Desde
el punto de Luz en la Mente
de Dios,
Que
afluya luz a las mentes de los hombres,
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde
el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que
afluya amor a los corazones de los hombres,
Que
Cristo retorne a la Tierra.
Desde
el centro donde la voluntad de Dios es conocida,
Que el
propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres.
El
propósito que los Maestros conocen y sirven.
Desde
el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se
realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle
la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz , el Amor y el Poder,
restablezcan el Plan en la Tierra.
Esta
Invocación no es propiedad de ningún individuo o grupo especial. Pertenece a la
humanidad.
La
belleza y la fuerza de esta Invocación reside en su sencillez y en que expresa
ciertas verdades esenciales que todos los seres humanos aceptan innata y
normalmente: la verdad de la existencia de una Inteligencia básica a la que
vagamente damos el nombre de Dios; la verdad de que detrás de las apariencias
externas, el Amor es el poder motivador del Universo; la verdad de que vino a la
tierra una gran Individualidad llamada Cristo por los cristianos, que encarnó
ese Amor para que pudiéramos comprenderlo; la verdad de que el Amor y la Inteligencia son
consecuencia de la Voluntad
de Dios, y finalmente de que el Plan Divino sólo puede desarrollarse a través
de la humanidad misma.
“Ten presente, Oh Chela,
que en las esferas conocidas, la luz sólo responde a la PALABRA. Sabe que
esta luz desciende y se concentra, sabe que desde su punto de enfoque escogido
ilumina su propia esfera; sabe también que la luz asciende y deja en la
oscuridad aquello que, en tiempo y espacio, ha iluminado. A este descenso y
ascenso los hombres le llaman vida, conciencia y muerte; a esto Nosotros, que
hollamos el Camino iluminado, le llamamos muerte, experiencia y vida”.
Alice Bailey – Una
gran aventura. La muerte. (por el Maestro Tibetano Djwhal Khul, 1945)
Cuando estemos reflexionando, meditando o invocando, a través de las frases que se encuentran contenidas en la segunda estrofa de
Que Cristo retorne a
Que El Bhodhishatva retorne a
Que El Iman Majdi retorne a
Que El Mesías retorne a
Que Krishna retorne a
Que Maitreya retorne a
Que Muntazar retorne a
En todos los casos estamos invocando a Ese Excelso Ser, Quien Es: Maestro de Maestros, Instructor de Angeles y hombres, Conductor de
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