C. La base del zigurat de Ur en Caldea tenía también 2.268 m2 de base, exactamente igual que la pirámide de Copán en Honduras (54 x 42 mts.). Según los datos del historiador Beroso, la Torre de Babel tendría 432.000 m3.
La distancia entre las dos estrellas principales de la Constelación de Retículo es de 2.268 millones de segundos/luz. En Teotihuacán, la avenida principal mide 2.268 yardas. La pirámide del sol mide 216 x 216 yardas de base y 63 de altura y la de la Luna, 144 x 126 x 42 yardas. La pirámide de Huang, en China, tiene 1.959.552 m3. Las terrazas octogonales concéntricas del afluente del Mississippi, Bayou Macon dan un volumen total de 432.000 m3. Al oeste de ellas, se encuentra una pirámide, cuyo volumen original fue de 378.000 m3. El cromlech de Crucuno en Rumanía mide 96 x 72 pies y una superficie de 6.912 pies2.
Para no alargarnos más, todas las construcciones megalíticas que han podido medirse con seguridad y con las unidades de medida que usaron sus constructores son múltiplos/fracciones exactas del metro y del volumen de la tierra, y las medidas del tiempo también, siempre teniendo como referencia al nº 9.
¡Qué curioso! La cifra que nos da la Biblia y a la que se aferran los Testigos de Jehová es la de que, al final de los tiempos, ¡sólo se salvarán 144.000 justos!
Número de FIBONACCI , Número AÚREO y concordancias con los seres vivos.
Como simple entretenimento ¿os habéis parado alguna vez a contar los pétalos de una flor? A veces al hacerlo hay que concentrarse tanto que uno se abstrae del mundo exterior.
Desde que oí hablar del número de Fibonacci y el número aúreo (phi), me puse a buscar concordancias entre éstos y las formas esenciales de elementos de la Naturaleza, y encontré ¡muchas! Me fijé, especialmente en que la mayoría de las flores simples que nos rodean tienen 5 pétalos: Jazmín, Azahar, Petunia, Pacífico, Trébol, Borraja, Pulsátila morada, Campánulas, Crocus, Orquídeas y un largo etc. De 8 pétalos he encontrado menos, sobre todo la Eichornia Crosspes en los estanques, ó la Androsase macronifolia, que aquí le llamamos “correhuela”. De 13 pétalos encontré la Manzanilla, Crisantemo, Gazania, etc. De 21 pétalos, otras especies de Margaritas, Rosas y otras silvestres. De 34/55 pétalos, otras especies de Rosáceas, Clavel, Zinias, etc., de 89 conté ayer mismo 3 flores del Diente de León:87, 89,90…!
Procuro escoger aquellas flores recién abiertas, que reciben aire y luz naturales sin interferencias o agentes posteriores, como insectos, viento y agua excesivas, etc. Es decir que, en condiciones óptimas, parece que hay una FUERTE TENDENCIA en cada especie que aspira a conseguir su lugar dentro de la secuencia, llamada de Fibonacci, La importancia de esto reside en que, al parecer, todos los seres vivos se aproximan obstinadamente, en cuanto a sus formas estructurales, a anclarse en algún número.
La sucesión de Fibonacci se inicia con 0 y 1, y a partir de ahí cada elemento es la suma de los dos anteriores hasta el infinito. A cada elemento de esta sucesión se le llama número de Fibonacci. Fue descrita en Europa por Leonardo de Pisa, matemático italiano del siglo XIII también conocido como Fibonacci. Tiene numerosas aplicaciones en ciencias de la computación, matemáticas y teoría de juegos. La secuencia es:
0,1,1,2,3,5,8,13,21,34,55,89,144,233,377...
Mientras más avancemos en esta progresión, más cerca estaremos de obtener el número “PHI”, que se descubrió como “la relación entre un segmento mayor y otro menor es igual a la suma de ellos dividido por el segmento mayor”, y que ha sido calculado en 1,6180 … Esta serie ha tenido popularidad en el siglo XX especialmente en el ámbito musical, en el que compositores con tanto renombre como Béla Bartók, Olivier Messiaen y Delia Derbyshire la han utilizado para la creación de acordes y de nuevas estructuras de frases musicales, profusamente buscado también por pintores, arquitectos hasta la actualidad, como la necesidad de trasladar a las obras el ritmo y proporciones de la naturaleza.
Ejemplos significativos en la Naturaleza:
• La relación entre la cantidad de abejas macho y abejas hembra en un panal.
• La disposición de los pétalos de las flores (el papel del número áureo en la botánica recibe el nombre de Ley de Ludwig).
• La distribución de las hojas en un tallo. Ver: Sucesión de Fibonacci.
• La relación entre las nervaduras de las hojas de los árboles
• La relación entre el grosor de las ramas principales y el tronco, o entre las ramas principales y las secundarias (el grosor de una equivale a Φ tomando como unidad la rama superior).
• La distancia entre las espirales de una Piña.
• La relación entre la distancia entre las espiras del interior espiralado de cualquier caracol o de cefalópodos como el nautilus.
• En la cantidad de elementos constituyentes de las espirales o dobles espirales de las inflorescencias, como en el caso del girasol, y en otros objetos orgánicos como las piñas de los pinos se encuentran números pertenecientes a la sucesión de Fibonacci. El cociente de dos números sucesivos de esta sucesión tiende al número áureo.
• Existen cristales de Pirita dodecaédricos pentagonales (piritoedros) cuyas caras son pentágonos irregulares. Sin embargo, las proporciones de dicho poliedro irregular no involucran el número áureo.
• La Anatomía de los humanos se basa en una relación Φ estadística y aproximada, así vemos que:
- La relación entre la altura de un ser humano y la altura de su ombligo.
- La relación entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos.
- La relación entre la altura de la cadera y la altura de la rodilla.
- La relación entre el primer hueso de los dedos (metacarpiano) y la primera falange, o entre la primera y la segunda, o entre la segunda y la tercera, si dividimos todo es Φ.
- La relación entre el diámetro de la boca y el de la nariz
- Es Φ la relación entre el diámetro externo de los ojos y la línea inter-pupilar
- Cuando la tráquea se divide en sus bronquios, si se mide el diámetro de los bronquios por el de la tráquea se obtiene Φ, o el de la aorta con sus dos ramas terminales (ilíacas primitivas).
Como hemos visto la estrecha relación entre los números, la armonía planetaria, la escala musical y la morfología de los seres vivos, también la impresión que denominamos color parece ser otra "cualidad" que puede ser secuenciada con un valor numérico, como expresa la Colorimetría:
"Ciencia que estudia la medida de los colores y que desarrolla métodos para la cuantificación del color, es decir la obtención de valores numéricos del color. En la concepción general y en la terminología de la armonía de los colores se encuentra fácilmente una poderosa connotación de la musicalidad consustancial al color y al colorido".
Por ejemplo, en el arco iris, un rayo de luz solar, cambia su dirección tres veces mientras se mueve a través de una gota de lluvia: Primero entra en la gota, lo cual ocasiona que se refracte ligeramente. Entonces se mueve hacia el extremo opuesto de la gota, y se refleja en la cara interna de la misma. Finalmente, vuelve a refractarse cuando sale de la gota de lluvia en forma de luz dispersa. La descomposición en colores es posible porque el índice de refracción de la gota de agua es ligeramente distinto para cada longitud de onda, para cada color del arco iris.
Los diferentes colores tienen sus propios efectos en el cuerpo y las emociones. Como quiera que la asignación numérica a cada color sea un tema químico muy especializado, recordemos alguna de sus características:
• Rojo: apura el pulso, y parece avanzar. Simboliza el excitación, violencia, sexualidad y calor.
• Azul: quita el apetito más que cualquier otro color. Se relaciona con tranquilidad, la tristeza y el frío.
• Amarillo: ayuda a la concentración, apura el metabolismo y, a veces, irrita los ojos. Significa cobardía, optimismo y luminosidad.
• Verde: un color más fácil para ver por el ojo. Simboliza la esperanza, la naturaleza, la envidia y la juventud.
• Negro: relacionado con lo muerto, la tristeza y lo desconocido.
• Blanco: significa la inocencia, la pureza, la novedad
El nº 9 según la Numerología
Sumando los valores numéricos respectivos asociados a las letras de nombre y apellidos, se obtiene un número del 1 al 9. Según la numerología cada uno de ellos está marcado con unas características generales que definen la personalidad, carácter, cualidades, defectos, etc. En mi caso, también es el 9.
Correspondencias números/letras: A,J,S=1 B,K,T=2 C,L,U=3 D,M,V=4 E,N,W=5
F,O,X=6 G,P,Y=7 H,Q,Z=8 I,R=9
No quiero ni creerme ni obsesionarme demasiado con los aspectos positivos, porque correría el riesgo de creérmelos aunque no fuerna ciertos. Lo válido para mí es fijarme en los aspectos carenciales ó negativos, que son los que hay que superar y pulir.
El 9 habla de independencia de criterios. Los individuos que pertenecen a este número son mentalmente independientes y sufren cuando se ejerce presión sobre ellos o se les intenta coaccionar.
Hay dos personalidades de este tipo: unos que son pesimistas y tienden a ver de un modo depresivo sus oportunidades, dejándolas escapar. Otros, los que son eternos optimistas a los que ninguna contrariedad puede detener. Los unos y los otros tienen en común ser absolutamente honrados y justos en las decisiones. Los 9 pueden llegar a tener fama de falsos, pero eso no es así. El tema es que cambian la realidad y pueden actuar de una manera diferente a la que piensan, pero también es verdad que son muy honrados y no podrían con la culpa si hicieran algo desleal. No es difícil hallar un 9 mentiroso, pero es prácticamente imposible hallar a un traidor. Él siempre sabe donde detener sus mentiras para no causar daños graves.
La personalidad 9 se distingue por su interesante capacidad para dar respuestas rápidas y brillantes, aún en los individuos más depresivos y llenos de indecisiones. Es muy difícil sobrepasar a un 9 en el diálogo, en el juego verbal, su inteligencia posee una gran capacidad de observación y coge al vuelo todo lo que sucede a su alrededor. Esto le permite elaborar respuestas rápidas y brillantes, por lo que nunca queda en mal lugar.
El 9 suele ser grandilocuente, apasionado, muchas veces exagerado y en la mayoría de los casos, torpe. No es sensible al mal humor ajeno, y salvo raras excepciones no guarda rencor. No es un analista del comportamiento humano, simplemente olvida con rapidez y empieza una nueva etapa como si nada hubiera pasado. Generalmente son seres generosos en todas las áreas, así que no será contradictorio que también lo sean con los defectos de los demás.
Para lo bueno y lo malo son exagerados, buscan siempre perdonarse sus propios defectos con rapidez y encuentran la cara más divertida y brillante de la vida. Suelen usar mucho tiempo y energía en ambiciosos proyectos en los que no es común que el sentido de la realidad esté presente. Pero como son básicamente optimistas natos, que un proyecto se derrumbe difícilmente les deprimirá porque seguramente ya estarán embarcados en la nueva aventura.
Son arrogantes e impulsivos, carecen de paciencia, todo lo que desean lo quieren ya, y en lo posible sin ningún esfuerzo. Los 9, a pesar de su inseguridad y de su tendencia al desconcierto, suelen destacar socialmente porque se comportan como personas seguras de sí mismas con un gran autodominio y una especial seducción para caerle bien a los demás.
Lo positivo
Optimismo, buen humor, inteligencia rápida, intuición, independencia, imparcialidad, honradez, sinceridad, espíritu aventurero, sociabilidad, magnetismo, pasión afectiva, generosidad, competitividad, alegría de vivir.
Lo negativo
Cobardía, irascibilidad, inseguridad, escaso sentido de la realidad, tendencia a la exageración, necesidad de mentir, superficialidad, desconcierto, torpeza, arrogancia.
ANEXOS
Descripción Astrológica general sobre la Casa 9
La 9ª casa indica los motivos e impulsos que salen del alma subconsciente, como distintos los motivos personales. El resultado benéfico de esta casa será por lo tanto solamente sentido por aquellos pocos que pueden responder al subconsciente.
Se refiere en general a cuanto expande el campo de actividad de una persona y el alcance de su mente: viajes largos, contactos estrechos con otras culturas y con extranjeros en general, y aquellos “grandes sueños” que revelan la consciencia abierta, que se enfrenta con los cambios de la vida, el significado de los hechos pasados, presentes y esperables, al igual que las tendencias del destino individual y colectivo. Es la casa del conocimiento y de la sabiduría para usarlo adecuadamente para beneficiar al todo.
Muestra la mente superior, el superconsciente. Indica religión, leyes ciencia, ideales, enseñanza superior, filosofía, psicología, profundo estudio mental, sueños, visiones. Muestra viajes a larga distancia, gente extranjera, tratos con otros países, comercio, grandes negocios, importación y exportación. La 9ª casa muestra la iglesia como factor espiritual, la clerecía, parientes políticos, nietos, intuición, ética y opinión pública en general. Indica las lecciones que aprendemos durante la vida.
La 9ª casa está relacionada con la necesidad de ganar conocimiento y capacidad de comprensión de la vida. Se refiere a la experiencia personal de cada individuo en referencia a Dios o al sentido filosófico. Está también relacionada con la educación superior, las convicciones intelectuales y la influencia mental sobre otros. La 9ª casa muestra la necesidad de aumentar los horizontes personales a través de la enseñanza o los viajes.
Mario Paltrinieri - Elena Rader (1981):
Representa el deseo de alcanzar lo "lejano", ya desde el punto de vista geográfico como desde el punto de vista intelectual. Es la casa del extranjero, de los viajes marítimos y aéreos. Pero también el sector del conocimiento en un nivel superior, de la filosofía y de la religión. Una fuerte casa novena puede hacer que el individuo tienda hacia un trabajo de tipo turístico o en relación con el extranjero, pero también hacia la profesión de filósofo, investigador, descubridor e innovador.
Stefan Nitschke:
En esta casa se trata de relacionar el conocimiento adquirido con las experiencias personales para lograr una visión integral del mundo y una orientación en la vida. Aquí no reunimos datos por el simple hecho de acumularlos, sino para analizar y comprender procesos sociales, encontrar una respuesta a la pregunta por el propósito de la existencia y ampliar nuestra conciencia ética y moral.
El hombre desarrolla distintas visiones y busca su sitio en el mundo, y para ampliar su horizonte le ayudan los viajes —tantos los internos como los externos—, también relacionados con esta casa. Otros temas son la filosofía, la religión y el derecho.
Fraternidad Rosacruz:
La casa 9 gobierna los viajes, los países extranjeros e intereses, las visiones, los sueños, los libros, el aprendizaje, las personas ausentes, los problemas legales, la educación, viajes largos, las ceremonias, los rituales, publicaciones, la ciencia, los desfiles, educación y la religión.
La casa 9 gobierna al clero, a los hombres religiosos, a los extraños, a los forasteros, a los viajeros, a los exploradores, a los agentes de seguros, a publicadores y a los nietos.
Mente superior, religión, la ley, los viajes largos, la filosofía.
Pitágoras y su escuela
Los pitagóricos deben su nombre a la influencia que sobre ellos tuvo el filósofo presocrático Pitágoras.Eran una escuela/ organización griega de astrónomos, músicos, matemáticos y filósofos, que creían que todas las cosas son, en esencia, números. El grupo mantuvo en secreto el descubrimiento de los números irracionales, y la leyenda cuenta que un miembro, Hipaso de Metaponto, fue ahogado por no mantener el secreto y revelar la construcción del dodecaedro.
El pentagrama (estrella de cinco puntas) fue un importante símbolo religioso usado por los pitagóricos, que lo denominaban "salud". El principio de todas las cosas es la mónada o unidad; de esta mónada nace la dualidad indefinida que sirve de sustrato material a la mónada, que es su causa; de la mónada y la dualidad indefinida surgen los números; de los números, puntos; de los puntos, líneas; de las líneas, figuras planas; de las figuras planas, cuerpos sólidos; de los cuerpos sólidos, cuerpos sensibles, cuyos componentes son cuatro: fuego, agua, tierra y aire; estos cuatro elementos se intercambian y se transforman totalmente el uno en el otro, combinándose para producir un universo animado, inteligente, esférico. Hacen el descubrimiento de un tipo de entes, los números y las figuras geométricas que no son corporales, pero que tienen realidad y presentan resistencia al pensamiento; esto hace pensar que no puede identificarse sin más el ser con el ser corporal, lo cual obliga a una decisiva ampliación de la noción del ente.
Pero los pitagóricos, arrastrados por su propio descubrimiento, hacen una nueva identificación, esta vez de signo inverso: el ser va a coincidir para ellos con el ser de los objetos matemáticos. Los números y las figuras son la esencia de las cosas; los entes son por imitación de los objetos de la matemática; en algunos textos afirman que los números son las cosas mismas. La matemática pitagórica no es una técnica operatoria, sino antes que ello el descubrimiento y construcción de nuevos entes, que son inmutables y eternos, a diferencia de las cosas variables y perecederas. De ahí el misterio de que se rodeaban los hallazgos de la escuela, por ejemplo el descubrimiento de los poliedros regulares.
Tenían el entusiasmo propio de los primeros estudiosos de una ciencia en pleno progreso, y les cultivó la importancia del número en el cosmos: todas las cosas son numerables, y muchas las podemos expresar numéricamente. Así la relación entre dos cosas relacionadas se puede expresar por una proporción numérica; el orden existente en una cantidad de sujetos ordenados se puede expresar mediante números, y así sucesivamente. Pero lo que parece que les impresionó más que nada fue el descubrir que los intervalos musicales que hay entre las notas de la lira pueden expresarse numéricamente. Cabe decir que la altura de un sonido depende del número, en cuanto que depende de las longitudes de las cuerdas, y es posible representar los intervalos de la escala con razones numéricas. A partir de esto surge la idea de cantidad (to pason), lo cuantitativo como principio y esencia de la realidad, es decir, que lo cualitativo se determina en lo cuantitativo.
Pues bien, lo mismo que la armonía musical depende de un número, se puede pensar que la armonía del universo depende también del número. Los cosmólogos milesios hablan de un conflicto universal de los elementos contrapuestos, y los pitagóricos, gracias a sus investigaciones en el campo de la música, tal vez pensasen solucionar el “conflicto” recurriendo al concepto de número. Mas lo que uno cree entender de los pitagóricos es que quisieron decir que el carácter verdadero no lo determinaba la apariencia sensible sino que lo establece un componente cuantitativo aritmo/geométrico que esta referido tanto al número (cantidad discreta) como a la magnitud (cantidad continua); o sea, que tal ingrediente matemático afecta la cualidad de las cosas.
Esta costumbre de representar los números o relacionarlos con la geometría ayuda a comprender por qué los pitagóricos consideraban las cosas como números y no sólo como numerables: transferían sus concepciones matemáticas al orden de la realidad material. Por la yuxtaposición de puntos se engendra la línea, la superficie es engendrada por la yuxtaposición de varias líneas y el cuerpo por la combinación de superficies. Puntos, líneas y superficies son las unidades reales que componen todos los cuerpos de la naturaleza, y en este sentido todos los cuerpos deben ser considerados como números. Cada cuerpo material es una expresión del número cuatro, puesto que resulta como un cuarto término de tres clases de elementos constitutivos (puntos, líneas y superficies).
Para ellos la esencia de las cosas era la Armonía de los contrarios lo cual constituía el limite que determina el ser preciso de las cosas en tanto que todo ser lo es dentro de determinados acontecimientos figuradores. La forma, progresión, armonía corporal no son caprichosos sino que son reglas que se ajustan a determinadas medidas proporcionales (armonía), pues el límite es control ante los desmanes, la cordura frente a las pretensiones desmedidas. Así, de esta manera, el límite constituía el equilibrio y la armonía, la fuerza que unía los contrarios.
La escuela pitagórica creó también una teoría matemática de la música. La relación entre las longitudes de las cuerdas y las notas correspondientes fueron aprovechadas para un estudio cuantitativo de lo musical; como las distancias de los planetas corresponden aproximadamente a los intervalos musicales, sé pensó que cada astro da una nota, y todas juntas componen la llamada armonía de las esferas o música celestial, que no oímos por ser constante y sin variaciones: la armonía o música de las esferas. Esta teoría postulaba que el universo, como si de un instrumento se tratase, a través del movimiento de las esferas producía una serie de sonidos. Esto es, las esferas, al moverse, producirían una serie de sonidos, los cuales no serían perceptibles por el hombre por haberse acostumbrado éstos a ellos con el paso de los años.
Cada uno de los sonidos producidos vendría diferenciado según la posición de la esfera correspondiente y su movimiento. Así, según las proporciones aritméticas de sus órbitas alrededor de la tierra, se producía un tono u otro, de modo que al sonar todas al mismo tiempo componían una armonía perfecta. Esta teoría no solo fue discutida por los pitagóricos sino que ha sido cuestionada desde entonces hasta nuestros días. Además, esta teoría les sirvió a los pitagóricos para argumentar a favor de las matemáticas y de que “todo son números”, hasta el punto de que la música suponía un paso imprescindible sobre el cual se sustentaba toda teoría cosmológica, antropológica y ética de los pitagóricos. La música, por así decirlo, resultó ser el diamante de los pitagóricos. Las proporciones musicales parecían dar sentido a toda su doctrina al confirmar la existencia de las proporciones "armónicas".
Más que una curiosidad: John Lennon siempre fue consciente del hecho de que el número 9 había dominado su vida.
Aunque algunos datos parecen algo forzados para inclinar la tendencia al número 9, el balance general de correspondencia es bastante alto.
