Salida Pablo Iglesias
Por un angosto y lóbrego túnel
inundado de miserias, protegiéndose del acecho voraz de múltiples alimañas,
camina una heterogénea muchedumbre. Es una representación del ciudadano medio
español: desahuciados del fruto de su esfuerzo de tantos años; jóvenes
universitarios sin empleo; jubilados y ancianos estafados por las preferentes;
parados de larga duración cuya experiencia ya no cuenta; mendicantes forzados,
vagabundos, inmigrantes y otros marginados sin techo; parejas de jóvenes sin
acceso a préstamos ni ayudas públicas; indignados de toda edad ante la
injusticia de sus políticos; campesinos y ganaderos obligados a abandonar sus explotaciones; futuras
promesas pronto derrotados del arte, la literatura, la ciencia, el deporte; enfermos
crónicos que ya no pueden costear su tratamiento; idealistas que una vez
confiaron en una democracia convertida en una farsa de la corrupción, del
amiguismo, de la evasión de capitales, del desvirtuamiento de principios éticos…
Los perros de presa del
capitalismo y del sistema opresor les acosan sin piedad, empujándolos a un callejón sin salida
aparente. No obstante, a cada paso, la multitud iba creciendo de nuevas
víctimas de todas las capas sociales, pobres miserables que un día tuvieron
dignidad.
El aire se enrarece por
momentos, las fuerzas del orden establecido luchan sin tregua frente a la masa
desesperada por la defensa de los bienes de los afortunados, de los poderosos,
de gobernantes sin escrúpulos…
Sin apenas esperanzas, al
límite de su aguante, empezaron a vislumbrar que, de alguna manera, se iba
abriendo un hueco al final de esa catacumba, por donde se colaban rayos de luz
acompañados de voces amigas que les animaban a unirse a ellos. La muchedumbre
aceleró el paso con decisión, la luz se agrandaba, cada vez más cálida, hasta
llegar a abrirse una puerta que inundó la oscuridad.
Una voz que destacaba y
lideraba la esperanza, alguien salido del pueblo, propugnaba una redistribución
justa de la riqueza, aplicar la justicia a los depravados, reescribir una ley
más justa acorde con los tiempos, terminar con la casta dominante de una vez
por todas, la salida a tanta inmundicia y pesar acumulados. Había que actuar
sin más tardanza, poco o nada que perder y un futuro por conquistar estaba en
juego…
Este hombre, Pablo Iglesias y su partido Podemos, le ha devuelto la ilusión a muchas personas que creían que la clase (la casta) política de este país ya no tenía remedio, Espero que algún día lleguen al gobierno, y pongan las cosas en su sitio. Nos lo merecemos, ya está bien de tanto bipartidismo y tanta corruptela que da asco y nos tiene empobrecidos.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Tienes razón, Carmen, aunque para ello tenga que posicionarse en políticas algo extremas, visto que con apaños y mentiras continuadas de los que ya están nunca saldremos de esta situación. Creo que es importante la organización en todos los municipios con sus asambleas libres para ir delimitando prioridades y posibles soluciones, y no tanto que se cree una fe ciega en un líder. De momento que dé el impulso necesario a una nueva forma de participación en los problemas.
ResponderEliminarSaludos