(Nota: Según los valores numéricos de la Numerología, la suma de su nombre y apellidos completo sumaría 1)
- John nació a las 6:30 p.m. el 9 de octubre de 1940.
- Sean nació el 9 de octubre de 1975.
- Brian Epstein vio por primera vez a los John y a los Beatles en el Cavern Club de Liverpool (9 letras) el 9 de Noviembre, 1961; y el aseguro su contrato de grabación con EMI en Londres el 9 de mayo de 1962.
- El disco debut Love Me do apareció en el sello Parlophone R4949.
- John conoció a Yoko Ono el 9 de noviembre 1966. El apartamento de John y Yoko se localizaba en la Calle 72 Oeste, Nueva York (9 letras) y su principal número en su apartamento del edificio Dakota fue al principio 72.
- El ómnibus con que John viajo como estudiante cada mañana desde su casa hasta el instituto de Artes de Liverpool fue el 72 .
- El número de la placa del automóvil que atropelló y mató a su madre fue el LKF 630 , iba conducido por el alguacil de policía numero 126.
- "Penny Lane" (9 letras) se encuentra en el distrito postal 18 en Liverpool.
- "Sgt Pepper" tiene 9 letras, como los nombres de algunas personas claves que rodearon la vida de John: Mimi Smith, Jim Gretty quien le vendió a John su primera verdadera guitarra en la tienda de Frank Hessy; Mr Stevenson,
su director en el Instituto de Artes de Liverpool; Bob Wooler en el Cavern Club; el Maharishi; y Bill Harry, editor del periódico musical "Mersey Beat".
- Los locales iniciales donde actuaron los Beatles , incluyeron al Jacaranda , Blue Angel y el Cassanova, todos de 9 letras.
- Julian Lennon nació en el hospital General de Sefton 126 Liverpool. Tanto la madre de John como su padrastro fueron declarados muertos allí.
- En el colegio, Lennon realizó 9 exámenes para lograr el certificado General de educación… !y los suspendió todos !.
- El primer grupo de John se llamo The Quarrymen (9 letras).
- Cuando John conoció por primera vez a Cynthia, ella vivia en el 18
de Trinity Road en Hoylake.
- La cubierta del album de John: "Walls and Bridges" destaca una pintura que el hizo a la edad de 11 años. Esta muestra a un jugador de fútbol con un gran número 9 sobre su camisa.
- La canciones de John incluian "Revolution 9", "#9 Dream" y "One after 909", el cual había sido escrito en casa de su madre en el 9 de Newcastle Road, Wavertree (9 letras), Liverpool.
- John vivió en casa de su tía Mimi, su dirección era 126 Panorama Road.
- John incluso bromeaba que una de sus mas importantes canciones tenia nueve
palabras: "All we are saying is Give Peace a Chance".
- Cuando John se fue a Las Vegas para apostar en los casinos, el número que repetidamente escogía en las ruletas era el 9... a pesar de que constantemente perdía con tal elección.
- En Paris en 1964 durante los conciertos de Los Beatles en Paris, John recibió una carta amenizándolo de muerte que lo puso muy nervioso: "Voy a dispararte a las 9 de esta noche".
- John vendió su casa en Tittenhurst Park a Ringo, el 9 de setiembre de 1973.
- John creía que la señal de que su matrimonio esta escrito en las estrellas era que los nombres de John Ono Lennon y Yoko Ono Lennon juntos destacaban la letra "o" .. 9 veces !.
- Cuando John Lennon fue asesinado el 8 de diciembre de 1980; la diferencia de 5 horas de tiempo significaba que era ya el 9 de diciembre en Inglaterra. Su cuerpo fue llevado al Hospital Roosevelt (9 letras), situado en la Novena Avenida, Manhattan.
- John fue declarado muerto a las 11:07 p.m.
http://www.youtube.com/watch?v=-uOFWDKVvS8&feature=player_embedded
http://www.youtube.com/watch?v=j9e0auhmxnc&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=DelC5EG5-bE
http://www.youtube.com/watch?v=QoKyEBRF3B4
viernes, 10 de junio de 2011
El Cordón de Plata, el Sexto Chakra y la Glándula Pineal
“Tenía una conciencia muy clara de ser únicamente alma, estaba únicamente cubierta de luz, no tenía forma alguna, solo aquella conciencia absoluta de ser un alma. Estaba, al mismo tiempo, formada por un cuerpo astral, por un cuerpo mental y, entre los dos, el cuerpo causal. Y vi también la cuerda de plata y mi cuerpo físico en la cama. Lo que unía entre sí la cuerda de plata, era el cuerpo físico, inmóvil en la cama, y los otros tres, el el astral, el mental y el causal, pero el alma no estaba unida a los demás por la cuerda de plata. Me encontraba como perpleja, porque tenía antes la plena seguridad de que en el momento en que dicha cuerda dejaba de unir al alma con el cuerpo o con los cuatro cuerpos de que acabo de hablar, el ser humano se moría. Pero no es así. Lo que relaciona el alma con sus cuatro cuerpos no es la famosa cuerda de plata, sino algo que yo vi entonces con toda claridad, y son como unos rayos de sol, unos rayos de oro que brotan del alma y luego interpretan los cuatro cuerpos, como el chakra de los hindúes”
Así se expresaba Anne-Marie Dinkel, una “sensible” suiza de carácter extraordinario, en una entrevista realizada por los años setenta por el investigador de los fenómenos que comprende la parapsicología _o la parapsíquica_ Vintila Horia, comentando su experiencia más significativa en el campo de los viajes astrales y el conocimiento íntimo del alma humana. Decía que la primera vez que tuvo conciencia de sus poderes fue antes de nacer. Se encontraba en un lugar al que algunos llaman “el jardín cósmico”, el sitio donde las almas esperan el momento en que quieran volver a la tierra, encarnarse. Es en este lugar donde uno espera hasta que encuentra a sus padres, en definitiva, todos los componentes propicios para que el alma pueda regresar a un cuerpo material. “El alma tiene que volver a vivir aquí para saber más, para aprender, para volver a hacer bien lo que había hecho mal”. “En el jardín cósmico no se aprende nada, allí se espera sencillamente”. Es en otro plano donde el alma se encuentra con “existencias”, o bien “amigos-guía”, que enseñan al alma la realidad de la existencia o el momento idóneo para encarnarse de nuevo. Es en este plano al que también las almas, en el momento de la muerte física, se reencuentran con amigos de vidas anteriores, así como “guías o seres de luz” que ayudan a tomar la decisión que por ellos mismos aún no están en condiciones de aceptar, en el caso de que la misión en la existencia física todavía no se haya completado. “Vi entonces otras luces moviéndose entre la niebla. Eran como sombras, a veces sin figura alguna, seres que habían perdido su personalidad, que no lograban recordar quiénes eran y a los que hay que reintegrar a su verdadera personalidad. Y todas aquellas luces que se movían en la niebla eran quías que venían desde la Tierra, como yo, y ayudaban a aquellos seres perdidos, que no sabían aún donde se encontraban, o que, debido a la violencia de su muerte repentina, habían dejado de tener una conciencia”.
En una operación de cesárea en la que se produjo la muerte clínica, una vez convencida de la necesidad de reintegrarse a su cuerpo, comentaba: “Noté como una fuerza que me empujaba o, mejor dicho, me tiraba hacia abajo. Y luego oí un ruido fuerte, como una ventana que se cerraba o como la tapa de una caja. Mi cuerpo, probablemente, que volvía a cerrarse en torno a mí”. Más adelante, afirma: “Yo he visto mi propia cuerda de plata, una vez me la enseñaron cuando me encontraba fuera de mí, y la vi como se volvía azul, luego gris y cada vez más delgada. Entonces, el guía que me acompañaba me empujó hacia abajo, para volver en mí y que el contacto no se rompiese. ¿Se da cuenta? En el fondo no hay ningún peligro. Si la muerte no tiene que suceder, nadie puede cortar el contacto. Los que mueren es porque ha llegado su momento”. “Esta nube _que algunos podemos distinguir_ es lo que se llama el cuerpo etéreo, lo que lo tiene todo junto, alma y cuerpo, lo que hace posible la existencia psicosomática… es la misma materia que los físicos describen como uniendo entre sí los átomos y las moléculas, lo que antes se llamaba el vacío. Tal vacío no existe, está compensado por algo, por esta eternidad física y material”. Pero este aura o cuerpo etéreo no sigue al alma después de su peregrinación, se diluye en el aire, como un gas, y debe desaparecer, puesto que su misión de unir alma y cuerpo ha terminado.
La sensitiva y médium Concetta Bertoldi comenta a su vez, que los guías espirituales son seres que han pasado por numerosas vidas en este mundo. La mayoría siguen reencarnándose, aunque algunos han evolucionado más allá del proceso de reencarnación; se han apeado de lo que los hindúes denominan “la rueda de la vida”. Define al Más Allá más bien como un estado o condición, las cosas tienen una calidad completamente diferente, todo allí es perdón, amor. Tiene muchas características que pueden parecer tangibles, solo que más puras, bellas y vibrantes, incluso más reales que lo que aquí conocemos por realidad. Allí nos movemos en una mezcla entre flotar, andar y volar a la vez, es como gravitar hacia la luz. Recordamos cada instante de nuestro pasado con todo detalle. Contemplamos y comprendemos todas las consecuencias de las acciones e interacciones con todos aquellos con los que nos hemos encontrado. Y por fin entendemos cuál ha sido nuestro objetivo en esta vida.
Una clave para entender donde radica la capacidad de acercarnos al mundo más allá de lo sensorial, a esa intrigante dimensión en la que se derrumban y pierden sentido las nociones comunes de nuestra existencia material podría ser la glándula pineal. Según el doctor en biología Saskia Bosman, la pineal es una suerte de módem entre el mundo físico y otras dimensiones, entre el mundo material espacio-tiempo que experimentamos a través de nuestros sentidos y ese vacío infinito que contiene las supradimensiones, las cuales percibimos como el interior llamado “paranormal”, las experiencias extrasensoriales, los sueños, la clarividencia, telepatía, etc.
La tradición hindú lo asocia al sexto chakra, aquel que rige el tiempo, la percepción y la luz. Algunos investigadores sugieren que la glándula pineal es también el órgano sensorial del magnetismo, un sexto sentido que trasforma las ondas electromagnéticas en estímulos neuroquímicos. Así, los indicadores cuantitativos de la mayor o menor cantidad de cristales de hidroaxiapatita en la epífisis _glándula pineal_ están directamente relacionados con la capacidad mediúmnica. Quizá, los que nacemos con déficit en esta somos los que no podemos decodificar cierta información extrasensorial, que clarividentes, telépatas y médiums que la poseen en mayor proporción sí son capaces de descifrar. Es en este punto donde podemos incidir en que las filosofías y doctrinas espirituales y religiosas orientales sostienen que de hecho sí se pueden desarrollar las capacidades psíquicas, abrir el sexto chakra _glándula pineal_, despertar el tercer ojo…
Veamos lo que nos contaba Lobsang Rampa sobre este despertar y la apertura del sexto chakra, y su relación con el cordón de plata, en su conocido libro “El Tercer Ojo”:
“Para nosotros el cuerpo no era más que una cáscara o caparazón animado por la auténtica personalidad de cada cual, el Superser, que toma las riendas cuando uno se duerme o se muere. Durante el sueño regresa el hombre a otro plano de existencia. El espíritu se aparta del cuerpo físico y sale flotando en cuanto llega el sueño. El espíritu mantiene su contacto con el cuerpo fisico por medio de un «cordón de plata» que no se rompe hasta el momento de la muerte. Y nuestros ensueños, mientras estamos dormidos, son vivencias que se realizan en el plano espiritual del sueño. Cuando el espíritu regresa al cuerpo, el choque del despertar desquicia la memoria onírica a no ser que esté entrenado especialmente”.
“El aura que rodea el cuerpo y que cualquier persona, bajo las adecuadas condiciones, puede aprender a ver, no es más que un reflejo de la Fuerza Vital que arde en él. Creemos que esta energía es eléctrica lo mismo que el rayo”.
“En el Tíbet viajamos mucho por medio de la proyección astral —no por levitación—, y se trata de un procedimiento que podemos controlar a voluntad. Hacemos que el yo abandone el cuerpo físico, aunque siga unido a él por el Cordón de Plata. Podemos viajar por donde queramos con la mayor velocidad concebible. La mayoría de nosotros posee la habilidad de realizar esos viajes, pero muchos, después de haberse lanzado, han sentido un gran choque psíquico por falta de entrenamiento. Probablemente todos han tenido la sensación de dormirse y luego, sin razón aparente, despertarse violentamente, como por una fuerte sacudida. Esto se debe a una exteriorización del yo excesivamente rápida, una separación demasiado brusca de los cuerpos fisico y astral. Esta violenta contracción del Cordón de Plata hace que el cuerpo astral vuelva, como si tirase de él un elástico demasiado distendido, a introducirse de nuevo en su vestidura física. De todos modos, la sensación es mucho peor cuando se regresa después de un viaje. El ser astral está flotando a enorme altura sobre el cuerpo como un globo al extremo de una cuerda. Algo, quizá un ruido externo, hace que el astral se reintegre al cuerpo con excesiva rapidez. Entonces, el cuerpo despierta repentinamente y tenemos la horrible sensación de estar cayendo por un precipicio y de habernos detenido en el mismo momento en que íbamos a estrellarnos”.
“Creemos que estamos en la Tierra para aprender y que en ella es donde sufrimos todas las torturas que se atribuyen al infierno. El Otro Sitio es para nosotros aquél donde vamos cuando salimos del cuerpo, o sea el sitio en donde encontraremos a otras entidades que también se han liberado del cuerpo. Y no es esto lo que se llama espiritualismo, si no una creencia muy concreta en que durante el sueño o después de la muerte podremos movernos con absoluta libertad por los planos astrales. A los más elevados de estos planos los llamamos «La Tierra de la Luz Dorada». Estamos seguros de que cuando nos encontremos en lo astral _después de la muerte o durante el sueño_ podremos encontrar allí a las personas amadas porque estamos en armonía con ellas. Y nunca veremos a las personas por quienes sentimos antipatía, ya que ese estado de desarmonía no puede existir en la Tierra de la Luz Dorada”.
“Somos almas inmortales. Nuestra plegaria: «Om manipad-me Hum!» se suele traducir al pie de la letra de este modo: « ¡la Joya del Loto!» Los que hemos avanzado un poco más en nuestra religión sabemos que su verdadero significado es: « el Super-Ser del hombre!» No existe la muerte. Como uno se quita la ropa al terminar la jornada, lo mismo se quita el alma del cuerpo cuando éste se duerme. Así como se desecha un traje cuando se ha gastado, también se desecha el alma al cuerpo cuando está excesivamente usado o se ha roto. Morir no es más que el acto de nacer en otro plano de la existencia. El Hombre, o el espíritu del Hombre, es eterno. El cuerpo es sólo la vestidura temporal que cubre el espíritu y es elegido según la tarea que corresponda a cada persona en la tierra. La apariencia externa carece por completo de importancia”.
Sobre el cordón de plata ampliamente difundido por la tradición esotérica y su relación con el cuerpo astral y el físico, encontramos según se afirma, que es una masa de moléculas que vibran a una velocidad altísima, a pesar del de que el conjunto de partículas que lo forman contienen todos los colores existentes, su conjunto desde fuera parece plateado. Este cordón es infinitamente extensible y sin límites, y el ser humano que viaja en el astral, al separarse de su cuerpo flota al extremo del cordón de plata de una forma similar a la de una cometa al final de su cuerda. Cuando el cuerpo físico demanda su parte astral éste es tirado hacia abajo igual como si tiramos de una cometa.
El Cordón de Plata une la Supraconciencia o Ser Superior con el cuerpo humano. Impresiones, lecciones, órdenes y, de vez en cuando, alimento espiritual, proceden del Ser Superior hacia el cuerpo humano, y cuando éste muere, el cordón de plata se corta y el cuerpo humano es dejado aparte, como si fuera ropa vieja e inservible que ya terminó su función, mientras el espíritu continúa. Tanto si viajamos en el presente como si nos introducimos en los Archivos Akáshicos, que contienen toda la información sobre la exsitencia humana, el cordón de plata es la cuerda de seguridad y comunicación entre lo que percibimos y el plano físico donde se encuentra el cuerpo. Toda la información nos es transmitida a través de él. Gracias a la capacidad infinita de extenderse que tiene podemos viajar a todos los planos de existencia, siempre que nuestra evolución y color de nuestra aura nos los permitan.
La firme convicción en la existencia de ese cordón de plata es antiquísima. Los iniciados en el viaje saben que pueden trasladar el cuerpo astral a grandes distancias mientras el cuerpo físico reposa aparentemente dormido. La conciencia viaja porque goza del privilegio de no estar condicionada por el espacio ni por el tiempo Durante el estado de vigilia, cuando el ego funciona concientemente en el mundo físico, sus diversos círculos están concéntricos ocupando el espacio, pero por la noche, cuando el cuerpo duerme, se produce una separación. Al producirse la muerte el cordón de plata se rompe en el átomo simiente del corazón y de ahí al exterior siguiendo por el cordón plateado hasta los vehículos superiores.
El viaje astral _ligado siempre al cordón de plata_ es algo que no puede ser descrito con palabras, pues es lo más grande que puede conseguir el ser humano. El mundo astral consta así de numerosos planos y subplanos que se extienden en serie ascendente desde el más cercano al mundo físico hasta el más cercano al mundo espiritual. Entre estos dos extremos se puede observar innumerable variedad de fenómenos y fases de existencia. En los subplanos inferiores del mundo astral se manifiestan las actividades psíquicas llamadas clarividencia, clariaudiencia, telepatía, psicometría, etc. También se manifiestan en estos subplanos inferiores ciertas formas de ectoplasmas, espectros y otras apariciones de almas desencarnadas, que a veces perciben el hombre y algunos animales. Asimismo actúan y se mueven en estos subplanos los seres humanos vivientes en el mundo físico que se desprenden temporáneamente de su cuerpo físico durante el sueño o el éxtasis, o deliberadamente, mediante las técnicas apropiadas de meditación. Los colores astrales son los de las auras que circuyen el cuerpo físico de todo ser humano, y se manifiestan en algunos subplanos del astral. En otros subplanos se manifiestan los fenómenos psiquismo, las formas de pensamiento, las ondas y nubes mentales que influyen en la mente y el ánimo de quienes tienen su misma tónica psíquica.
El moribundo va desprendiéndose poco a poco de su cuerpo físico y, al expirar, queda el alma revestida del cuerpo astral, que es exacta contraparte del físico, con el cual coincide durante la vida terrena. Es el cuerpo astral una forma de materia mucho más sutil que la física, de modo que escapa a todas las pruebas que revelan la materia ordinaria. En el momento de la muerte, el cuerpo astral queda enlazado con el cadáver por un tenue cordón de materia aérea, que al fin se rompe, y queda entonces el cuerpo astral libre, como externa envoltura del alma.
Pero este cuerpo astral no es el verdadero ser humano, como tampoco lo era el cuerpo físico, pues ambos no son más que temporáneas envolturas del alma. Al dejar el cuerpo físico se sume el alma en profundo sueño o estado comático, semejante al del feto en el claustro materno, y así se predispone a nacer en el mundo astral, pues necesita tiempo para adaptarse a las nuevas condiciones y cobrar la fuerza y vigor requeridos por la nueva fase de existencia.
La Naturaleza abunda en estas analogías. El nacimiento en el mundo físico tiene muchos puntos de semejanza con el nacimiento en el astral y ambos están precedidos por un período comático. Después de la muerte física permanece el alma dormida en el cuerpo astral que le sirve de protectora envoltura, como la matriz protege al feto. Al decir que el alma se desprende de su lastre terreno significamos que se dispone a desecharlo, porque el proceso efectivo de desecho o desprendimiento del lastre terreno comienza inmediatamente después del despertar. Cuando el alma siente el impulso de reanudar la vida, se despereza lenta y lánguidamente, como hace el hombre terrenal al despertar de un largo y profundo sueño. Entonces, a manera de mariposa que surge de su crisálida, se desprende el alma del cuerpo astral y en rápida sucesión desecha los elementos inferiores de su humana naturaleza. Este proceso es muy corto y se efectúa mientras el alma va recobrando lentamente su conciencia. Cuando despierta del todo, se halla el alma libre del lastre de su personalidad y abre los ojos al escenario de sus nuevas actividades en el mundo astral. Cada alma está destinada a vivir esta otra vida en el plano congruente con sus mejores cualidades después de sacudida la escoria de la personalidad. Puede así el alma progresar notablemente en el mundo astral y durante su vida allí purificarse de modo que vaya subiendo de nivel. Muy admirable y hermosa es la circunstancia de que el alma despierta viva en el plano correspondiente a sus mejores cualidades. Al punto reconocemos que esta circunstancia satisface los anhelos de nuestra alma y las vivas ansias de nuestro corazón mientras estamos en el mundo físico.
El mundo terrestre es una de tantas escuelas que de tiempo en tiempo se instalan en el Cosmos, y muchas de ellas son moradas de grado muy inferior.
El alma humana subsistirá millones de eones después que esta Tierra y millares como ella se hayan desintegrado y restituido su materia a la sustancia originaria de que procedieron. Dar importancia primordial a la vida planetaria de la Tierra en el orden cósmico es contrario a las enseñanzas de los sabios. Además, no es cierto, como muchos reencarnacionistas se figuran, que en la presente etapa de su evolución sólo pueda progresar el alma encarnada en el mundo terreno. Si bien es verdad que la mayoría de los seres humanos han de pasar muchas encarnaciones terrestres antes de alcanzar la liberación, también es cierto que cuando el alma llega a la etapa de evolución espiritual en que ya no la atan lazos terrenos, entonces es imposible que ni por un momento vuelva obligadamente a la tierra.
Hay actualmente muchas almas que en los planos superiores están desprendiéndose de las ligaduras terrenales porque han entrado en la etapa final de la humana evolución.
También hay ahora en la Tierra muchas almas que están pasando su última encarnación y al morir su cuerpo físico irán a esferas sin relación directa con el mundo físico. Existen asimismo otras almas muy adelantadas en el camino de la liberación, que sólo han de reencarnar una vez más en este mundo, para después alcanzar un excelso estado de espiritualidad y sabiduría.
Cuando el funcionamiento de los chakras es normal, cada uno de ellos estará abierto, girando en el sentido de las manecillas del reloj para metabolizar las energías particulares que necesita del campo de energía universal.
Cuando el chakra gira en sentido contrario a las agujas del reloj, la corriente fluye del centro hacia fuera, con lo que interfiere el metabolismo. Por tanto, se dice que el chakra está cerrado o bloqueado a las energías que llegan.La mayoría de las personas tienen tres o cuatro chakras que giran en sentido contrario en un momento determinado. Como los chakras no sólo son metabolizadores de la energía, sino que también la detectan, sirven para proporcionarnos información sobre el mundo que nos rodea. Si bloqueamos algún chakra, no dejamos que entre la información. Por tanto, cuando nuestros chakras fluyen en sentido contrario a las agujas del reloj, hacemos salir nuestra energía enviándola al mundo, detectamos la energía que hemos enviado y decimos que eso es el mundo. Es lo que en psicología se llama proyección.
La realidad imaginaria que proyectamos al mundo guarda relación con la "imagen" que nos hemos formado de aquél a través de nuestras experiencias infantiles, a través de la mente del niño que fuimos. Dado que cada chakra está relacionado con una función psicológica específica, lo que proyectamos a través de cada uno de ellos estará dentro del área de funcionamiento de dicho chakra y será algo muy personal, ya que la experiencia vital de cada persona es única.
La glándula pineal, que suele asociarse con el sexto chakra, es rica en un derivado de la serotonina, llamado melatonina. Este compuesto se metaboliza fácilmente en una molécula de tres anillos llamada 10-metoxiharmalano, dotada de propiedades alucinógenas, es decir, que induce visiones interiores. La glándula pineal contiene fotoreceptores y... la luz y las experiencias visionarias desempeñan un papel importante en ese plano de la conciencia. Los estudios parecen indicar que la melatonina y la glándula pineal en general presentan efectos de inhibición sobre las glándulas femeninas y masculinas de los mamíferos. Y también se cumple la recíproca, es decir que las hormonas sexuales como la testosterona, los estrógenos y la progesterona, inhiben a su vez la secreción de melatonina. De ahí cabe deducir que la actividad sexual, por cuanto estimula dichas hormonas, podría afectar negativamente a la apertura de ese chakra del tercer ojo; inversamente, un exceso de actividad de los centros superiores tal vez perjudique al impulso sexual.
Pero… ¿de qué luz se habla? ¿Puede también referirse a su vez a la luz espiritual, al aura, al plano astral? De todo lo anterior podemos sacar la conclusión de que la apertura del tercer ojo, en consonancia con el sexto chakra hindú, se puede realizar usando y activando de forma consciente la glándula pineal, que se va atrofiando por diferentes causas a lo largo de la vida, que sería como el ojo de la aguja por donde transita el cordón de plata que une todos nuestros cuerpos, o asimismo esos rayos de oro que veía Anne-Maríe Dinkel que nos posibilitan acceder a los planos superiores de conciencia.
Por lo visto anteriormente, estamos en condiciones de afirmar que ese despertar a una supraconciencia no es asunto imposible, puede estar al alcance de todos los seres humanos, no es magia ni espirtitismo, incluso quedaría fuera del ámbito de la parapsicología, ya que pasaría a ser la restitución de un poder perdido, que quizá en tiempos ancestrales disfrutábamos, y para lo cual poseemos un órgano material que lo hace posible.
Un personaje extraordinario, llamado Gustav Rol, al que se le ha definido como el “sensitivo” más importante del siglo XX, el último y auténtico Maestro Espiritual, cuyos poderes abarcaban cualquier aspecto psíquico imaginable, aclaraba cuando se le preguntaba sobre el origen de sus poderes: “Yo soy una persona cualquiera. No tengo nada que ver con los médiums, los curanderos, los espiritistas que usted entrevista. Éste mundo está lejos de mi mentalidad. Mis modestos experimentos forman parte de la ciencia. Son cosas que en el futuro todos los hombres podrán realizar. Siempre he pensado no ser un sensitivo, un vidente, médium, taumaturgo ni nada por el estilo. Es todo un mundo, el de la Parapsicología, al que no pertenezco aunque haya conocido personas verdaderamente dignas y animadas con intenciones nobilísimas. Se escribe demasiado sobre mí, y muchos de los que lo han hecho pueden decir que me he quejado por la publicación de una vasta gama de fenómenos y nunca de lo que transmito, en el intento de dar una explicación a estas cosas indagando sobre cómo y por qué se producen ciertos eventos maravillosos.
Según le revelaba al escritor Leo Talamonti: “No hay causalidad mecánica y tampoco casualidad: es el triunfo de la voluntad sobre lo imprevisible, de la armonía creadora sobre la casualidad”. Todo le sobrevino en 1927, mientras estaba observando un arcoiris. Le encantó tanto aquel color verde que permanece en el centro de la inmensa faja irisada, que no pudo apartar los ojos de él. Lo sintió vivir en sí como pura vibración inmaterial, a la vez que advertía que aquella vibración le evocaba otra, correspondiente a la quinta nota musical, la nota sol. Sin tió entonces que lo invadía una sensación de calor que se iba irradiando desde la base del cráneo. Al mismo tiempo se encontró interiormente transfigurado, como si su yo de antes hubiera ceido el puesto a otro yo más grande, más fuerte y capaz de vibrar en la onda creativa del propio Cosmos… Entonces advirtió que podía conocer cosas que permanecían escondidas a los demás y que, dentro de ciertos límites, imponen su voluntad hasta a las fuerzas de la Naturaleza. Había descubierto el secreto de lo que él llamaba “consciencia sublime”.
Una vez le confió al periodista Dino Buzzatti: “Es así que he esperado que fuera justo la Ciencia la que me ayudara a reconocer y codificar estas sensaciones mías que estoy seguro de que cada hombre posee, y será la Ciencia misma quien revelará estas facultades y las promoverá en todos los hombres”.
Así se expresaba Anne-Marie Dinkel, una “sensible” suiza de carácter extraordinario, en una entrevista realizada por los años setenta por el investigador de los fenómenos que comprende la parapsicología _o la parapsíquica_ Vintila Horia, comentando su experiencia más significativa en el campo de los viajes astrales y el conocimiento íntimo del alma humana. Decía que la primera vez que tuvo conciencia de sus poderes fue antes de nacer. Se encontraba en un lugar al que algunos llaman “el jardín cósmico”, el sitio donde las almas esperan el momento en que quieran volver a la tierra, encarnarse. Es en este lugar donde uno espera hasta que encuentra a sus padres, en definitiva, todos los componentes propicios para que el alma pueda regresar a un cuerpo material. “El alma tiene que volver a vivir aquí para saber más, para aprender, para volver a hacer bien lo que había hecho mal”. “En el jardín cósmico no se aprende nada, allí se espera sencillamente”. Es en otro plano donde el alma se encuentra con “existencias”, o bien “amigos-guía”, que enseñan al alma la realidad de la existencia o el momento idóneo para encarnarse de nuevo. Es en este plano al que también las almas, en el momento de la muerte física, se reencuentran con amigos de vidas anteriores, así como “guías o seres de luz” que ayudan a tomar la decisión que por ellos mismos aún no están en condiciones de aceptar, en el caso de que la misión en la existencia física todavía no se haya completado. “Vi entonces otras luces moviéndose entre la niebla. Eran como sombras, a veces sin figura alguna, seres que habían perdido su personalidad, que no lograban recordar quiénes eran y a los que hay que reintegrar a su verdadera personalidad. Y todas aquellas luces que se movían en la niebla eran quías que venían desde la Tierra, como yo, y ayudaban a aquellos seres perdidos, que no sabían aún donde se encontraban, o que, debido a la violencia de su muerte repentina, habían dejado de tener una conciencia”.
En una operación de cesárea en la que se produjo la muerte clínica, una vez convencida de la necesidad de reintegrarse a su cuerpo, comentaba: “Noté como una fuerza que me empujaba o, mejor dicho, me tiraba hacia abajo. Y luego oí un ruido fuerte, como una ventana que se cerraba o como la tapa de una caja. Mi cuerpo, probablemente, que volvía a cerrarse en torno a mí”. Más adelante, afirma: “Yo he visto mi propia cuerda de plata, una vez me la enseñaron cuando me encontraba fuera de mí, y la vi como se volvía azul, luego gris y cada vez más delgada. Entonces, el guía que me acompañaba me empujó hacia abajo, para volver en mí y que el contacto no se rompiese. ¿Se da cuenta? En el fondo no hay ningún peligro. Si la muerte no tiene que suceder, nadie puede cortar el contacto. Los que mueren es porque ha llegado su momento”. “Esta nube _que algunos podemos distinguir_ es lo que se llama el cuerpo etéreo, lo que lo tiene todo junto, alma y cuerpo, lo que hace posible la existencia psicosomática… es la misma materia que los físicos describen como uniendo entre sí los átomos y las moléculas, lo que antes se llamaba el vacío. Tal vacío no existe, está compensado por algo, por esta eternidad física y material”. Pero este aura o cuerpo etéreo no sigue al alma después de su peregrinación, se diluye en el aire, como un gas, y debe desaparecer, puesto que su misión de unir alma y cuerpo ha terminado.
La sensitiva y médium Concetta Bertoldi comenta a su vez, que los guías espirituales son seres que han pasado por numerosas vidas en este mundo. La mayoría siguen reencarnándose, aunque algunos han evolucionado más allá del proceso de reencarnación; se han apeado de lo que los hindúes denominan “la rueda de la vida”. Define al Más Allá más bien como un estado o condición, las cosas tienen una calidad completamente diferente, todo allí es perdón, amor. Tiene muchas características que pueden parecer tangibles, solo que más puras, bellas y vibrantes, incluso más reales que lo que aquí conocemos por realidad. Allí nos movemos en una mezcla entre flotar, andar y volar a la vez, es como gravitar hacia la luz. Recordamos cada instante de nuestro pasado con todo detalle. Contemplamos y comprendemos todas las consecuencias de las acciones e interacciones con todos aquellos con los que nos hemos encontrado. Y por fin entendemos cuál ha sido nuestro objetivo en esta vida.
Una clave para entender donde radica la capacidad de acercarnos al mundo más allá de lo sensorial, a esa intrigante dimensión en la que se derrumban y pierden sentido las nociones comunes de nuestra existencia material podría ser la glándula pineal. Según el doctor en biología Saskia Bosman, la pineal es una suerte de módem entre el mundo físico y otras dimensiones, entre el mundo material espacio-tiempo que experimentamos a través de nuestros sentidos y ese vacío infinito que contiene las supradimensiones, las cuales percibimos como el interior llamado “paranormal”, las experiencias extrasensoriales, los sueños, la clarividencia, telepatía, etc.
La tradición hindú lo asocia al sexto chakra, aquel que rige el tiempo, la percepción y la luz. Algunos investigadores sugieren que la glándula pineal es también el órgano sensorial del magnetismo, un sexto sentido que trasforma las ondas electromagnéticas en estímulos neuroquímicos. Así, los indicadores cuantitativos de la mayor o menor cantidad de cristales de hidroaxiapatita en la epífisis _glándula pineal_ están directamente relacionados con la capacidad mediúmnica. Quizá, los que nacemos con déficit en esta somos los que no podemos decodificar cierta información extrasensorial, que clarividentes, telépatas y médiums que la poseen en mayor proporción sí son capaces de descifrar. Es en este punto donde podemos incidir en que las filosofías y doctrinas espirituales y religiosas orientales sostienen que de hecho sí se pueden desarrollar las capacidades psíquicas, abrir el sexto chakra _glándula pineal_, despertar el tercer ojo…
Veamos lo que nos contaba Lobsang Rampa sobre este despertar y la apertura del sexto chakra, y su relación con el cordón de plata, en su conocido libro “El Tercer Ojo”:
“Para nosotros el cuerpo no era más que una cáscara o caparazón animado por la auténtica personalidad de cada cual, el Superser, que toma las riendas cuando uno se duerme o se muere. Durante el sueño regresa el hombre a otro plano de existencia. El espíritu se aparta del cuerpo físico y sale flotando en cuanto llega el sueño. El espíritu mantiene su contacto con el cuerpo fisico por medio de un «cordón de plata» que no se rompe hasta el momento de la muerte. Y nuestros ensueños, mientras estamos dormidos, son vivencias que se realizan en el plano espiritual del sueño. Cuando el espíritu regresa al cuerpo, el choque del despertar desquicia la memoria onírica a no ser que esté entrenado especialmente”.
“El aura que rodea el cuerpo y que cualquier persona, bajo las adecuadas condiciones, puede aprender a ver, no es más que un reflejo de la Fuerza Vital que arde en él. Creemos que esta energía es eléctrica lo mismo que el rayo”.
“En el Tíbet viajamos mucho por medio de la proyección astral —no por levitación—, y se trata de un procedimiento que podemos controlar a voluntad. Hacemos que el yo abandone el cuerpo físico, aunque siga unido a él por el Cordón de Plata. Podemos viajar por donde queramos con la mayor velocidad concebible. La mayoría de nosotros posee la habilidad de realizar esos viajes, pero muchos, después de haberse lanzado, han sentido un gran choque psíquico por falta de entrenamiento. Probablemente todos han tenido la sensación de dormirse y luego, sin razón aparente, despertarse violentamente, como por una fuerte sacudida. Esto se debe a una exteriorización del yo excesivamente rápida, una separación demasiado brusca de los cuerpos fisico y astral. Esta violenta contracción del Cordón de Plata hace que el cuerpo astral vuelva, como si tirase de él un elástico demasiado distendido, a introducirse de nuevo en su vestidura física. De todos modos, la sensación es mucho peor cuando se regresa después de un viaje. El ser astral está flotando a enorme altura sobre el cuerpo como un globo al extremo de una cuerda. Algo, quizá un ruido externo, hace que el astral se reintegre al cuerpo con excesiva rapidez. Entonces, el cuerpo despierta repentinamente y tenemos la horrible sensación de estar cayendo por un precipicio y de habernos detenido en el mismo momento en que íbamos a estrellarnos”.
“Creemos que estamos en la Tierra para aprender y que en ella es donde sufrimos todas las torturas que se atribuyen al infierno. El Otro Sitio es para nosotros aquél donde vamos cuando salimos del cuerpo, o sea el sitio en donde encontraremos a otras entidades que también se han liberado del cuerpo. Y no es esto lo que se llama espiritualismo, si no una creencia muy concreta en que durante el sueño o después de la muerte podremos movernos con absoluta libertad por los planos astrales. A los más elevados de estos planos los llamamos «La Tierra de la Luz Dorada». Estamos seguros de que cuando nos encontremos en lo astral _después de la muerte o durante el sueño_ podremos encontrar allí a las personas amadas porque estamos en armonía con ellas. Y nunca veremos a las personas por quienes sentimos antipatía, ya que ese estado de desarmonía no puede existir en la Tierra de la Luz Dorada”.
“Somos almas inmortales. Nuestra plegaria: «Om manipad-me Hum!» se suele traducir al pie de la letra de este modo: « ¡la Joya del Loto!» Los que hemos avanzado un poco más en nuestra religión sabemos que su verdadero significado es: « el Super-Ser del hombre!» No existe la muerte. Como uno se quita la ropa al terminar la jornada, lo mismo se quita el alma del cuerpo cuando éste se duerme. Así como se desecha un traje cuando se ha gastado, también se desecha el alma al cuerpo cuando está excesivamente usado o se ha roto. Morir no es más que el acto de nacer en otro plano de la existencia. El Hombre, o el espíritu del Hombre, es eterno. El cuerpo es sólo la vestidura temporal que cubre el espíritu y es elegido según la tarea que corresponda a cada persona en la tierra. La apariencia externa carece por completo de importancia”.
Sobre el cordón de plata ampliamente difundido por la tradición esotérica y su relación con el cuerpo astral y el físico, encontramos según se afirma, que es una masa de moléculas que vibran a una velocidad altísima, a pesar del de que el conjunto de partículas que lo forman contienen todos los colores existentes, su conjunto desde fuera parece plateado. Este cordón es infinitamente extensible y sin límites, y el ser humano que viaja en el astral, al separarse de su cuerpo flota al extremo del cordón de plata de una forma similar a la de una cometa al final de su cuerda. Cuando el cuerpo físico demanda su parte astral éste es tirado hacia abajo igual como si tiramos de una cometa.
El Cordón de Plata une la Supraconciencia o Ser Superior con el cuerpo humano. Impresiones, lecciones, órdenes y, de vez en cuando, alimento espiritual, proceden del Ser Superior hacia el cuerpo humano, y cuando éste muere, el cordón de plata se corta y el cuerpo humano es dejado aparte, como si fuera ropa vieja e inservible que ya terminó su función, mientras el espíritu continúa. Tanto si viajamos en el presente como si nos introducimos en los Archivos Akáshicos, que contienen toda la información sobre la exsitencia humana, el cordón de plata es la cuerda de seguridad y comunicación entre lo que percibimos y el plano físico donde se encuentra el cuerpo. Toda la información nos es transmitida a través de él. Gracias a la capacidad infinita de extenderse que tiene podemos viajar a todos los planos de existencia, siempre que nuestra evolución y color de nuestra aura nos los permitan.
La firme convicción en la existencia de ese cordón de plata es antiquísima. Los iniciados en el viaje saben que pueden trasladar el cuerpo astral a grandes distancias mientras el cuerpo físico reposa aparentemente dormido. La conciencia viaja porque goza del privilegio de no estar condicionada por el espacio ni por el tiempo Durante el estado de vigilia, cuando el ego funciona concientemente en el mundo físico, sus diversos círculos están concéntricos ocupando el espacio, pero por la noche, cuando el cuerpo duerme, se produce una separación. Al producirse la muerte el cordón de plata se rompe en el átomo simiente del corazón y de ahí al exterior siguiendo por el cordón plateado hasta los vehículos superiores.
El viaje astral _ligado siempre al cordón de plata_ es algo que no puede ser descrito con palabras, pues es lo más grande que puede conseguir el ser humano. El mundo astral consta así de numerosos planos y subplanos que se extienden en serie ascendente desde el más cercano al mundo físico hasta el más cercano al mundo espiritual. Entre estos dos extremos se puede observar innumerable variedad de fenómenos y fases de existencia. En los subplanos inferiores del mundo astral se manifiestan las actividades psíquicas llamadas clarividencia, clariaudiencia, telepatía, psicometría, etc. También se manifiestan en estos subplanos inferiores ciertas formas de ectoplasmas, espectros y otras apariciones de almas desencarnadas, que a veces perciben el hombre y algunos animales. Asimismo actúan y se mueven en estos subplanos los seres humanos vivientes en el mundo físico que se desprenden temporáneamente de su cuerpo físico durante el sueño o el éxtasis, o deliberadamente, mediante las técnicas apropiadas de meditación. Los colores astrales son los de las auras que circuyen el cuerpo físico de todo ser humano, y se manifiestan en algunos subplanos del astral. En otros subplanos se manifiestan los fenómenos psiquismo, las formas de pensamiento, las ondas y nubes mentales que influyen en la mente y el ánimo de quienes tienen su misma tónica psíquica.
El moribundo va desprendiéndose poco a poco de su cuerpo físico y, al expirar, queda el alma revestida del cuerpo astral, que es exacta contraparte del físico, con el cual coincide durante la vida terrena. Es el cuerpo astral una forma de materia mucho más sutil que la física, de modo que escapa a todas las pruebas que revelan la materia ordinaria. En el momento de la muerte, el cuerpo astral queda enlazado con el cadáver por un tenue cordón de materia aérea, que al fin se rompe, y queda entonces el cuerpo astral libre, como externa envoltura del alma.
Pero este cuerpo astral no es el verdadero ser humano, como tampoco lo era el cuerpo físico, pues ambos no son más que temporáneas envolturas del alma. Al dejar el cuerpo físico se sume el alma en profundo sueño o estado comático, semejante al del feto en el claustro materno, y así se predispone a nacer en el mundo astral, pues necesita tiempo para adaptarse a las nuevas condiciones y cobrar la fuerza y vigor requeridos por la nueva fase de existencia.
La Naturaleza abunda en estas analogías. El nacimiento en el mundo físico tiene muchos puntos de semejanza con el nacimiento en el astral y ambos están precedidos por un período comático. Después de la muerte física permanece el alma dormida en el cuerpo astral que le sirve de protectora envoltura, como la matriz protege al feto. Al decir que el alma se desprende de su lastre terreno significamos que se dispone a desecharlo, porque el proceso efectivo de desecho o desprendimiento del lastre terreno comienza inmediatamente después del despertar. Cuando el alma siente el impulso de reanudar la vida, se despereza lenta y lánguidamente, como hace el hombre terrenal al despertar de un largo y profundo sueño. Entonces, a manera de mariposa que surge de su crisálida, se desprende el alma del cuerpo astral y en rápida sucesión desecha los elementos inferiores de su humana naturaleza. Este proceso es muy corto y se efectúa mientras el alma va recobrando lentamente su conciencia. Cuando despierta del todo, se halla el alma libre del lastre de su personalidad y abre los ojos al escenario de sus nuevas actividades en el mundo astral. Cada alma está destinada a vivir esta otra vida en el plano congruente con sus mejores cualidades después de sacudida la escoria de la personalidad. Puede así el alma progresar notablemente en el mundo astral y durante su vida allí purificarse de modo que vaya subiendo de nivel. Muy admirable y hermosa es la circunstancia de que el alma despierta viva en el plano correspondiente a sus mejores cualidades. Al punto reconocemos que esta circunstancia satisface los anhelos de nuestra alma y las vivas ansias de nuestro corazón mientras estamos en el mundo físico.
El mundo terrestre es una de tantas escuelas que de tiempo en tiempo se instalan en el Cosmos, y muchas de ellas son moradas de grado muy inferior.
El alma humana subsistirá millones de eones después que esta Tierra y millares como ella se hayan desintegrado y restituido su materia a la sustancia originaria de que procedieron. Dar importancia primordial a la vida planetaria de la Tierra en el orden cósmico es contrario a las enseñanzas de los sabios. Además, no es cierto, como muchos reencarnacionistas se figuran, que en la presente etapa de su evolución sólo pueda progresar el alma encarnada en el mundo terreno. Si bien es verdad que la mayoría de los seres humanos han de pasar muchas encarnaciones terrestres antes de alcanzar la liberación, también es cierto que cuando el alma llega a la etapa de evolución espiritual en que ya no la atan lazos terrenos, entonces es imposible que ni por un momento vuelva obligadamente a la tierra.
Hay actualmente muchas almas que en los planos superiores están desprendiéndose de las ligaduras terrenales porque han entrado en la etapa final de la humana evolución.
También hay ahora en la Tierra muchas almas que están pasando su última encarnación y al morir su cuerpo físico irán a esferas sin relación directa con el mundo físico. Existen asimismo otras almas muy adelantadas en el camino de la liberación, que sólo han de reencarnar una vez más en este mundo, para después alcanzar un excelso estado de espiritualidad y sabiduría.
Cuando el funcionamiento de los chakras es normal, cada uno de ellos estará abierto, girando en el sentido de las manecillas del reloj para metabolizar las energías particulares que necesita del campo de energía universal.
Cuando el chakra gira en sentido contrario a las agujas del reloj, la corriente fluye del centro hacia fuera, con lo que interfiere el metabolismo. Por tanto, se dice que el chakra está cerrado o bloqueado a las energías que llegan.La mayoría de las personas tienen tres o cuatro chakras que giran en sentido contrario en un momento determinado. Como los chakras no sólo son metabolizadores de la energía, sino que también la detectan, sirven para proporcionarnos información sobre el mundo que nos rodea. Si bloqueamos algún chakra, no dejamos que entre la información. Por tanto, cuando nuestros chakras fluyen en sentido contrario a las agujas del reloj, hacemos salir nuestra energía enviándola al mundo, detectamos la energía que hemos enviado y decimos que eso es el mundo. Es lo que en psicología se llama proyección.
La realidad imaginaria que proyectamos al mundo guarda relación con la "imagen" que nos hemos formado de aquél a través de nuestras experiencias infantiles, a través de la mente del niño que fuimos. Dado que cada chakra está relacionado con una función psicológica específica, lo que proyectamos a través de cada uno de ellos estará dentro del área de funcionamiento de dicho chakra y será algo muy personal, ya que la experiencia vital de cada persona es única.
La glándula pineal, que suele asociarse con el sexto chakra, es rica en un derivado de la serotonina, llamado melatonina. Este compuesto se metaboliza fácilmente en una molécula de tres anillos llamada 10-metoxiharmalano, dotada de propiedades alucinógenas, es decir, que induce visiones interiores. La glándula pineal contiene fotoreceptores y... la luz y las experiencias visionarias desempeñan un papel importante en ese plano de la conciencia. Los estudios parecen indicar que la melatonina y la glándula pineal en general presentan efectos de inhibición sobre las glándulas femeninas y masculinas de los mamíferos. Y también se cumple la recíproca, es decir que las hormonas sexuales como la testosterona, los estrógenos y la progesterona, inhiben a su vez la secreción de melatonina. De ahí cabe deducir que la actividad sexual, por cuanto estimula dichas hormonas, podría afectar negativamente a la apertura de ese chakra del tercer ojo; inversamente, un exceso de actividad de los centros superiores tal vez perjudique al impulso sexual.
Pero… ¿de qué luz se habla? ¿Puede también referirse a su vez a la luz espiritual, al aura, al plano astral? De todo lo anterior podemos sacar la conclusión de que la apertura del tercer ojo, en consonancia con el sexto chakra hindú, se puede realizar usando y activando de forma consciente la glándula pineal, que se va atrofiando por diferentes causas a lo largo de la vida, que sería como el ojo de la aguja por donde transita el cordón de plata que une todos nuestros cuerpos, o asimismo esos rayos de oro que veía Anne-Maríe Dinkel que nos posibilitan acceder a los planos superiores de conciencia.
Por lo visto anteriormente, estamos en condiciones de afirmar que ese despertar a una supraconciencia no es asunto imposible, puede estar al alcance de todos los seres humanos, no es magia ni espirtitismo, incluso quedaría fuera del ámbito de la parapsicología, ya que pasaría a ser la restitución de un poder perdido, que quizá en tiempos ancestrales disfrutábamos, y para lo cual poseemos un órgano material que lo hace posible.
Un personaje extraordinario, llamado Gustav Rol, al que se le ha definido como el “sensitivo” más importante del siglo XX, el último y auténtico Maestro Espiritual, cuyos poderes abarcaban cualquier aspecto psíquico imaginable, aclaraba cuando se le preguntaba sobre el origen de sus poderes: “Yo soy una persona cualquiera. No tengo nada que ver con los médiums, los curanderos, los espiritistas que usted entrevista. Éste mundo está lejos de mi mentalidad. Mis modestos experimentos forman parte de la ciencia. Son cosas que en el futuro todos los hombres podrán realizar. Siempre he pensado no ser un sensitivo, un vidente, médium, taumaturgo ni nada por el estilo. Es todo un mundo, el de la Parapsicología, al que no pertenezco aunque haya conocido personas verdaderamente dignas y animadas con intenciones nobilísimas. Se escribe demasiado sobre mí, y muchos de los que lo han hecho pueden decir que me he quejado por la publicación de una vasta gama de fenómenos y nunca de lo que transmito, en el intento de dar una explicación a estas cosas indagando sobre cómo y por qué se producen ciertos eventos maravillosos.
Según le revelaba al escritor Leo Talamonti: “No hay causalidad mecánica y tampoco casualidad: es el triunfo de la voluntad sobre lo imprevisible, de la armonía creadora sobre la casualidad”. Todo le sobrevino en 1927, mientras estaba observando un arcoiris. Le encantó tanto aquel color verde que permanece en el centro de la inmensa faja irisada, que no pudo apartar los ojos de él. Lo sintió vivir en sí como pura vibración inmaterial, a la vez que advertía que aquella vibración le evocaba otra, correspondiente a la quinta nota musical, la nota sol. Sin tió entonces que lo invadía una sensación de calor que se iba irradiando desde la base del cráneo. Al mismo tiempo se encontró interiormente transfigurado, como si su yo de antes hubiera ceido el puesto a otro yo más grande, más fuerte y capaz de vibrar en la onda creativa del propio Cosmos… Entonces advirtió que podía conocer cosas que permanecían escondidas a los demás y que, dentro de ciertos límites, imponen su voluntad hasta a las fuerzas de la Naturaleza. Había descubierto el secreto de lo que él llamaba “consciencia sublime”.
Una vez le confió al periodista Dino Buzzatti: “Es así que he esperado que fuera justo la Ciencia la que me ayudara a reconocer y codificar estas sensaciones mías que estoy seguro de que cada hombre posee, y será la Ciencia misma quien revelará estas facultades y las promoverá en todos los hombres”.
martes, 17 de mayo de 2011
Fin del mundo 21-05-2011... ¿A qué se refiere?
Podemos estar tranquilos, al menos yo lo estoy, en cuanto a la fecha del fin del mundo anunciada estos días entre otros por Harold Camping y el portal lebible fellowship, y que tendría lugar, según unos complicados cálculos y suposiciones, el día 21-05-2011. El dato principal que apoya mi hipótesis y que me ha hecho reflexionar y documentarme, es la aseveración de que el diluvio ocurrió en el 4.990 a.c. Veamos lo que dice:
“No obstante, hace alrededor de 35 años,
Dios comenzó a abrir el entendimiento de los
verdaderos creyentes con respecto a la
cronología de la historia. Y de este modo, se
descubrió que la Biblia enseña que cuando los
eventos que ocurrieron en el pasado se
armonizan con nuestro calendario moderno,
podemos conocer algunas fechas de la historia,
como por ejemplo, la de la Creación
(11,013 A.C.), la del diluvio en los días de Noé
(4990 A.C.)…
Lo primero que llama la atención esta fecha es que se está hablando no de un diluvio universal, sino de un diluvio o acontecimiento de carácter local, ya que no tengo noticia de que hayan aparecido sedimentos correspondientes a esa fecha diseminados por el mundo, que habrían sido hace tiempo encontrados en la multitud de excavaciones arqueológicas que se han realizado en el último siglo, así como indicios de tipo metereológico o cosmológico que lo avalen con el mínimo de rigor científico, a excepción de la zona donde suele localizarse el edén bíblico, en la antigua Mesopotamia.
Quizá la fecha más plausible para un cataclismo universal en el pasado pudiera situarse entre el noveno y undécimo milenio a.c., que al menos concordaría con la destrucción de la Atlántida de Platón, el fin de una glaciación o edad de hielo, o el resurgimiento neolítico entre otros.
Después de repasar algunos textos en los que se detallan las más detalladas excavaciones estratigráficas realizadas en la zona de lo que es actualmente Irak, precisamente en la zona de Nínive, por los investigadores R.C.Thompson y M.E.L. Malowan, resulta que encontraron a una profundidad entre los 21,10 mts. y los 21,30 mts. una capa que definieron como una acumulación de arena y fango debido a algún acontecimiento climático. Ninguno adelanta interpretación alguna, se limitan a denominarlo “pluvial interval” y, en lo tocante a su fijación cronológica, se fija entre los periodos Halaf y Obeid, aproximadamente en el quinto milenio a.c., pero que curiosamente solo se encuentran bajo la antigua ciudad de Ur, y una capa de menor espesor en Nínive, pero falta completamente bajo las ruinas de Uruk, Kish, Lagash y Shuruppak, en las que solo se hallaron capas aluviales a menor profundidad, y correspondientes cronológicamente al 2.800 a.c.
¿Qué conclusión podemos sacar de tales datos? Estas capas parecen corresponder a un depósito dejado por una crecida más o menos violenta de uno o ambos ríos mesopotámicos. Es de suponer que cualquiera de estos cataclismos se vio acompañado de tales destrozos y causó tal impresión, que se convirtió en uno de los temas repetidos de las tablillas cuneiformes halladas en esa zona. Fue efectivamente un diluvio, sobre el cual la leyenda se complació en aumentar su violencia y los destrozos, y no todas las ciudades sufrieron por igual. Pudieron ser ocasionados por unas crecidas del Eúfrates y del Tigris más violentas de lo habitual, que fácilmente arrastraron las construcciones en una zona geográfica sin relieve alguno. Es posible que esta destrucción se viese reforzada por unas lluvias torrenciales fuertes, como también por un raz de marea con una brutal llegada de las aguas del golfo Pérsico.
Como sabemos, es universalmente admitido que los relatos bíblicos, tanto el Yahvista como el Sacerdotal (de comienzos del primer milenio a.c.), están basados en otro mucho más antiguo _del que nos hablan las tablillas de Nínive (del tercer milenio) y otras de menor antigüedad_ y que conocemos como la Epopeya de Gilgamesh, de cuyas 326 líneas no más de 200 están consagradas al diluvio. Cuentan dichas tablillas que Gilgamesh, rey de la ciudad de Uruk, muy afectado por la muerte de su amigo Enkidu, se dio cuenta de que para él también tendría término la vida. Recuerda que su antepasado Uta-napishtim fue el único mortal que pudo alcanzar la vida eterna.Es entonces cuando se pone en camino para preguntarle la razón de esa suerte excepcional. Éste, después de muchas dudas, le manifiesta que es preciso encontrar en el fondo del mar una planta que comunica la juventud. Además de esto, Uta-napishtim no alcanzó la inmortalidad sino después de grandes riesgos, como son haber sobrevivido a un diluvio. Entonces, por consejo de los dioses Anu, Enlil, Ninurta y otros recibe la siguiente orden: “Hombre de Shuruppak, derriba tu casa, construye una nave, renuncia a los bienes, busca la vida!!Toma a bordo de la nave la semilla de toda vida! ¡En la nave que construirás, que sean proporcionadas sus dimensiones!!Que sean iguales su anchura y su longitud!!Colócala sobre el Apsu!" A continuación se describe casi como un calco al relato bíblico la construcción de dicha nave. Y continúa después: "Al rayar del alba, del fundamento de los cielos ascendió una nube negra, en la cual rugía el dios Adad… El dios Ninurta se adelanta haciendo avanzar el ataque. Los dioses Annunaki han traído antorchas, con cuyas llamas abrasan el país. Del dios Adad el estrépito llega a los cielos. Todo lo que brillaba se ha cambiado en tinieblas…. En el cielo, los dioses tuvieron miedo del diluvio y huyeron. Subieron al cielo del dios Anu… La diosa Ishtar gime como una mujer que va a dar a luz, vociferando: ¡Que este día se convierta en cieno, cuando yo, en la asamblea de los dioses, he proferido el mal! ¡Cómo he podido proferir mal, ordenar un combate para hacer morir a mis gentes! ¿Acaso engendro yo a mis gentes para que como pececillos llenen los mares? Los dioses Annunaki lloran con ella, los dioses aúllan, se deshacen en llantos. Sus labios están cerrados, esperan el fin. Seis días y seis noches sopla el viento, el diluvio, la tempestad barre el país”.
Continúa el relato con claros paralelismos con las fuentes bíblicas. Son varias las versiones y todas concordantes: versión Asiria, versión babilónica, versión sumeria… y todas anteriores a las bíblicas. Esta última dice: "Los huracanes, con extrema violencia atacaron como si fueran uno solo. Al mismo tiempo el diluvio sumergió los centros de culto. En seguida, durante siete días y siete noches, el diluvio se vertió sobre el país, y el inmenso barco fue zarandeado por los huracanes sobre las grandes aguas”. Posteriormente, también es conocido el relato de Beroso, sacerdote de Marduk, que lo escribió hacia el 275 a.c. y lo conocemos por extractos recogidos por Alejandro Polihistor, a su vez citados por Eusebio de Cesarea, en el que la similitud es evidente, solo que el protagonista se hace llamar Xisutros, el dios que le avisa Cronos y la ciudad donde ocurre principalmente, Sippar.
Ya que sabemos que el patriarca se Israel, Abraham, parte de su ciudad natal Ur en Mesopotamia, es fácil comprender que conocía sobradamente esas antiguas historias, y que luego fueron incorporadas y reescritas como tradición del pueblo hebreo. Por tanto, aunque admitiéramos como cierto que los libros del Génesis fueron obra de inspiración divina, se referirían en todo caso a un suceso local, y que todas las revelaciones y profecías posteriores incluidas en la Biblia atañerían exclusivamente al pueblo hebreo, y ya es mucho suponer.
Por eso decía sentirme tranquilo, en parte, ya que de ser cierto sería un desastre colosal, pero aunque admitiéramos como válidos todos los cálculos que sugieren el comienzo del fin del mundo el día 21-905-2011 y cinco meses posteriores de grandes tribulaciones, estas deben ser entendidas como mucho para el pueblo de Israel, como depositario de toda la tradición hebrea, y no al resto del mundo.
De todas formas, nos queda ya poco para comprobarlo y saldremos de dudas.
Fuentes consultadas:
André Parrot: El diluvio y el Arca de Noé
Ch. Virolleaud: Leyendas de babilobia y de Canaán
Leonard Wooley : Excavaciones en Ur
“No obstante, hace alrededor de 35 años,
Dios comenzó a abrir el entendimiento de los
verdaderos creyentes con respecto a la
cronología de la historia. Y de este modo, se
descubrió que la Biblia enseña que cuando los
eventos que ocurrieron en el pasado se
armonizan con nuestro calendario moderno,
podemos conocer algunas fechas de la historia,
como por ejemplo, la de la Creación
(11,013 A.C.), la del diluvio en los días de Noé
(4990 A.C.)…
Lo primero que llama la atención esta fecha es que se está hablando no de un diluvio universal, sino de un diluvio o acontecimiento de carácter local, ya que no tengo noticia de que hayan aparecido sedimentos correspondientes a esa fecha diseminados por el mundo, que habrían sido hace tiempo encontrados en la multitud de excavaciones arqueológicas que se han realizado en el último siglo, así como indicios de tipo metereológico o cosmológico que lo avalen con el mínimo de rigor científico, a excepción de la zona donde suele localizarse el edén bíblico, en la antigua Mesopotamia.
Quizá la fecha más plausible para un cataclismo universal en el pasado pudiera situarse entre el noveno y undécimo milenio a.c., que al menos concordaría con la destrucción de la Atlántida de Platón, el fin de una glaciación o edad de hielo, o el resurgimiento neolítico entre otros.
Después de repasar algunos textos en los que se detallan las más detalladas excavaciones estratigráficas realizadas en la zona de lo que es actualmente Irak, precisamente en la zona de Nínive, por los investigadores R.C.Thompson y M.E.L. Malowan, resulta que encontraron a una profundidad entre los 21,10 mts. y los 21,30 mts. una capa que definieron como una acumulación de arena y fango debido a algún acontecimiento climático. Ninguno adelanta interpretación alguna, se limitan a denominarlo “pluvial interval” y, en lo tocante a su fijación cronológica, se fija entre los periodos Halaf y Obeid, aproximadamente en el quinto milenio a.c., pero que curiosamente solo se encuentran bajo la antigua ciudad de Ur, y una capa de menor espesor en Nínive, pero falta completamente bajo las ruinas de Uruk, Kish, Lagash y Shuruppak, en las que solo se hallaron capas aluviales a menor profundidad, y correspondientes cronológicamente al 2.800 a.c.
¿Qué conclusión podemos sacar de tales datos? Estas capas parecen corresponder a un depósito dejado por una crecida más o menos violenta de uno o ambos ríos mesopotámicos. Es de suponer que cualquiera de estos cataclismos se vio acompañado de tales destrozos y causó tal impresión, que se convirtió en uno de los temas repetidos de las tablillas cuneiformes halladas en esa zona. Fue efectivamente un diluvio, sobre el cual la leyenda se complació en aumentar su violencia y los destrozos, y no todas las ciudades sufrieron por igual. Pudieron ser ocasionados por unas crecidas del Eúfrates y del Tigris más violentas de lo habitual, que fácilmente arrastraron las construcciones en una zona geográfica sin relieve alguno. Es posible que esta destrucción se viese reforzada por unas lluvias torrenciales fuertes, como también por un raz de marea con una brutal llegada de las aguas del golfo Pérsico.
Como sabemos, es universalmente admitido que los relatos bíblicos, tanto el Yahvista como el Sacerdotal (de comienzos del primer milenio a.c.), están basados en otro mucho más antiguo _del que nos hablan las tablillas de Nínive (del tercer milenio) y otras de menor antigüedad_ y que conocemos como la Epopeya de Gilgamesh, de cuyas 326 líneas no más de 200 están consagradas al diluvio. Cuentan dichas tablillas que Gilgamesh, rey de la ciudad de Uruk, muy afectado por la muerte de su amigo Enkidu, se dio cuenta de que para él también tendría término la vida. Recuerda que su antepasado Uta-napishtim fue el único mortal que pudo alcanzar la vida eterna.Es entonces cuando se pone en camino para preguntarle la razón de esa suerte excepcional. Éste, después de muchas dudas, le manifiesta que es preciso encontrar en el fondo del mar una planta que comunica la juventud. Además de esto, Uta-napishtim no alcanzó la inmortalidad sino después de grandes riesgos, como son haber sobrevivido a un diluvio. Entonces, por consejo de los dioses Anu, Enlil, Ninurta y otros recibe la siguiente orden: “Hombre de Shuruppak, derriba tu casa, construye una nave, renuncia a los bienes, busca la vida!!Toma a bordo de la nave la semilla de toda vida! ¡En la nave que construirás, que sean proporcionadas sus dimensiones!!Que sean iguales su anchura y su longitud!!Colócala sobre el Apsu!" A continuación se describe casi como un calco al relato bíblico la construcción de dicha nave. Y continúa después: "Al rayar del alba, del fundamento de los cielos ascendió una nube negra, en la cual rugía el dios Adad… El dios Ninurta se adelanta haciendo avanzar el ataque. Los dioses Annunaki han traído antorchas, con cuyas llamas abrasan el país. Del dios Adad el estrépito llega a los cielos. Todo lo que brillaba se ha cambiado en tinieblas…. En el cielo, los dioses tuvieron miedo del diluvio y huyeron. Subieron al cielo del dios Anu… La diosa Ishtar gime como una mujer que va a dar a luz, vociferando: ¡Que este día se convierta en cieno, cuando yo, en la asamblea de los dioses, he proferido el mal! ¡Cómo he podido proferir mal, ordenar un combate para hacer morir a mis gentes! ¿Acaso engendro yo a mis gentes para que como pececillos llenen los mares? Los dioses Annunaki lloran con ella, los dioses aúllan, se deshacen en llantos. Sus labios están cerrados, esperan el fin. Seis días y seis noches sopla el viento, el diluvio, la tempestad barre el país”.
Continúa el relato con claros paralelismos con las fuentes bíblicas. Son varias las versiones y todas concordantes: versión Asiria, versión babilónica, versión sumeria… y todas anteriores a las bíblicas. Esta última dice: "Los huracanes, con extrema violencia atacaron como si fueran uno solo. Al mismo tiempo el diluvio sumergió los centros de culto. En seguida, durante siete días y siete noches, el diluvio se vertió sobre el país, y el inmenso barco fue zarandeado por los huracanes sobre las grandes aguas”. Posteriormente, también es conocido el relato de Beroso, sacerdote de Marduk, que lo escribió hacia el 275 a.c. y lo conocemos por extractos recogidos por Alejandro Polihistor, a su vez citados por Eusebio de Cesarea, en el que la similitud es evidente, solo que el protagonista se hace llamar Xisutros, el dios que le avisa Cronos y la ciudad donde ocurre principalmente, Sippar.
Ya que sabemos que el patriarca se Israel, Abraham, parte de su ciudad natal Ur en Mesopotamia, es fácil comprender que conocía sobradamente esas antiguas historias, y que luego fueron incorporadas y reescritas como tradición del pueblo hebreo. Por tanto, aunque admitiéramos como cierto que los libros del Génesis fueron obra de inspiración divina, se referirían en todo caso a un suceso local, y que todas las revelaciones y profecías posteriores incluidas en la Biblia atañerían exclusivamente al pueblo hebreo, y ya es mucho suponer.
Por eso decía sentirme tranquilo, en parte, ya que de ser cierto sería un desastre colosal, pero aunque admitiéramos como válidos todos los cálculos que sugieren el comienzo del fin del mundo el día 21-905-2011 y cinco meses posteriores de grandes tribulaciones, estas deben ser entendidas como mucho para el pueblo de Israel, como depositario de toda la tradición hebrea, y no al resto del mundo.
De todas formas, nos queda ya poco para comprobarlo y saldremos de dudas.
Fuentes consultadas:
André Parrot: El diluvio y el Arca de Noé
Ch. Virolleaud: Leyendas de babilobia y de Canaán
Leonard Wooley : Excavaciones en Ur
martes, 5 de abril de 2011
Krishnamurti : El arte de vivir
¿Por qué le temes a la muerte? Tal vez sea porque no sabes cómo vivir. Si supieras cómo vivir plenamente, ¿le tendrías miedo a la muerte? Si amaras los árboles, la puesta del sol, si amaras a los pájaros, la hoja que cae, si tuvieras conciencia de los hombres y mujeres que lloran, de la gente pobre, si realmente sintieras amor en tu corazón, ¿estarías temeroso de la muerte? ¿Lo estarías? No te dejes persuadir por mí. Consideremóslo juntos. Ustedes no viven con alegría, no son dichosos, no son vitalmente sensibles a las cosas; por eso preguntan qué va a pasar cuando mueran. Para ustedes la vida es dolor, por eso están mucho más interesados en la muerte. Sienten que tal vez habrá felicidad después de la muerte. Pero ése es un problema tremendo y ustedes no saben cómo investigarlo. Después de todo, en el fondo de esto está el temor: temor de morir, temor de vivir, temor de sufrir. Si no pueden comprender qué es lo que causa el temor y se libran de él, entonces no tiene mucha importancia si están viviendo o si están muertos.
Es entonces muy importante que desde la más tierna edad estén ustedes libres para descubrir y no se hallen cercados por un muro de "debes" y "no debes", porque si les dicen constantemente lo que deben y lo que no deben hacer, ¿qué ocurrirá con su inteligencia? Serán entidades irreflexivas que solamente siguen una carrera, a las que sus padres les dicen con quién deben casarse o no casarse; y eso, evidentemente, no es la acción de la inteligencia. Ustedes podrán pasar sus exámenes y ser muy prósperos, podrán tener buenas ropas y estar llenos de joyas, podrán gozar de amigos y de prestigio, pero en tanto estén atados por la tradición, no puede haber inteligencia.
La inteligencia, por cierto, adviene sólo cuando tenemos libertad para investigar, para considerar cuidadosamente las cosas y descubrir; de ese modo nuestra mente se vuelve muy activa, muy alerta y clara. Entonces somos individuos plenamente integrados, no entidades temerosas que, no sabiendo qué hacer, sienten internamente una cosa y exteriormente se ajustan a algo diferente.
Ser realmente libre implica una gran sensibilidad. No hay libertad si estamos cercados por el interés propio o por distintos muros de disciplinas. En tanto nuestra vida sea un proceso de imitación no puede haber sensibilidad ni libertad. Es esencial, mientras están aquí, sembrar la semilla de la libertad, lo cual implica despertar la inteligencia; porque con esa inteligencia podrán ustedes abordar todos los problemas de la vida.
A fin de descubrir qué es verdadero, jamás debes aceptar, jamás debes ser influido por lo que puedan decir los libros, los maestros o cualquier otra persona. Si eres influido por ellos, sólo encontrarás lo que ellos quieren que encuentres. Y debes saber que tu propia mente puede crear la imagen de lo que ella desea: puede imaginar a Dios con barba o con un solo ojo, puede hacer que sea azul o púrpura. De modo que has de estar atento a tus propios deseos y no has de dejarte engañar por las proyecciones de tus propias necesidades y anhelos. Si anhelas ver a Dios de cierta manera, la imagen que verás estará de acuerdo con tus deseos; y esa imagen no será Dios, ¿verdad? Si estás sufriendo y deseas ser consolado, o si te sientes romántico o sentimental en tus aspiraciones religiosas, a larga crearás un Dios que proveerá lo que necesitas; pero eso tampoco será Dios.
Así que tu mente tiene que estar por completo libre; sólo entonces podrás descubrir lo verdadero, no mediante la aceptación de superstición alguna, no mediante la lectura de los así llamados libros sagrados ni siguiendo a ningún gurú. Sólo cuando tengas esta libertad, esta verdadera libertad respecto de las influencias externas, y también estés libre de tus propios deseos y anhelos, de modo que tu mente sea muy clara, sólo entonces te será posible descubrir lo que Dios es. Pero si meramente te sientas y especulas, entonces tu suposición es tan buena como la de tu gurú y es igualmente ilusoria.
La pobreza es culpa de la sociedad, una sociedad en la que los codiciosos y los astutos prosperan y alcanzan la cúspide. Y nosotros queremos la misma cosa, también queremos trepar por la escalera y llegar a la parte de arriba. Y cuando todos queremos llegar arriba, ¿qué sucede? Pisamos a alguien; y el hombre al que pisan, al que destruyen, pregunta: "¿por qué la vida es tan injusta? Ustedes lo tienen todo y yo no tengo capacidad, no tengo nada". En tanto sigamos trepando por la escalera del éxito, siempre existirán el enfermo y el mal alimentado. Es el deseo de éxito el que tiene que ser comprendido y no por qué hay ricos y pobres o por qué algunos tienen talento y otros no tienen ninguno. Lo que tiene que cambiar es nuestro deseo de trepar, nuestro deseo de ser grandes, de alcanzar el éxito. Todos aspiramos al éxito, ¿no es así? Allí radica la culpa y no en el karma o en alguna otra explicación. El hecho real es que todos nosotros deseamos estar en la cima; quizá no en la cima misma, pero al menos tan alto en la escalera como seamos capaces de treparla. En tanto exista este impulso de ser grande, de ser "alguien" en el mundo, vamos a tener al rico y al pobre, al explotador y a los explotados.
Una mente condicionada no es libre porque jamás puede ir más allá de sus propios límites, de las barreras que ha erigido en tomo de sí misma; eso es obvio. Y es muy difícil para una mente semejante liberarse de su condicionamiento e ir más allá, porque este condicionamiento le ha sido impuesto no sólo por la sociedad, sino que se lo ha impuesto ella misma. Ustedes gustan de su condicionamiento, porque no se atreven a ir más allá. Temen lo que podrían decir sus padres y sus madres, lo que el sacerdote y la sociedad podrían decir; en consecuencia, contribuyen a crear las barreras que los retienen. Ésta es la prisión en que casi todos estamos atrapados y por eso sus padres están siempre diciéndoles -como ustedes a su vez les dirán a sus hijos- que hagan esto y no hagan aquello.
¿Pero qué es la inteligencia? ¿Puede haber inteligencia cuando hay temor o cuando la mente está condicionada? Cuando tu mente tiene prejuicios o cuando piensas que eres un ser humano maravilloso, o cuando eres muy ambicioso y deseas trepar la escalera del éxito, mundano o espiritual, ¿puede haber inteligencia? Cuando sólo te interesas en ti mismo, cuando sigues a alguien o le rindes culto, ¿puede haber inteligencia? Ciertamente, la inteligencia llega cuando comprendes toda esta estupidez y rompes con ella. Por lo tanto, tienes que empezar, y lo primero es que te des cuenta de que tu mente no es libre. Has de observar cómo tu mente está atada por todas estas cosas; ése es el principio de la inteligencia, la cual trae libertad. Tienes que encontrar la respuesta por ti mismo.
Entonces, queremos algo que nos dé sensación de seguridad, y para ello tenemos defensas de muchas clases diferentes. Tenemos protecciones tanto internas como externas. Cuando cerramos las ventanas y las puertas de nuestra casa y permanecemos dentro, nos sentimos seguros, a salvo, sentimos que no nos molestan. Pero la vida no es eso. La vida está golpeando constantemente a nuestras puertas, trata de abrir nuestras ventanas para que podamos ver más; y si a causa del temor cerramos las puertas y echamos el cerrojo a todas las ventanas, los golpeteos sólo se vuelven más fuertes aún. Cuanto más estrechamente nos aferramos a la seguridad en cualquiera de sus formas, más viene la vida y nos empuja. Cuanto más miedo tenemos y nos encerramos en nosotros mismos, mayor es nuestro sufrimiento, porque la vida no nos dejará tranquilos. Queremos estar seguros, pero la vida dice que no podemos estarlo; y así es como comienza nuestra lucha. Buscamos seguridad en la sociedad, en la tradición, en la relación con nuestros padres y nuestras madres, con nuestras esposas y nuestros maridos; pero la vida se abre paso siempre por los muros de nuestra seguridad.
Si miran a su alrededor, verán que en todo el mundo hay una espantosa destrucción y desdicha humana. Pueden leer sobre las guerras en la historia, pero no conocen su realidad, de qué modo las ciudades son destruidas por completo, cómo la bomba de hidrógeno, arrojada sobre una isla, causa la total desaparición de la isla, cómo los barcos son bombardeados y se esfuman en el aire. Hay una destrucción espantosa a causa del llamado progreso; y es en este mundo donde ustedes van a crecer. Podrán pasarlo bien, dichosamente mientras son jóvenes; pero cuando se vuelvan adultos, a menos que estén muy alerta, atentos a sus pensamientos, a sus sentimientos, perpetuarán este mundo de batallas, de ambiciones despiadadas, un mundo donde cada uno está compitiendo con otro, donde hay miseria, inanición, superpoblación y enfermedad.
Para comprender a Dios tenemos que comprender primero nuestra propia mente, lo cual es muy difícil. La mente es muy compleja y no es fácil comprenderla. Pero es bastante fácil sentarse y entrar en alguna clase de ensoñación, tener distintas visiones, ilusiones y pensar que estamos muy cerca de Dios. La mente puede engañarse enormemente a sí misma. Así, para experimentar de verdad aquello que puede ser llamado Dios, tenemos que estar completamente quietos; ¿y no han descubierto lo extremadamente difícil que es eso? ¿No han notado cómo aun las personas mayores jamás se sientan quietamente, cómo se agitan, cómo menean los dedos de los pies y mueven las manos? Es físicamente difícil permanecer quietos; ¡mucho más difícil le es a la mente quedarse quieta! Está siempre inquieta, como un niño a quien se le ordena permanecer en el rincón. Es un gran arte para la mente estar completamente silenciosa, sin coacción alguna; sólo entonces es posible experimentar aquello que puede ser llamado Dios.
Lo importante es que averigüen qué hay detrás de la palabra "amor", para descubrir si realmente aman a sus padres y si sus padres les aman. Por cierto, si ustedes y sus padres se amaran realmente los unos a los otros, el mundo sería por completo diferente. No habría guerras ni hambre ni diferencias de clase. No habría ricos ni pobres. Ya lo ven, sin amor tratamos de reformar económicamente la sociedad, tratamos de poner en orden las cosas; pero en tanto no tengamos amor en nuestros corazones, no podremos crear una estructura social libre de conflicto y desdicha. Por eso tenemos que investigar muy cuidadosamente estas cosas; tal vez descubriremos lo que es el amor.
Al desear, al anhelar algo, la mente crea un patrón y en ese patrón queda atrapada; y entonces se fatiga, se embota, se vuelve estúpida, irreflexivo. La mente es el centro de este sentimiento de posesión, el sentimiento del "yo" y lo "mío": "Yo poseo alguna cosa", "yo soy un gran hombre", "soy un hombre pequeño", "yo he sido insultado", "me han alabado", "yo soy inteligente", "yo soy muy hermosa", "quiero llegar a ser alguien", "soy el hijo o la hija de alguien"... Este sentimiento del "yo" y lo "mío" es el núcleo mismo de la mente, es la mente misma. Cuanto más tiene la mente este sentimiento de ser alguien, de ser grande o muy inteligente o muy estúpida, etc., tanto más construye muros alrededor de sí misma y se encierra, se embota. Entonces sufre, porque en ese encierro inevitablemente hay dolor. A causa de que está sufriendo, la mente pregunta: "¿Qué puedo hacer?". Pero en vez de quitar los muros que la cercan, de quitarlos mediante una percepción sensible y una cuidadosa reflexión, investigando y comprendiendo todo el proceso por el cual se han creado los muros, lucha para encontrar algo externo con lo cual vuelve a cercarse nuevamente. Así es como poco a poco la mente se convierte en una barrera para el amor; y sin comprender lo que la mente es, lo cual equivale a comprender las modalidades de nuestro propio pensar, la fuente interna de donde proviene la acción, no podremos descubrir qué es el amor.
Existe la belleza de la forma en la poesía o en una persona o en un árbol hermoso, pero sólo tiene sentido a través del refinamiento interno del amor. Si hay amor, habrá refinamiento tanto externo como interno. El refinamiento se expresa exteriormente en la consideración por los demás, en la manera como tratamos a nuestros padres, a nuestros vecinos, al sirviente, al jardinero. El jardinero puede haber creado para nosotros un bello jardín, pero sin ese refinamiento que es amor, el jardín es meramente una expresión de nuestra propia vanidad.
Por lo tanto, es esencial tener refinamiento, tanto externo como interno. La manera como ustedes comen es muy importante: si hacen ruido mientras comen, eso importa muchísimo. El modo como se comportan, los modales que tienen cuando están con sus amigos, la manera como hablan de otros... todas estas cosas importan porque señalan lo que son ustedes internamente, indican si hay o no hay refinamiento interno. Una falta de refinamiento interno se expresa en la degeneración externa de la forma; de modo que el refinamiento externo significa muy poco si no hay amor. Y ya hemos visto que el amor no es una cosa que podamos poseer. Adviene sólo cuando la mente comprende los complejos problemas que ella misma ha creado.
Lo que estoy diciendo en todas estas conversaciones no es algo para ser meramente recordado. Su propósito no es que ustedes traten de acumular en la mente lo que oyen, que se acuerden de ello y después piensen o actúen al respecto. Si simplemente acumulan en sus mentes lo que les estoy diciendo, eso no será más que memoria, no será una cosa viva, algo que comprenden realmente. Lo que importa es la comprensión, no el recuerdo. Espero que vean la diferencia entre ambas cosas. La comprensión es inmediata, directa, es algo que ustedes experimentan intensamente. Pero si sólo recuerdan lo que han oído, ello servirá solamente como un patrón, como una guía para seguir, para repetir, una idea para imitar, un ideal sobre el cual basar sus vidas. La comprensión no es un asunto de la memoria. Es una intensidad constante, un descubrimiento permanente.
Y bien, ¿qué es lo que llega a su fin en la muerte? ¿La vida? ¿Es la vida meramente un proceso de inspirar y expeler el aire? Comer, odiar, amar, adquirir, poseer, comparar, envidiar... esto es lo que la mayoría de nosotros conoce de la vida. Para la mayoría, la vida es un sufrimiento, una batalla constante de dolor y placer, esperanza y frustración. ¿Y no puede eso terminar? ¿Acaso no deberíamos morir? En el otoño, con la llegada del tiempo frío, las hojas caen de los árboles y reaparecen en primavera. ¿No deberíamos, de igual modo, morir a todo lo de ayer, a todas nuestras acumulaciones y esperanzas, a todos los éxitos que hemos cosechado? ¿No deberíamos morir a todo eso y vivir de nuevo mañana, de manera que, como una hoja nueva, fuéramos puros, tiernos, sensibles? Para el hombre que dice: "Yo soy alguien y tengo que continuar", para él siempre hay muerte y ghat crematorio; y ese hombre no conoce el amor.
La sencillez es libertad de la mente respecto de la experiencia, de la carga de la memoria. Pensamos que la sencillez es una cuestión de no tener sino pocas ropas y una escudilla de mendigo; creemos que una vida sencilla consiste en poseer muy poco externamente. Eso puede estar muy bien. Pero la verdadera sencillez implica estar libre del conocimiento, libre de los recuerdos y de la acumulación de experiencias. ¿No han reparado en las personas que dan mucha importancia al hecho de poseer muy poco y piensan que son muy sencillas? ¿Las han escuchado? Aunque puedan no tener más que un taparrabo y un bastón, están llenas de ideales. internamente son muy complejas, luchando consigo mismas, esforzándose por seguir sus propias proyecciones, sus propias creencias. internamente no son sencillas, están repletas de lo que han recogido de los libros, repletas de ideales, dogmas, temores. Exteriormente podrán poseer sólo un bastón y unas pocas ropas. Pero la verdadera sencillez de la vida es permanecer internamente vacío, inocente, sin acumular conocimientos, sin creencias ni dogmas, sin el miedo a la autoridad; y ese estado de sencillez interna puede nacer sólo cuando comprendemos realmente cada experiencia de instante en instante. Si hemos comprendido una experiencia, entonces esa experiencia se ha terminado, no deja ningún residuo. Es a causa de que no comprendemos la experiencia, de que recordamos su placer o su dolor, que jamás somos internamente sencillos. Aquéllos que tienen una disposición religiosa persiguen las cosas que contribuyen a la sencillez exterior; pero internamente son caóticos, confusos, están agobiados por innumerables anhelos, deseos, conocimientos; tienen miedo de vivir, de experimentar.
La paz puede llegar únicamente cuando hay amor. Si tienen paz meramente gracias a la seguridad financiera o de otra clase, o gracias a ciertos dogmas, rituales o repeticiones verbales, no hay creatividad, no existe la urgencia de producir una revolución fundamental en el mundo. Una paz semejante sólo conduce al contentamiento y a la resignación. Pero cuando en ustedes exista la comprensión del amor y de la belleza, encontrarán que la paz no es una mera proyección de la mente. Ésta es la paz creativa, la paz que elimina la confusión y genera orden dentro de nosotros mismos. Pero esta paz no llega mediante esfuerzo alguno por encontrarla. Llega cuando estamos observando constantemente, cuando somos sensibles tanto a lo bello como a lo feo, a lo bueno como a lo malo, a todas las fluctuaciones de la vida. La paz no es algo mezquino creado por la mente; es inmensamente grande, infinitamente extensa y sólo puede ser comprendida cuando hay plenitud en el corazón.
Es entonces muy importante que desde la más tierna edad estén ustedes libres para descubrir y no se hallen cercados por un muro de "debes" y "no debes", porque si les dicen constantemente lo que deben y lo que no deben hacer, ¿qué ocurrirá con su inteligencia? Serán entidades irreflexivas que solamente siguen una carrera, a las que sus padres les dicen con quién deben casarse o no casarse; y eso, evidentemente, no es la acción de la inteligencia. Ustedes podrán pasar sus exámenes y ser muy prósperos, podrán tener buenas ropas y estar llenos de joyas, podrán gozar de amigos y de prestigio, pero en tanto estén atados por la tradición, no puede haber inteligencia.
La inteligencia, por cierto, adviene sólo cuando tenemos libertad para investigar, para considerar cuidadosamente las cosas y descubrir; de ese modo nuestra mente se vuelve muy activa, muy alerta y clara. Entonces somos individuos plenamente integrados, no entidades temerosas que, no sabiendo qué hacer, sienten internamente una cosa y exteriormente se ajustan a algo diferente.
Ser realmente libre implica una gran sensibilidad. No hay libertad si estamos cercados por el interés propio o por distintos muros de disciplinas. En tanto nuestra vida sea un proceso de imitación no puede haber sensibilidad ni libertad. Es esencial, mientras están aquí, sembrar la semilla de la libertad, lo cual implica despertar la inteligencia; porque con esa inteligencia podrán ustedes abordar todos los problemas de la vida.
A fin de descubrir qué es verdadero, jamás debes aceptar, jamás debes ser influido por lo que puedan decir los libros, los maestros o cualquier otra persona. Si eres influido por ellos, sólo encontrarás lo que ellos quieren que encuentres. Y debes saber que tu propia mente puede crear la imagen de lo que ella desea: puede imaginar a Dios con barba o con un solo ojo, puede hacer que sea azul o púrpura. De modo que has de estar atento a tus propios deseos y no has de dejarte engañar por las proyecciones de tus propias necesidades y anhelos. Si anhelas ver a Dios de cierta manera, la imagen que verás estará de acuerdo con tus deseos; y esa imagen no será Dios, ¿verdad? Si estás sufriendo y deseas ser consolado, o si te sientes romántico o sentimental en tus aspiraciones religiosas, a larga crearás un Dios que proveerá lo que necesitas; pero eso tampoco será Dios.
Así que tu mente tiene que estar por completo libre; sólo entonces podrás descubrir lo verdadero, no mediante la aceptación de superstición alguna, no mediante la lectura de los así llamados libros sagrados ni siguiendo a ningún gurú. Sólo cuando tengas esta libertad, esta verdadera libertad respecto de las influencias externas, y también estés libre de tus propios deseos y anhelos, de modo que tu mente sea muy clara, sólo entonces te será posible descubrir lo que Dios es. Pero si meramente te sientas y especulas, entonces tu suposición es tan buena como la de tu gurú y es igualmente ilusoria.
La pobreza es culpa de la sociedad, una sociedad en la que los codiciosos y los astutos prosperan y alcanzan la cúspide. Y nosotros queremos la misma cosa, también queremos trepar por la escalera y llegar a la parte de arriba. Y cuando todos queremos llegar arriba, ¿qué sucede? Pisamos a alguien; y el hombre al que pisan, al que destruyen, pregunta: "¿por qué la vida es tan injusta? Ustedes lo tienen todo y yo no tengo capacidad, no tengo nada". En tanto sigamos trepando por la escalera del éxito, siempre existirán el enfermo y el mal alimentado. Es el deseo de éxito el que tiene que ser comprendido y no por qué hay ricos y pobres o por qué algunos tienen talento y otros no tienen ninguno. Lo que tiene que cambiar es nuestro deseo de trepar, nuestro deseo de ser grandes, de alcanzar el éxito. Todos aspiramos al éxito, ¿no es así? Allí radica la culpa y no en el karma o en alguna otra explicación. El hecho real es que todos nosotros deseamos estar en la cima; quizá no en la cima misma, pero al menos tan alto en la escalera como seamos capaces de treparla. En tanto exista este impulso de ser grande, de ser "alguien" en el mundo, vamos a tener al rico y al pobre, al explotador y a los explotados.
Una mente condicionada no es libre porque jamás puede ir más allá de sus propios límites, de las barreras que ha erigido en tomo de sí misma; eso es obvio. Y es muy difícil para una mente semejante liberarse de su condicionamiento e ir más allá, porque este condicionamiento le ha sido impuesto no sólo por la sociedad, sino que se lo ha impuesto ella misma. Ustedes gustan de su condicionamiento, porque no se atreven a ir más allá. Temen lo que podrían decir sus padres y sus madres, lo que el sacerdote y la sociedad podrían decir; en consecuencia, contribuyen a crear las barreras que los retienen. Ésta es la prisión en que casi todos estamos atrapados y por eso sus padres están siempre diciéndoles -como ustedes a su vez les dirán a sus hijos- que hagan esto y no hagan aquello.
¿Pero qué es la inteligencia? ¿Puede haber inteligencia cuando hay temor o cuando la mente está condicionada? Cuando tu mente tiene prejuicios o cuando piensas que eres un ser humano maravilloso, o cuando eres muy ambicioso y deseas trepar la escalera del éxito, mundano o espiritual, ¿puede haber inteligencia? Cuando sólo te interesas en ti mismo, cuando sigues a alguien o le rindes culto, ¿puede haber inteligencia? Ciertamente, la inteligencia llega cuando comprendes toda esta estupidez y rompes con ella. Por lo tanto, tienes que empezar, y lo primero es que te des cuenta de que tu mente no es libre. Has de observar cómo tu mente está atada por todas estas cosas; ése es el principio de la inteligencia, la cual trae libertad. Tienes que encontrar la respuesta por ti mismo.
Entonces, queremos algo que nos dé sensación de seguridad, y para ello tenemos defensas de muchas clases diferentes. Tenemos protecciones tanto internas como externas. Cuando cerramos las ventanas y las puertas de nuestra casa y permanecemos dentro, nos sentimos seguros, a salvo, sentimos que no nos molestan. Pero la vida no es eso. La vida está golpeando constantemente a nuestras puertas, trata de abrir nuestras ventanas para que podamos ver más; y si a causa del temor cerramos las puertas y echamos el cerrojo a todas las ventanas, los golpeteos sólo se vuelven más fuertes aún. Cuanto más estrechamente nos aferramos a la seguridad en cualquiera de sus formas, más viene la vida y nos empuja. Cuanto más miedo tenemos y nos encerramos en nosotros mismos, mayor es nuestro sufrimiento, porque la vida no nos dejará tranquilos. Queremos estar seguros, pero la vida dice que no podemos estarlo; y así es como comienza nuestra lucha. Buscamos seguridad en la sociedad, en la tradición, en la relación con nuestros padres y nuestras madres, con nuestras esposas y nuestros maridos; pero la vida se abre paso siempre por los muros de nuestra seguridad.
Si miran a su alrededor, verán que en todo el mundo hay una espantosa destrucción y desdicha humana. Pueden leer sobre las guerras en la historia, pero no conocen su realidad, de qué modo las ciudades son destruidas por completo, cómo la bomba de hidrógeno, arrojada sobre una isla, causa la total desaparición de la isla, cómo los barcos son bombardeados y se esfuman en el aire. Hay una destrucción espantosa a causa del llamado progreso; y es en este mundo donde ustedes van a crecer. Podrán pasarlo bien, dichosamente mientras son jóvenes; pero cuando se vuelvan adultos, a menos que estén muy alerta, atentos a sus pensamientos, a sus sentimientos, perpetuarán este mundo de batallas, de ambiciones despiadadas, un mundo donde cada uno está compitiendo con otro, donde hay miseria, inanición, superpoblación y enfermedad.
Para comprender a Dios tenemos que comprender primero nuestra propia mente, lo cual es muy difícil. La mente es muy compleja y no es fácil comprenderla. Pero es bastante fácil sentarse y entrar en alguna clase de ensoñación, tener distintas visiones, ilusiones y pensar que estamos muy cerca de Dios. La mente puede engañarse enormemente a sí misma. Así, para experimentar de verdad aquello que puede ser llamado Dios, tenemos que estar completamente quietos; ¿y no han descubierto lo extremadamente difícil que es eso? ¿No han notado cómo aun las personas mayores jamás se sientan quietamente, cómo se agitan, cómo menean los dedos de los pies y mueven las manos? Es físicamente difícil permanecer quietos; ¡mucho más difícil le es a la mente quedarse quieta! Está siempre inquieta, como un niño a quien se le ordena permanecer en el rincón. Es un gran arte para la mente estar completamente silenciosa, sin coacción alguna; sólo entonces es posible experimentar aquello que puede ser llamado Dios.
Lo importante es que averigüen qué hay detrás de la palabra "amor", para descubrir si realmente aman a sus padres y si sus padres les aman. Por cierto, si ustedes y sus padres se amaran realmente los unos a los otros, el mundo sería por completo diferente. No habría guerras ni hambre ni diferencias de clase. No habría ricos ni pobres. Ya lo ven, sin amor tratamos de reformar económicamente la sociedad, tratamos de poner en orden las cosas; pero en tanto no tengamos amor en nuestros corazones, no podremos crear una estructura social libre de conflicto y desdicha. Por eso tenemos que investigar muy cuidadosamente estas cosas; tal vez descubriremos lo que es el amor.
Al desear, al anhelar algo, la mente crea un patrón y en ese patrón queda atrapada; y entonces se fatiga, se embota, se vuelve estúpida, irreflexivo. La mente es el centro de este sentimiento de posesión, el sentimiento del "yo" y lo "mío": "Yo poseo alguna cosa", "yo soy un gran hombre", "soy un hombre pequeño", "yo he sido insultado", "me han alabado", "yo soy inteligente", "yo soy muy hermosa", "quiero llegar a ser alguien", "soy el hijo o la hija de alguien"... Este sentimiento del "yo" y lo "mío" es el núcleo mismo de la mente, es la mente misma. Cuanto más tiene la mente este sentimiento de ser alguien, de ser grande o muy inteligente o muy estúpida, etc., tanto más construye muros alrededor de sí misma y se encierra, se embota. Entonces sufre, porque en ese encierro inevitablemente hay dolor. A causa de que está sufriendo, la mente pregunta: "¿Qué puedo hacer?". Pero en vez de quitar los muros que la cercan, de quitarlos mediante una percepción sensible y una cuidadosa reflexión, investigando y comprendiendo todo el proceso por el cual se han creado los muros, lucha para encontrar algo externo con lo cual vuelve a cercarse nuevamente. Así es como poco a poco la mente se convierte en una barrera para el amor; y sin comprender lo que la mente es, lo cual equivale a comprender las modalidades de nuestro propio pensar, la fuente interna de donde proviene la acción, no podremos descubrir qué es el amor.
Existe la belleza de la forma en la poesía o en una persona o en un árbol hermoso, pero sólo tiene sentido a través del refinamiento interno del amor. Si hay amor, habrá refinamiento tanto externo como interno. El refinamiento se expresa exteriormente en la consideración por los demás, en la manera como tratamos a nuestros padres, a nuestros vecinos, al sirviente, al jardinero. El jardinero puede haber creado para nosotros un bello jardín, pero sin ese refinamiento que es amor, el jardín es meramente una expresión de nuestra propia vanidad.
Por lo tanto, es esencial tener refinamiento, tanto externo como interno. La manera como ustedes comen es muy importante: si hacen ruido mientras comen, eso importa muchísimo. El modo como se comportan, los modales que tienen cuando están con sus amigos, la manera como hablan de otros... todas estas cosas importan porque señalan lo que son ustedes internamente, indican si hay o no hay refinamiento interno. Una falta de refinamiento interno se expresa en la degeneración externa de la forma; de modo que el refinamiento externo significa muy poco si no hay amor. Y ya hemos visto que el amor no es una cosa que podamos poseer. Adviene sólo cuando la mente comprende los complejos problemas que ella misma ha creado.
Lo que estoy diciendo en todas estas conversaciones no es algo para ser meramente recordado. Su propósito no es que ustedes traten de acumular en la mente lo que oyen, que se acuerden de ello y después piensen o actúen al respecto. Si simplemente acumulan en sus mentes lo que les estoy diciendo, eso no será más que memoria, no será una cosa viva, algo que comprenden realmente. Lo que importa es la comprensión, no el recuerdo. Espero que vean la diferencia entre ambas cosas. La comprensión es inmediata, directa, es algo que ustedes experimentan intensamente. Pero si sólo recuerdan lo que han oído, ello servirá solamente como un patrón, como una guía para seguir, para repetir, una idea para imitar, un ideal sobre el cual basar sus vidas. La comprensión no es un asunto de la memoria. Es una intensidad constante, un descubrimiento permanente.
Y bien, ¿qué es lo que llega a su fin en la muerte? ¿La vida? ¿Es la vida meramente un proceso de inspirar y expeler el aire? Comer, odiar, amar, adquirir, poseer, comparar, envidiar... esto es lo que la mayoría de nosotros conoce de la vida. Para la mayoría, la vida es un sufrimiento, una batalla constante de dolor y placer, esperanza y frustración. ¿Y no puede eso terminar? ¿Acaso no deberíamos morir? En el otoño, con la llegada del tiempo frío, las hojas caen de los árboles y reaparecen en primavera. ¿No deberíamos, de igual modo, morir a todo lo de ayer, a todas nuestras acumulaciones y esperanzas, a todos los éxitos que hemos cosechado? ¿No deberíamos morir a todo eso y vivir de nuevo mañana, de manera que, como una hoja nueva, fuéramos puros, tiernos, sensibles? Para el hombre que dice: "Yo soy alguien y tengo que continuar", para él siempre hay muerte y ghat crematorio; y ese hombre no conoce el amor.
La sencillez es libertad de la mente respecto de la experiencia, de la carga de la memoria. Pensamos que la sencillez es una cuestión de no tener sino pocas ropas y una escudilla de mendigo; creemos que una vida sencilla consiste en poseer muy poco externamente. Eso puede estar muy bien. Pero la verdadera sencillez implica estar libre del conocimiento, libre de los recuerdos y de la acumulación de experiencias. ¿No han reparado en las personas que dan mucha importancia al hecho de poseer muy poco y piensan que son muy sencillas? ¿Las han escuchado? Aunque puedan no tener más que un taparrabo y un bastón, están llenas de ideales. internamente son muy complejas, luchando consigo mismas, esforzándose por seguir sus propias proyecciones, sus propias creencias. internamente no son sencillas, están repletas de lo que han recogido de los libros, repletas de ideales, dogmas, temores. Exteriormente podrán poseer sólo un bastón y unas pocas ropas. Pero la verdadera sencillez de la vida es permanecer internamente vacío, inocente, sin acumular conocimientos, sin creencias ni dogmas, sin el miedo a la autoridad; y ese estado de sencillez interna puede nacer sólo cuando comprendemos realmente cada experiencia de instante en instante. Si hemos comprendido una experiencia, entonces esa experiencia se ha terminado, no deja ningún residuo. Es a causa de que no comprendemos la experiencia, de que recordamos su placer o su dolor, que jamás somos internamente sencillos. Aquéllos que tienen una disposición religiosa persiguen las cosas que contribuyen a la sencillez exterior; pero internamente son caóticos, confusos, están agobiados por innumerables anhelos, deseos, conocimientos; tienen miedo de vivir, de experimentar.
La paz puede llegar únicamente cuando hay amor. Si tienen paz meramente gracias a la seguridad financiera o de otra clase, o gracias a ciertos dogmas, rituales o repeticiones verbales, no hay creatividad, no existe la urgencia de producir una revolución fundamental en el mundo. Una paz semejante sólo conduce al contentamiento y a la resignación. Pero cuando en ustedes exista la comprensión del amor y de la belleza, encontrarán que la paz no es una mera proyección de la mente. Ésta es la paz creativa, la paz que elimina la confusión y genera orden dentro de nosotros mismos. Pero esta paz no llega mediante esfuerzo alguno por encontrarla. Llega cuando estamos observando constantemente, cuando somos sensibles tanto a lo bello como a lo feo, a lo bueno como a lo malo, a todas las fluctuaciones de la vida. La paz no es algo mezquino creado por la mente; es inmensamente grande, infinitamente extensa y sólo puede ser comprendida cuando hay plenitud en el corazón.
jueves, 31 de marzo de 2011
Dalai Lama: La felicidad, camino y meta
Creo que el propósito fundamental de nuestra vida es buscar la felicidad. Tanto si se tienen creencias religiosas como si no, si se cree en talo cual religión, todos buscamos algo mejor en la vida. Así pues, creo que el movimiento primordial de nuestra vida nos encamina en pos de la felicidad.
Pero ¿acaso una vida basada en la búsqueda de la felicidad personal no es, por naturaleza, egoísta e incluso poco juiciosa? No necesariamente. De hecho, muchas investigaciones han demostrado que son las personas desdichadas las que tienden a estar más centradas en sí mismas; son a menudo retraídas, melancólicas e incluso propensas a la enemistad. Las personas felices, por el contrario, son generalmente más sociables, flexibles y creativas, más capaces de tolerar las frustraciones cotidianas y, lo que es más importante, son más cariñosas y compasivas que las personas desdichadas.
Los investigadores han realizado algunos experimentos interesantes que demuestran que las personas felices poseen una voluntad de acercamiento y ayuda con respecto a los demás. Han podido, por ejemplo, inducir un estado de ánimo alegre en un individuo organizando una situación por la que éste encontraba dinero en una cabina telefónica. Uno de los experimentadores, totalmente desconocido para el sujeto, pasaba al lado de él y simulaba un pequeño accidente dejando caer los periódicos que llevaba. Los investigadores deseaban saber si el sujeto se detendría para ayudar al extraño. En otra situación, se elevaba el estado de ánimo de los sujetos mediante la audición de una comedia musical y luego se les acercaba alguien para pedirles dinero. Los investigadores descubrieron que las personas que se sentían felices eran más amables, en contraste con un «grupo de control» de individuos a los que se les presentaba la misma oportunidad de ayudar pero cuyo estado de ánimo no había sido estimulado.
Empezamos, pues, con la premisa básica de que el propósito de nuestra vida consiste en buscar la felicidad. Es una visión de ella como un objetivo real, hacia cuya consecución podemos dar pasos positivos. Al empezar a identificar los factores que conducen a una vida más feliz, aprenderemos que la búsqueda de la felicidad produce beneficiosos, no sólo para el individuo, sino también para la familia de éste y para el conjunto de la sociedad.
Aunque es posible alcanzar la felicidad, ésta no es algo simple. Existen muchos niveles. En el budismo, por ejemplo, se hace referencia a los cuatro factores de la realización o felicidad: riqueza, satisfacción mundana, espiritualidad e iluminación. Juntos, abarcan la totalidad de las expectativas de felicidad de un individuo. Dejemos de lado por un momento las más altas aspiraciones religiosas o espirituales, como la perfección y la iluminación, y abordemos la alegría y la felicidad tal como las entendemos desde una perspectiva mundana. Dentro de este contexto, hay ciertos elementos clave que contribuyen a la alegría y la felicidad. La buena salud, por ejemplo, se considera un elemento necesario de una vida feliz. Otra fuente de felicidad son nuestras posesiones materiales o el grado de riqueza que acumulamos. Y también tener amistades o compañeros. Todos reconocemos que, para disfrutar de una vida plena, necesitamos de un círculo de amigos con los que podamos relacionarnos emocionalmente y en los que podamos confiar.
Todos estos factores son, de hecho, fuentes de felicidad. Pero para que un individuo pueda utilizarlos plenamente con el propósito de disfrutar de una vida feliz y realizada, la clave se encuentra en el estado de ánimo. Es lo esencial.
Si utilizamos de forma positiva nuestras circunstancias favorables, como la riqueza o la buena salud, éstas pueden transformarse en factores que contribuyan a alcanzar una vida mas feliz. Y, naturalmente, disfrutamos de nuestras posesiones materiales, éxito, etcétera. Pero sin la actitud mental correcta, sin atención a ese factor, esas cosas tienen muy poco impacto sobre nuestros sentimientos a largo plazo. Si, por ejemplo, se abrigan sentimientos de odio o de intensa cólera se quebranta la salud, destruyendo así una de las circunstancias favorables. Cuando uno se siente infeliz o frustrado, el bienestar físico no sirve de mucha ayuda. Por otro lado, si se logra mantener un estado mental sereno y pacífico, se puede ser una persona feliz aunque se tenga una salud deficiente. Aun teniendo posesiones maravillosas, en un momento intenso de cólera o de odio nos gustaría tirarlo todo por la borda, romperlo todo. En ese momento, las posesiones no significan nada. En la actualidad hay sociedades materialmente muy desarrolladas en las que mucha gente no se siente feliz.
El primer paso en la búsqueda de la felicidad es aprender. Primero tenemos que aprender cómo las emociones y los comportamientos negativos son nocivos y cómo son útiles las emociones positivas. Tenemos que darnos cuenta de que dichas emociones no sólo son malas para cada uno de nosotros, personalmente, sino también para la sociedad y el futuro del mundo. Saberlo fortalece nuestra determinación de afrontarlas y superarlas. Por otra parte, debemos ser conscientes de los efectos beneficiosos de las emociones y comportamientos positivos; ello nos llevará a cultivar, desarrollar y aumentar esas emociones, por difícil que sea: tenemos una fuerza interior espontánea. A través de este proceso de aprendizaje, del análisis de pensamientos y emociones, desarrollamos gradualmente la firme determinación de cambiar, con la certidumbre de que tenemos en nuestras manos el secreto de nuestra felicidad, de nuestro futuro, y de que no debemos desperdiciarlo.
Es posible que no tengamos una inclinación natural a realizar actos sanos, que tengamos que ser conscientemente entrenados para realizarlos. Esto es así, particularmente en la sociedad moderna, porque hay una tendencia a aceptar que todo lo referido a actos sanos e insanos (qué debemos y qué no debemos hacer) pertenece al ámbito de la religión. Tradicionalmente, se ha considerado responsabilidad de la religión el prescribir qué comportamientos son sanos y cuáles no. En la sociedad actual, sin embargo, la religión ha perdido mucho de su prestigio e influencia. Y, al mismo tiempo, no ha surgido algo que pueda sustituirla, algo como por ejemplo una ética laica. Así pues, parece que se presta menos atención a la necesidad de llevar una vida saludable. Debido a ello, creo que necesitamos realizar un esfuerzo para tener acceso a esa clase de conocimiento. Por ejemplo, aunque creo que nuestra naturaleza es fundamentalmente apacible y compasiva, no es suficiente: tenemos que desarrollar una aguda conciencia de esa condición. Cambiar nuestra forma de percibirnos, a través del aprendizaje y la comprensión, puede ejercer una influencia poderosa en nuestra relación con los demás y en la conducción de nuestras vidas.
Estamos hechos para buscar la felicidad. Y está claro que los sentimientos de amor, afecto, intimidad y compasión traen consigo la felicidad. Estoy convencido de que todos poseemos la base para ser felices, para acceder a esos estados cálidos y compasivos de la mente que aportan felicidad. De hecho, una de mis convicciones fundamentales es que no sólo poseemos el potencial necesario para la compasión, sino que la naturaleza básica o fundamental de los seres humanos es la benevolencia.
En cuanto estimulas la actitud compasiva en tu mente, en cuanto se hace activa, tu actitud hacia los demás cambia automáticamente. Si te acercas a los demás con disposición compasiva, reducirás tus temores, lo que te permitirá una mayor apertura. Creas un ambiente positivo y amistoso. Con esa actitud abres la posibilidad de recibir afecto o de obtener una respuesta positiva de la otra persona. Y, aunque el otro no se muestre afable o no responda de una forma positiva, al menos te habrás aproximado a él con una actitud abierta, que te proporciona flexibilidad y libertad para cambiar tu enfoque cuando sea necesario. Esa clase de apertura facilita al menos la posibilidad de tener una conversación significativa con el otro. Pero sin esa actitud de compasión, si estás cerrado, irritado o indiferente, te sentirás incómodo aunque seas abordado por tu mejor amigo.
Hablé sobre los factores necesarios para disfrutar de una vida feliz y gozosa, como la buena salud, los bienes materiales, los amigos, etcétera. Y todos ellos dependen de nuestros semejantes. Para mantener una buena salud se necesitan los medicamentos fabricados por otros y servicios de atención sanitaria ofrecidos por otros. Si examinan todas las cosas que les proporcionan bienestar, descubrirán que no existe ningún objeto que no tenga conexión con otras personas. Si lo piensan cuidadosamente, verán que en la fabricación de esos objetos intervienen muchas personas, ya sea directa o indirectamente. No hace falta decir que cuando hablamos de buenos amigos y compañeros como otro factor necesario para llevar una vida feliz, hablamos de interacción con otros seres sensibles, con otros seres humanos.
Como pueden ver, todos esos factores se hallan inextricablemente unidos con los esfuerzos y la cooperación de otras personas. Los otros seres son indispensables. Así que, a pesar de que el proceso de relacionarse con los demás suponga a veces momentos difíciles, disputas, debemos intentar mantener una actitud de amistad y cordialidad, de modo que la interacción con ellos nos proporcione una vida feliz.
Creo que la empatía es importante, no sólo como medio para aumentar la compasión, sino que en términos generales, al tratar con los demás cuando están en dificultades, resulta extremadamente útil para situarse en el lugar del otro y ver cómo reaccionaría uno ante la situación. Aunque no se tengan experiencias comunes con la otra persona o su estilo de vida sea muy diferente, siempre puede intentarse con la imaginación. Quizá haya que ser algo creativo. Esta técnica supone la capacidad para suspender temporalmente el propio punto de vista y buscar la perspectiva de la otra persona, imaginar cuál sería la situación si uno estuviera en su lugar, y cómo la afrontaría. Eso ayuda a desarrollar una conciencia de los sentimientos del otro y a respetar dichos sentimientos, algo importante para reducir los conflictos y problemas con los demás.
Conviene dejar claro que también se puede tener una relación buena y saludable que incluya la atracción sexual. Parece ser, por tanto, que existen dos clases de relación basadas en la atracción sexual. Una de ellas obedece al puro deseo sexual. En ese caso, la motivación o el impulso que hay tras el vínculo es realmente la satisfacción temporal, la gratificación inmediata. Los individuos se relacionan entre si no tanto como personas, sino más bien como objetos. Ese vínculo no es muy sano, porque sin ningún componente de respeto mutuo termina por convertirse casi en prostitución, como una casa construida sobre cimientos de hielo: el edificio se desploma en cuanto se funde el hielo.
No obstante, hay relaciones en que la atracción sexual, si bien es poderosa, no es fundamental. Existe un aprecio de valores relacionados con la cordialidad. Estas relaciones son, por lo general, más duraderas y fiables. y para establecer una relación semejante es preciso dedicar tiempo suficiente a conocer las características del otro.
La compasión puede definirse como un estado mental que no es violento, no causa daño y no es agresivo. Se trata de una actitud mental basada en el deseo de que los demás se liberen de su sufrimiento, y está asociada con un sentido del compromiso, la responsabilidad y el respeto a los demás. En la definición de compasión, la palabra denota también un estado mental que implica el deseo de cosas buenas para uno mismo. Para desarrollar el sentimiento de compasión, puede empezarse por el deseo de liberarse uno mismo del sufrimiento, para luego cultivarlo, incrementarlo y dirigirlo hacia los demás.
Existe una compasión libre de tal apego. Ésa es la verdadera compasión. No obedece tanto a que tal o cual persona me sea querida como al reconocimiento de que todos los seres humanos desean, como yo, ser felices y superar el sufrimiento, y también tienen el derecho natural de satisfacer esta aspiración fundamental. Sobre la base del reconocimiento de esta igualdad, se desarrolla un sentido de afinidad. Tomando eso como fundamento, se puede sentir compasión por el otro, al margen de considerarlo amigo o enemigo. Tal compasión se basa en los derechos fundamentales del otro y no en nuestra proyección mental. De ese modo, se genera amor y compasión, la verdadera compasión.
Al generar compasión, se empieza por reconocer que no se desea el sufrimiento y que se tiene el derecho a alcanzar la felicidad. Eso es algo que puede verificarse con facilidad. Se reconoce luego que las demás personas, como uno mismo, no desean sufrir y tienen derecho a alcanzar la felicidad. Eso se convierte en la base para empezar a generar compasión.
Al aceptar que el sufrimiento forma parte de nuestra existencia se pueden empezar a examinar los factores que normalmente dan lugar a sentimientos de insatisfacción e infelicidad. En términos generales, por ejemplo, te sientes feliz si tú o personas cercanas a ti reciben alabanzas, consiguen fama, fortuna y otras cosas agradables. Y uno se siente desdichado y descontento si no se tienen esas cosas o si las alcanza un enemigo. Sin embargo, al considerar tu vida cotidiana, descubres a menudo que son muchos los factores que causan dolor, sufrimiento y sentimientos de insatisfacción, mientras que las situaciones que dan lugar a la alegría y la felicidad son comparativamente raras. Eso es algo por lo que tenemos que pasar, tanto si nos gusta como si no, y puesto que ésta es la realidad de nuestra existencia, es posible que haya que modificar nuestra actitud hacia el sufrimiento. Esa actitud es muy importante porque determinará nuestra forma de afrontar el sufrimiento cuando llegue. Ahora bien, la actitud habitual consiste en una aversión e intolerancia intensas hacia nuestro dolor. Sin embargo, si pudiéramos adoptar una actitud que nos permitiera una mayor tolerancia, eso contribuiría mucho a contrarrestar los sentimientos de infelicidad, de insatisfacción y de descontento.
Existe la posibilidad de liberarnos del sufrimiento. Al eliminar sus causas, es posible liberarse de él. Según el pensamiento budista, las causas profundas del sufrimiento son la ignorancia, el anhelo y el odio, a las que se llama "los tres venenos de la mente". Estos términos tienen connotaciones específicas utilizados en un contexto budista. "Ignorancia", por ejemplo, no se refiere a la falta de información, sino más bien a una falsa percepción de la verdadera naturaleza del ser y de todos los fenómenos. Al generar una percepción de la verdadera naturaleza de la realidad y eliminar los estados negativos de la mente como el anhelo y el odio, se puede alcanzar un estado completamente purificado de la mente, libre del sufrimiento. En un contexto budista, al reflexionar sobre el hecho de que el sufrimiento caracteriza la existencia cotidiana, nos estimulamos a realizar prácticas que eliminarán sus causas profundas. De otro modo, si no hubiera esperanza o posibilidad de liberarnos del sufrimiento, la simple reflexión sobre el mismo sería enfermiza y, por tanto, bastante negativa.
A menudo también incrementamos nuestro dolor con una sensibilidad excesiva, al reaccionar con exageración ante cosas nimias. Tendemos a tomarnos las cosas pequeñas demasiado seriamente, a sacarlas de quicio mientras por otro lado seguimos indiferentes a cosas realmente importantes, a aquellas que tienen efectos profundas sobre nuestras vidas y consecuencias sobre ellas a largo plazo. »Así pues, creo que en buena medida el sufrimiento depende de cómo se responda ante una situación dada. Por ejemplo, descubrimos que alguien habla mal de nosotros a nuestras espaldas. Si se reacciona ante este conocimiento, ante esta negatividad, con un sentimiento de cólera o de dolor, es uno mismo el que destruye su propia paz mental. El dolor no es sino una creación personal. Por otro lado, si uno se contiene y evita reaccionar de manera negativa y deja pasar la difamación como un viento silencioso al que no se hace caso, se está protegiendo de sentirse herido, de esa sensación de agonía. Así pues, y aunque no siempre se puedan evitar las situaciones difíciles, sí se pue¬de modificar la extensión del propio sufrimiento.
A menudo, cuando surgen los problemas, nuestra perspectiva se estrecha. Quizá tengamos concentrada toda nuestra atención en preocuparnos por el problema y abriguemos la sensación de que únicamente nosotros pasamos por tales dificultades. Eso puede conducir a una especie de ensimismamiento que hace que el problema parezca muy grave. Cuando sucede eso, creo que puede ayudar mucho el ver las cosas desde una perspectiva más amplia, dándonos cuenta, por ejemplo, de que hay muchas personas que han pasado por experiencias similares e incluso peores. Este cambio de perspectiva puede ser muy útil incluso en ciertas enfermedades o cuando se sufre. Claro que cuando aparece el dolor resulta muy difícil practicar la meditación para serenar la mente. Pero si se hacen comparaciones, si se ve la situación desde una perspectiva diferente, algo ocurre. Si sólo se observa el acontecimiento, en cambio, éste parece cada vez más y más importante. Si se fija la atención intensamente en un problema, éste termina por parecer incontrolable. Pero si se compara con otro de mayor envergadura, entonces parece más pequeño y menos abrumador.
el enemigo es el elemento necesario para practicar la paciencia. Sin su oposición no pueden surgir la paciencia o la tolerancia. Normalmente, nuestros amigos no nos ponen a prueba ni nos ofrecen la oportunidad de cultivar la paciencia; eso es algo que sólo hacen nuestros enemigos.
Así que, desde este punto de vista, podemos considerar a nuestro enemigo un gran maestro, y reverenciado incluso por habernos proporcionado esa preciosa oportunidad.
Es ahora cuando deberíamos fortalecer la paz. La verdadera paz, no sólo la simple ausencia de guerra. Porque una simple ausencia de guerra no es una verdadera paz mundial. La paz tiene que basarse en la confianza mutua. Y puesto que las armas constituyen el mayor obstáculo para el desarrollo de la confianza mutua, creo que ha llegado el momento de pensar cómo podríamos librarnos de ellas. Es muy importante. Claro que no se puede Conseguir de la noche a la mañana. Lo más realista sería avanzar paso a paso. Pero, en todo caso, deberíamos tener muy claro cuál es nues¬tro objetivo final: que todo el mundo quede desmilitarizado. Por tanto debemos trabajar para desarrollar paz interior y al mismo tiempo trabajar por el desarme externo y la paz tanto como podamos. Ésa es nuestra responsabilidad.
Creo que hay una muy estrecha conexión entre humildad y paciencia. La humildad supone que, teniendo capacidad para adoptar una postura de mayor enfrentamiento, de tomar represalias si se desea, se decida deliberadamente no hacerlo. Eso es lo que consideraría verdadera humildad. Creo que la verdadera tolerancia o paciencia tiene un componente de autodisciplina y control; darse cuenta de que se podría haber actuado de otro modo, de que se podría haber adoptado una actitud más agresiva, pero se decidió no hacerlo. Por otro lado, verse obligado a una respuesta pasiva porque se tiene un sentimiento de impotencia o incapacidad, no puede ser considerado una verdadera humildad; en todo caso, una cierta mansedumbre, pero no es ver¬dadera tolerancia.
»Al decir que debemos aprender tolerancia hacia quienes nos hacen daño, no hay que malinterpretarlo como que deberíamos aceptar mansamente lo que hayan hecho contra nosotros.
Uno de los métodos que personalmente me parecen útiles para reducir esa clase de preocupación consiste en cultivar el siguiente pensamiento: si la situación o problema puede remediarse, no hay necesidad de preocuparse. En otras palabras, si existe una solución o una forma de salir de la dificultad, no habría necesidad de sentirse abrumado por ella. La acción apropiada, por tanto, es la de buscar su solución. Es más sensato dedicar la energía a concentrarse en la solución que preocuparse por el problema. Por otro lado, si no hay forma de encontrar una solución, si no hay posibilidad de resolverla, tampoco sirve de nada preocuparnos por ella, puesto que, de todos modos, tampoco podemos hacer nada. En tal caso, cuanto antes se acepte ese hecho, tanto más fáciles serán las cosas. Esta fórmula, claro está, supone abordar directamente el problema. De otro modo, no podremos descubrir si hay una solución o no.
La motivación adecuada es una especie de protectora contra estos sentimientos de temor y ansiedad. Por eso es tan importante la motivación. De hecho, todas las acciones humanas pueden verse en términos de movimiento y lo que se mueve por detrás de todas las acciones es lo que las impulsa. Si se desarrolla una motivación pura y sincera, si se está motivado por el deseo de ayudar, sobre la base de la amabilidad, la compasión y el respeto, se puede desarrollar cualquier trabajo en cualquier ámbito y funcionar con mayor efectividad, con menor miedo o preocupación, sin temor a lo que digan los demás o si al final se tiene éxito y se puede alcanzar el objetivo. Aunque no logres alcanzar tu objetivo, puedes sentirte bien con el simple hecho de haber realizado el esfuerzo.
Pero si tienes una mala motivación, aunque la gente te alabe o alcances los objetivos que te habías propuesto, no te sentirás feliz.
Al establecer la distinción entre engreimiento y seguridad en uno mismo, cabría pensar en términos de las consecuencias de la propia actitud; generalmente, el engreimiento y la arrogancia tienen consecuencias negativas, mientras que una sana seguridad en uno mismo tiene consecuencias positivas. Así pues, cuando hablamos de "seguridad en sí mismo", tenemos que examinar el sentido subyacente del "sí mismo". Creo que se pueden establecer dos tipos. Un sentido del yo mismo o "ego" se preocupa únicamente por la realización del propio interés, de los deseos egoístas, con un completo desinterés hacia el bienestar de los demás. El otro tipo de ego o sentido de uno mismo se basa en una verdadera preocupación por los demás y el deseo de rendirles un servicio. Para realizar ese deseo de servir hay que tener un fuerte sentido y una gran seguridad en uno mismo. Esa clase de seguridad es la que tiene consecuencias positivas.
miércoles, 30 de marzo de 2011
Santísima Teresa de Calcuta
La oración que procede de la mente y el corazón se llama oración mental. Nunca olvidemos que vamos rumbo a la perfección y que debemos aspirar a ella incesantemente. Para alcanzar ese objetivo, es necesario practicar cada día la oración mental. Dado que la oración es el aliento de vida para nuestra alma, la santidad es imposible sin ella.
El silencio interior es muy difícil de conseguir, pero hay que hacer el esfuerzo. En silencio encontramos nueva energía y una unión verdadera. Tendremos la energía de Dios para hacer bien todas las cosas, así como la unidad de nuestros pensamientos con sus pensamientos, de nuestras oraciones con sus oraciones, la unidad de nuestros actos con sus actos, de nuestra vida con su vida. La unidad es el fruto de la oración, de la humildad, del amor.
Esto es lo que hemos aprendido desde el principio: a escuchar su voz en nuestro corazón y a que en el silencio del corazón Él nos hable. Así, de la plenitud del corazón tendrá que hablar nuestra boca. Esa es la conexión. Dios habla en el silencio del corazón y uno ha de escucharlo. Después, de la plenitud del corazón, que está lleno de Dios, lleno de amor, lleno de compasión, lleno de fe, hablará la boca.
Conocerse es también una protección contra el orgullo, sobre todo cuando se presentan tentaciones en la vida. El mayor error es pensar que uno es demasiado fuerte para caer en tentación. Pon la mano en el fuego y te quemarás. Así tenemos que pasar por el fuego. Las tentaciones son permitidas por Dios. Lo único que tenemos que hacer es negarnos a ceder.
Lo que necesitamos es amar sin cansarnos. ¿Cómo arde una lámpara? Gracias al continuo alimento de pequeñas gotas de aceite. ¿Qué son esas gotas de aceite en nuestras lámparas? Son las pequeñas cosas de la vida cotidiana: Fe, palabras de amabilidad, pensar en los demás, nuestra manera de estar en silencio, de mirar, de hablar y de actuar. No busquéis a Jesús fuera de vosotros. Él no está fuera, está dentro de cada uno. Mantened la llama de vuestra lámpara encendida y lo reconoceréis.
Creo que con demasiada frecuencia sólo nos fijamos en el aspecto negativo de la vida, en lo que está mal. Si estuviéramos más dispuestos a ver lo bueno y las cosas hermosas que nos rodean podríamos transformar a nuestras familias, y a partir de ahí cambiar a nuestros vecinos, y después a quienes viven en nuestro barrio o ciudad. Podríamos traer la paz y el amor a nuestro mundo, que está hambriento de esas cosas.
Si en realidad queremos conquistar el mundo no podemos hacerlo con bombas ni otras armas de destrucción. Conquistémoslo con nuestro amor. Entretejamos nuestras vidas con vínculos de sacrificio y amor y así nos será posible conquistar el mundo.
Es fácil amar a aquellos que viven muy lejos; pero no siempre es fácil amar a los que tenemos cerca. Es más fácil ofrecer un plato de arroz para saciar el hambre de una persona necesitada que consolar la soledad y angustia de una persona de nuestra misma casa que no se siente amada.
De la abundancia del corazón habla la boca. Si tienes el corazón rebosante de amor, hablarás de amor. Quiero que llenéis vuestros corazones de inmenso amor. No penséis que para que el amor sea verdadero y ardiente debe ser extraordinario. No, lo que necesitamos en el amor es el deseo continuo de amar a aquel que amamos.
¿Alguna vez has experimentado la alegría de dar? No quiero que me des lo que te sobra. Jamás permito que se recojan fondos para mí. No es eso lo que quiero, sino que me deis de vosotros mismos. El amor que se pone en el regalo es lo más importante.
Cada uno de nosotros es sencillamente un pequeño instrumento. Cuando miramos en el interior de un aparato eléctrico vemos muchos cables ordenados, cables pequeños y grandes, cables nuevos y viejos, cables baratos y caros. Pero mientras no pase por ellos la corriente no habrá luz. Esos cables somos todos nosotros y la corriente es Dios.
En occidente tenéis más personas espiritualmente pobres que físicamente pobres. Entre los ricos suele haber personas muy pobres espiritualmente. Es fácil dar un plato de arroz a alguien que está hambriento u ofrecerle una cama a una persona que no tiene donde dormir, pero consolar o quitar la amargura, la rabia, la soledad, consecuencias de la privación espiritual, eso lleva muchísimo tiempo.
Los pobres son personas maravillosas. Tienen su dignidad, la que podemos ver fácilmente. Por lo general no se los conoce y por lo tanto no se puede descubrir su dignidad. Pero tienen por encima de todo el gran valor de vivir la vida que viven. Están obligados a vivir así; se les ha impuesto la pobreza. Nosotras elegimos la pobreza; ellos están obligados a aceptarla.
Tal vez sea esto lo que nos falta. El examen de conciencia es el espejo con que enfocamos la naturaleza: una prueba humana, sin duda, pero una prueba que necesita de un espejo para reflejar fielmente sus faltas. Si emprendemos esta tarea con mayor entusiasmo, quizá comprendamos que lo que a veces consideramos un obstáculo es en realidad una piedra que nos sirve de peldaño para subir.
Creo que en la actualidad el mundo está al revés. El sufrimiento ha aumentado porque hay muy poco amor en el hogar y en la vida familiar. No tenemos tiempo para nuestros hijos. No tenemos tiempo para estar los unos con los otros, ni para disfrutarnos, y esa falta de amor causa mucho sufrimiento e infelicidad en el mundo.
La indiferencia de las personas que pasan junto a aquellos que nosotros recogemos es una confirmación de su ignorancia y falta de fe. Si estuvieran convencidas de que esa persona que está en el suelo es su hermano o hermana, creo que indudablemente harían algo por ella. Pero por desgracia, no saben lo que es la compasión y no conocen a esos seres. Si los comprendieran, inmediatamente se darían cuenta de la grandeza de esas personas que están tiradas en las aceras. Las amarían naturalmente, y amarlas los conduciría a servirlas.
A menudo la gente es irrazonable, ilógica y egocéntrica. Perdónalos de todas formas.
Si eres amable, la gente puede acusarte de egoísta o de tener segundas intenciones. Sé amable de todas formas.
Si eres exitoso, ganarás algunos falsos amigos y algunos verdaderos enemigos.
Ten éxito de todas formas.
Si eres honesto y franco, la gente puede engañarte. Sé honesto y franco de todas formas.
Lo que tardas años en construir, alguien puede destruirlo en un instante. Construye de todas formas.
Si encuentras serenidad y felicidad, la gente puede sentir celos de ti.
Sé feliz de todas formas.
El bien que haces hoy, la gente posiblemente lo olvidará mañana. Haz el bien de todas formas.
Das al mundo lo mejor que tienes y puede que jamás sea suficiente. Da al mundo lo mejor que tengas, de todas formas.
Verás, el análisis final, se trata de algo entre tú y Dios; nunca será entre tú y ellos, de todas formas.
¿El dia mas bello? Hoy
¿El obstaculo mas grande? El miedo
¿La raiz de todos los males? El egoismo
¿La peor derrota? El desaliento
¿La primera necesidad? Comunicarse
¿El misterio mas grande? La muerte
¿La persona mas peligrosa? La mentirosa
¿El regalo mas bello? El perdon
¿La ruta mas rapida? El camino correcto
¿El resguardo mas eficaz? La sonrisa
¿La mayor satisfaccion? El deber cumplido
¿Las personas mas necesitadas? Los padres
¿La cosa mas facil? Equivocarse
¿El error mayor? Abandonarse
¿La distraccion mas bella? El trabajo
¿Los mejores profesores? Los niños
¿Lo que mas hace feliz? Ser util a los demas
¿El peor defecto? El malhumor
¿El sentimiento mas ruin? El rencor
¿Lo mas impresindible? El hogar
¿La sensacion mas grata? La paz interior
¿El mejor remedio? El optimismo
¿La fuerza mas potente del mundo? La fe
¿La cosa mas bellas de todo? El Amor
El silencio interior es muy difícil de conseguir, pero hay que hacer el esfuerzo. En silencio encontramos nueva energía y una unión verdadera. Tendremos la energía de Dios para hacer bien todas las cosas, así como la unidad de nuestros pensamientos con sus pensamientos, de nuestras oraciones con sus oraciones, la unidad de nuestros actos con sus actos, de nuestra vida con su vida. La unidad es el fruto de la oración, de la humildad, del amor.
Esto es lo que hemos aprendido desde el principio: a escuchar su voz en nuestro corazón y a que en el silencio del corazón Él nos hable. Así, de la plenitud del corazón tendrá que hablar nuestra boca. Esa es la conexión. Dios habla en el silencio del corazón y uno ha de escucharlo. Después, de la plenitud del corazón, que está lleno de Dios, lleno de amor, lleno de compasión, lleno de fe, hablará la boca.
Conocerse es también una protección contra el orgullo, sobre todo cuando se presentan tentaciones en la vida. El mayor error es pensar que uno es demasiado fuerte para caer en tentación. Pon la mano en el fuego y te quemarás. Así tenemos que pasar por el fuego. Las tentaciones son permitidas por Dios. Lo único que tenemos que hacer es negarnos a ceder.
Lo que necesitamos es amar sin cansarnos. ¿Cómo arde una lámpara? Gracias al continuo alimento de pequeñas gotas de aceite. ¿Qué son esas gotas de aceite en nuestras lámparas? Son las pequeñas cosas de la vida cotidiana: Fe, palabras de amabilidad, pensar en los demás, nuestra manera de estar en silencio, de mirar, de hablar y de actuar. No busquéis a Jesús fuera de vosotros. Él no está fuera, está dentro de cada uno. Mantened la llama de vuestra lámpara encendida y lo reconoceréis.
Creo que con demasiada frecuencia sólo nos fijamos en el aspecto negativo de la vida, en lo que está mal. Si estuviéramos más dispuestos a ver lo bueno y las cosas hermosas que nos rodean podríamos transformar a nuestras familias, y a partir de ahí cambiar a nuestros vecinos, y después a quienes viven en nuestro barrio o ciudad. Podríamos traer la paz y el amor a nuestro mundo, que está hambriento de esas cosas.
Si en realidad queremos conquistar el mundo no podemos hacerlo con bombas ni otras armas de destrucción. Conquistémoslo con nuestro amor. Entretejamos nuestras vidas con vínculos de sacrificio y amor y así nos será posible conquistar el mundo.
Es fácil amar a aquellos que viven muy lejos; pero no siempre es fácil amar a los que tenemos cerca. Es más fácil ofrecer un plato de arroz para saciar el hambre de una persona necesitada que consolar la soledad y angustia de una persona de nuestra misma casa que no se siente amada.
De la abundancia del corazón habla la boca. Si tienes el corazón rebosante de amor, hablarás de amor. Quiero que llenéis vuestros corazones de inmenso amor. No penséis que para que el amor sea verdadero y ardiente debe ser extraordinario. No, lo que necesitamos en el amor es el deseo continuo de amar a aquel que amamos.
¿Alguna vez has experimentado la alegría de dar? No quiero que me des lo que te sobra. Jamás permito que se recojan fondos para mí. No es eso lo que quiero, sino que me deis de vosotros mismos. El amor que se pone en el regalo es lo más importante.
Cada uno de nosotros es sencillamente un pequeño instrumento. Cuando miramos en el interior de un aparato eléctrico vemos muchos cables ordenados, cables pequeños y grandes, cables nuevos y viejos, cables baratos y caros. Pero mientras no pase por ellos la corriente no habrá luz. Esos cables somos todos nosotros y la corriente es Dios.
En occidente tenéis más personas espiritualmente pobres que físicamente pobres. Entre los ricos suele haber personas muy pobres espiritualmente. Es fácil dar un plato de arroz a alguien que está hambriento u ofrecerle una cama a una persona que no tiene donde dormir, pero consolar o quitar la amargura, la rabia, la soledad, consecuencias de la privación espiritual, eso lleva muchísimo tiempo.
Los pobres son personas maravillosas. Tienen su dignidad, la que podemos ver fácilmente. Por lo general no se los conoce y por lo tanto no se puede descubrir su dignidad. Pero tienen por encima de todo el gran valor de vivir la vida que viven. Están obligados a vivir así; se les ha impuesto la pobreza. Nosotras elegimos la pobreza; ellos están obligados a aceptarla.
Tal vez sea esto lo que nos falta. El examen de conciencia es el espejo con que enfocamos la naturaleza: una prueba humana, sin duda, pero una prueba que necesita de un espejo para reflejar fielmente sus faltas. Si emprendemos esta tarea con mayor entusiasmo, quizá comprendamos que lo que a veces consideramos un obstáculo es en realidad una piedra que nos sirve de peldaño para subir.
Creo que en la actualidad el mundo está al revés. El sufrimiento ha aumentado porque hay muy poco amor en el hogar y en la vida familiar. No tenemos tiempo para nuestros hijos. No tenemos tiempo para estar los unos con los otros, ni para disfrutarnos, y esa falta de amor causa mucho sufrimiento e infelicidad en el mundo.
La indiferencia de las personas que pasan junto a aquellos que nosotros recogemos es una confirmación de su ignorancia y falta de fe. Si estuvieran convencidas de que esa persona que está en el suelo es su hermano o hermana, creo que indudablemente harían algo por ella. Pero por desgracia, no saben lo que es la compasión y no conocen a esos seres. Si los comprendieran, inmediatamente se darían cuenta de la grandeza de esas personas que están tiradas en las aceras. Las amarían naturalmente, y amarlas los conduciría a servirlas.
A menudo la gente es irrazonable, ilógica y egocéntrica. Perdónalos de todas formas.
Si eres amable, la gente puede acusarte de egoísta o de tener segundas intenciones. Sé amable de todas formas.
Si eres exitoso, ganarás algunos falsos amigos y algunos verdaderos enemigos.
Ten éxito de todas formas.
Si eres honesto y franco, la gente puede engañarte. Sé honesto y franco de todas formas.
Lo que tardas años en construir, alguien puede destruirlo en un instante. Construye de todas formas.
Si encuentras serenidad y felicidad, la gente puede sentir celos de ti.
Sé feliz de todas formas.
El bien que haces hoy, la gente posiblemente lo olvidará mañana. Haz el bien de todas formas.
Das al mundo lo mejor que tienes y puede que jamás sea suficiente. Da al mundo lo mejor que tengas, de todas formas.
Verás, el análisis final, se trata de algo entre tú y Dios; nunca será entre tú y ellos, de todas formas.
¿El dia mas bello? Hoy
¿El obstaculo mas grande? El miedo
¿La raiz de todos los males? El egoismo
¿La peor derrota? El desaliento
¿La primera necesidad? Comunicarse
¿El misterio mas grande? La muerte
¿La persona mas peligrosa? La mentirosa
¿El regalo mas bello? El perdon
¿La ruta mas rapida? El camino correcto
¿El resguardo mas eficaz? La sonrisa
¿La mayor satisfaccion? El deber cumplido
¿Las personas mas necesitadas? Los padres
¿La cosa mas facil? Equivocarse
¿El error mayor? Abandonarse
¿La distraccion mas bella? El trabajo
¿Los mejores profesores? Los niños
¿Lo que mas hace feliz? Ser util a los demas
¿El peor defecto? El malhumor
¿El sentimiento mas ruin? El rencor
¿Lo mas impresindible? El hogar
¿La sensacion mas grata? La paz interior
¿El mejor remedio? El optimismo
¿La fuerza mas potente del mundo? La fe
¿La cosa mas bellas de todo? El Amor
martes, 29 de marzo de 2011
Palabras de Gandhi
Religión
Ningún hombre puede vivir sin religión. Hay algunos
que en el egotismo de su razón declaran que
no tienen nada que ver con la religión. Esto es como
si un hombre dijera que respira pero que no tiene nariz.
Sea por la razón, por el instinto o por la
superstición, los hombres establecen alguna - suerte
de rela-ción con lo divino. Incluso el agnóstico o
ateo más acabado admite la necesidad de un principio
moral y asocia algo bueno al hecho de observarlo
y algo malo con su no-observancia.
Las religiones son caminos diferentes que convergen
al mismo punto. ¿Qué importa que tomemos
vías diversas en tanto lleguemos a la misma meta?
En realidad, hay tantas religiones como individuos.
Si logramos la visión total
de la Verdad, ya no seremos meros buscadores
de la Verdad sino que nos uniremos a Dios porque
la Verdad es Dios. Pero como aún solo somos gente
que ansía la Verdad debemos proseguir nuestra
búsqueda, conscientes de nuestra imperfección. No
hemos aprehendido la religión en su máxima perfección
así como no hemos aprehendido a Dios. La
religión que concebimos, al ser imperfecta, estará
siempre sujeta a un proceso de evolución y reinterpretación.
El progreso hacia la Verdad, hacia
Dios, se hace posible sólo a través de esa evolución.
Y si todas las creencias que los hombres delinean
son imperfectas, no cabe el problema de los méritos
comparativos. Todas las creencias constituyen una
revelación de la Verdad, pero todas son imperfectas
y están sujetas a error. La reverencia que nos merecen
las religiones no debe cegarnos a sus defectos.
Asimismo, debemos ser agudamente sensibles a los
errores de nuestra fe, no para dejarlos tal como están
sino para tratar de superarlos. Observando las
religiones con ojo imparcial no sólo no debemos
vacilar en incorporar a nuestra fe los rasgos aceptables
de las otras creencias sino, por el contrario,
pensar que ése es nuestro deber.
Tal como un árbol tiene un sólo tronco y muchas
ramas y hojas, existe una sola religión perfecta
y verdadera que se multiplica en una diversidad al
pasar a través de la mediación humana. Esa Religión
única está más allá de las palabras. Hombres imperfectos
la pusieron en el lenguaje que manejaban y
sus palabras son interpretadas por otros hombres
igualmente imperfectos. ¿Cuál de las interpretaciones
habremos de sostener que es la correcta? Cada
uno está en lo cierto desde su punto de vista pero
no es imposible que todos estén equivocados. Tal es
la razón de que sea necesaria la tolerancia, que no
significa indiferencia por la propia religión sino un
amor más puro e inteligente por ella. La tolerancia
nos brinda la percepción espiritual que está tan lejos
del fanatismo como el polo norte lo está del sur. El
conocimiento verdadero de la religión quiebra las
barreras que se alzan entre las creencias.
Existe un Poder indefinible y misterioso que todo
lo penetra. Lo siento aunque no lo vea. Este Poder
oculto que se hace sentir desafía, sin embargo,
todas las pruebas porque es completamente distinto
a todo lo que percibo a través de mis sentidos. Es
un Poder que trasciende los sentidos.
No obstante es posible demostrar, hasta cierto
punto, la existencia de Dios. Aun en los asuntos
cotidianos sabemos que la gente en general no sabe
quién gobierna ni por qué y tampoco cómo gobierna.
Sin embargo saben que, sin duda, hay un poder
que gobierna.
Amor y No-Violencia
He sugerido en estas columnas que la mujer es
la encarnación del ahimsa. El ahimsa entraña un
amor infinito, que a su vez implica una infinita capacidad
de sufrimiento. ¿Quién sino la mujer, la
madre del hombre, es capaz de demostrar esta capacidad
en su más alta expresión? La demuestra
cuando lleva en sí al niño y lo alimenta durante nueve
meses, extrayendo alegría del sufrimiento que eso
implica. ¿Qué puede sobrepasar al sufrimiento causado
por los dolores del parto? Sin embargo la mujer
los olvida en la alegría de la creación. ¿Quién, de
nuevo, sufre cotidianamente para que el bebé crezca
día a día? Hagamos que transfiera ese amor a la humanidad
entera, hagamos que olvide que siempre
fue y continúa siendo objeto de la lujuria del hombre,
y ocupará un orgulloso lugar junto al varón
como madre suya, su artífice y conductora silenciosa.
A ella se le ha dado el don de enseñar el arte de
la paz a un mundo en guerra, sediento de ese néctar.
No es verdadera la no-violencia si amamos meramente
a quienes nos aman. Es realmente no-violencia
cuando amamos a quienes nos odian.
La no-violencia es un estado perfecto. Es una
meta hacia la que se dirige la humanidad de manera
natural pero inconsciente. El hombre no se vuelve
divino por personificar la inocencia: solo entonces
se convierte realmente en hombre. En nuestro estado
presente somos en parte hombres y en parte
bestias; en nuestra ignorancia, que llega incluso a la
soberbia, afirmamos que cumplimos acabadamente
el fin de nuestra especie cuando devolvemos golpe
por golpe y desarrollamos la ira que ese propósito
requiere. Pretendemos que la represalia es la ley de
nuestro ser, siendo que en ninguna escritura encontramos
que la venganza es obligatoria sino que solo
es permisible. Lo obligatorio es la restricción. La
represalia es una lenidad que requiere una regulación
elaborada. La sujeción es la ley de nuestro ser,
dado que la perfección más elevada es inalcanzable
sin el más grande freno. El sufrimiento es, entonces,
lo distintivo del grupo humano. La meta se aleja
siempre de nosotros. Cuanto más se avanza, más
reconocemos nuestra indignidad. La satisfacción
reside en el esfuerzo, no en el logro. El esfuerzo
acabado es la victoria completa.
La no-violencia no es "la renuncia a toda lucha
real contra la maldad". Por el contrario, la no-violencia
que concibo es una lucha más real y activa
contra la maldad que la represalia, que por naturaleza
incrementa el mal. Lo que pretendo es una oposición
mental, y por la tanto moral, a las
inmoralidades. Lo que procuro con todo afán es
mellar el filo de la espada del tirano, no levantando
contra ella un arma más afilada, sino defraudando
su expectativa de que voy a ofrecerle resistencia física.
La resistencia del alma que voy a ofrecerle ha de
esquivar la espada del tirano. Al principio eso lo
ofuscará pero en definitiva lo ha de constreñir al
reconocimiento, reconocimiento que no lo humillará
sino que ha de elevarlo.
Ningún hombre puede vivir sin religión. Hay algunos
que en el egotismo de su razón declaran que
no tienen nada que ver con la religión. Esto es como
si un hombre dijera que respira pero que no tiene nariz.
Sea por la razón, por el instinto o por la
superstición, los hombres establecen alguna - suerte
de rela-ción con lo divino. Incluso el agnóstico o
ateo más acabado admite la necesidad de un principio
moral y asocia algo bueno al hecho de observarlo
y algo malo con su no-observancia.
Las religiones son caminos diferentes que convergen
al mismo punto. ¿Qué importa que tomemos
vías diversas en tanto lleguemos a la misma meta?
En realidad, hay tantas religiones como individuos.
Si logramos la visión total
de la Verdad, ya no seremos meros buscadores
de la Verdad sino que nos uniremos a Dios porque
la Verdad es Dios. Pero como aún solo somos gente
que ansía la Verdad debemos proseguir nuestra
búsqueda, conscientes de nuestra imperfección. No
hemos aprehendido la religión en su máxima perfección
así como no hemos aprehendido a Dios. La
religión que concebimos, al ser imperfecta, estará
siempre sujeta a un proceso de evolución y reinterpretación.
El progreso hacia la Verdad, hacia
Dios, se hace posible sólo a través de esa evolución.
Y si todas las creencias que los hombres delinean
son imperfectas, no cabe el problema de los méritos
comparativos. Todas las creencias constituyen una
revelación de la Verdad, pero todas son imperfectas
y están sujetas a error. La reverencia que nos merecen
las religiones no debe cegarnos a sus defectos.
Asimismo, debemos ser agudamente sensibles a los
errores de nuestra fe, no para dejarlos tal como están
sino para tratar de superarlos. Observando las
religiones con ojo imparcial no sólo no debemos
vacilar en incorporar a nuestra fe los rasgos aceptables
de las otras creencias sino, por el contrario,
pensar que ése es nuestro deber.
Tal como un árbol tiene un sólo tronco y muchas
ramas y hojas, existe una sola religión perfecta
y verdadera que se multiplica en una diversidad al
pasar a través de la mediación humana. Esa Religión
única está más allá de las palabras. Hombres imperfectos
la pusieron en el lenguaje que manejaban y
sus palabras son interpretadas por otros hombres
igualmente imperfectos. ¿Cuál de las interpretaciones
habremos de sostener que es la correcta? Cada
uno está en lo cierto desde su punto de vista pero
no es imposible que todos estén equivocados. Tal es
la razón de que sea necesaria la tolerancia, que no
significa indiferencia por la propia religión sino un
amor más puro e inteligente por ella. La tolerancia
nos brinda la percepción espiritual que está tan lejos
del fanatismo como el polo norte lo está del sur. El
conocimiento verdadero de la religión quiebra las
barreras que se alzan entre las creencias.
Existe un Poder indefinible y misterioso que todo
lo penetra. Lo siento aunque no lo vea. Este Poder
oculto que se hace sentir desafía, sin embargo,
todas las pruebas porque es completamente distinto
a todo lo que percibo a través de mis sentidos. Es
un Poder que trasciende los sentidos.
No obstante es posible demostrar, hasta cierto
punto, la existencia de Dios. Aun en los asuntos
cotidianos sabemos que la gente en general no sabe
quién gobierna ni por qué y tampoco cómo gobierna.
Sin embargo saben que, sin duda, hay un poder
que gobierna.
Amor y No-Violencia
He sugerido en estas columnas que la mujer es
la encarnación del ahimsa. El ahimsa entraña un
amor infinito, que a su vez implica una infinita capacidad
de sufrimiento. ¿Quién sino la mujer, la
madre del hombre, es capaz de demostrar esta capacidad
en su más alta expresión? La demuestra
cuando lleva en sí al niño y lo alimenta durante nueve
meses, extrayendo alegría del sufrimiento que eso
implica. ¿Qué puede sobrepasar al sufrimiento causado
por los dolores del parto? Sin embargo la mujer
los olvida en la alegría de la creación. ¿Quién, de
nuevo, sufre cotidianamente para que el bebé crezca
día a día? Hagamos que transfiera ese amor a la humanidad
entera, hagamos que olvide que siempre
fue y continúa siendo objeto de la lujuria del hombre,
y ocupará un orgulloso lugar junto al varón
como madre suya, su artífice y conductora silenciosa.
A ella se le ha dado el don de enseñar el arte de
la paz a un mundo en guerra, sediento de ese néctar.
No es verdadera la no-violencia si amamos meramente
a quienes nos aman. Es realmente no-violencia
cuando amamos a quienes nos odian.
La no-violencia es un estado perfecto. Es una
meta hacia la que se dirige la humanidad de manera
natural pero inconsciente. El hombre no se vuelve
divino por personificar la inocencia: solo entonces
se convierte realmente en hombre. En nuestro estado
presente somos en parte hombres y en parte
bestias; en nuestra ignorancia, que llega incluso a la
soberbia, afirmamos que cumplimos acabadamente
el fin de nuestra especie cuando devolvemos golpe
por golpe y desarrollamos la ira que ese propósito
requiere. Pretendemos que la represalia es la ley de
nuestro ser, siendo que en ninguna escritura encontramos
que la venganza es obligatoria sino que solo
es permisible. Lo obligatorio es la restricción. La
represalia es una lenidad que requiere una regulación
elaborada. La sujeción es la ley de nuestro ser,
dado que la perfección más elevada es inalcanzable
sin el más grande freno. El sufrimiento es, entonces,
lo distintivo del grupo humano. La meta se aleja
siempre de nosotros. Cuanto más se avanza, más
reconocemos nuestra indignidad. La satisfacción
reside en el esfuerzo, no en el logro. El esfuerzo
acabado es la victoria completa.
La no-violencia no es "la renuncia a toda lucha
real contra la maldad". Por el contrario, la no-violencia
que concibo es una lucha más real y activa
contra la maldad que la represalia, que por naturaleza
incrementa el mal. Lo que pretendo es una oposición
mental, y por la tanto moral, a las
inmoralidades. Lo que procuro con todo afán es
mellar el filo de la espada del tirano, no levantando
contra ella un arma más afilada, sino defraudando
su expectativa de que voy a ofrecerle resistencia física.
La resistencia del alma que voy a ofrecerle ha de
esquivar la espada del tirano. Al principio eso lo
ofuscará pero en definitiva lo ha de constreñir al
reconocimiento, reconocimiento que no lo humillará
sino que ha de elevarlo.
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