“Desde la primitiva organización católica que llega
hasta nuestros días y debido en gran parte a la creación de jerarquías dentro
de su núcleo, este grupo cristiano empezó a hacer un abuso de su poder y a
censurar y hacer desaparecer toda la información y personas con ideales
peligrosos para su supervivencia, al dejar éstos en evidencia a algunos de los
falsos postulados "cristianos", yendo más allá de ellos en cuanto a
la profundidad comprensión espiritual se refiere.
Entre dichos hombres, con pensamientos distintos a lo medianamente común, los que desde el principio fueron blanco más fácil para el autoritarismo religioso radical, fueron aquellos con capacidades extrasensoriales fuera de lo normal, que podían tener acceso directo a la información real de la existencia, la única Verdad. Y fue lo que yo viví.
Entre dichos hombres, con pensamientos distintos a lo medianamente común, los que desde el principio fueron blanco más fácil para el autoritarismo religioso radical, fueron aquellos con capacidades extrasensoriales fuera de lo normal, que podían tener acceso directo a la información real de la existencia, la única Verdad. Y fue lo que yo viví.
Lo que a mi familia y a mí nos tocó vivir está
relacionado con todo lo expuesto anteriormente.
Nosotros, como grupo familiar, desarrollamos con el paso de las vidas la clarividencia natural como resultado de nuestra apertura de conciencia gestado a lo largo de los años de experiencia física. Por ello, en gran parte de los miembros de la famlia, desde nuestro nacimiento, existía esta característica de percepción amplificada que nos permitía captar fenómenos naturales más allá de lo ordinario.
Nosotros felizmente nos comunicábamos con entidades no físicas que nos transmitían conocimientos acerca de lo que había más allá del plano físico y que era lo que nosotros mismos podíamos ver con nuestro tercer ojo.
Con el paso del tiempo y cuando íbamos expresando cada vez más aquello que veíamos tal cual lo sentíamos, nos dábamos cuenta de la dificultad que tenían las personas que nos rodeaban de aceptarlo, más aún cuando estaban aferrados fuertemente a ideales religiosos con pilares falsos.
Nosotros, como grupo familiar, desarrollamos con el paso de las vidas la clarividencia natural como resultado de nuestra apertura de conciencia gestado a lo largo de los años de experiencia física. Por ello, en gran parte de los miembros de la famlia, desde nuestro nacimiento, existía esta característica de percepción amplificada que nos permitía captar fenómenos naturales más allá de lo ordinario.
Nosotros felizmente nos comunicábamos con entidades no físicas que nos transmitían conocimientos acerca de lo que había más allá del plano físico y que era lo que nosotros mismos podíamos ver con nuestro tercer ojo.
Con el paso del tiempo y cuando íbamos expresando cada vez más aquello que veíamos tal cual lo sentíamos, nos dábamos cuenta de la dificultad que tenían las personas que nos rodeaban de aceptarlo, más aún cuando estaban aferrados fuertemente a ideales religiosos con pilares falsos.
A lo largo de las encarnaciones de las almas, se
establecen relaciones familiares permanentes o de cierta duración entre ellas,
ya que poseen características kármicas comunes. Por ello, es habitual que almas
que son actualmente parte de nuestra familia, lo hayan sido también en algunas
de nuestras encarnaciones. Formamos por ello parte de una misma familia
álmica.
Durante este proceso de encarnaciones, las personas del grupo familiar que van falleciendo, van encarnando como miembros que forman parte de su misma descendencia, siendo depositarios de los códigos de información grabados físicamente en las células del cuerpo y que van siendo transmitidos de generación en generación.
Lo que esto hace es que ya sea consciente o inconscientemente, tengamos unas pautas de comportamiento tanto familiares como personales propias del alma individual que son heredadas y que repetimos una y otra vez hasta que hemos transcendido ese karma.
Durante este proceso de encarnaciones, las personas del grupo familiar que van falleciendo, van encarnando como miembros que forman parte de su misma descendencia, siendo depositarios de los códigos de información grabados físicamente en las células del cuerpo y que van siendo transmitidos de generación en generación.
Lo que esto hace es que ya sea consciente o inconscientemente, tengamos unas pautas de comportamiento tanto familiares como personales propias del alma individual que son heredadas y que repetimos una y otra vez hasta que hemos transcendido ese karma.
Hoy en día he comprendido mi misión y proceso de
sanación y liberación de esa falsa información y trabajo a través del
movimiento de la energía, ejercicios de recuerdo y de expresión de lo que
siento. Y ese es el motivo que me ha llevado inconscientemente a la creación de
esta web: poder expresar lo que soy realmente y la información que traigo, para
que deje de existir ese miedo en nuestra familia y podamos vivir libremente y
sentar un precedente para que otros puedan hacer lo mismo”.
Je Be – Vemosmasallá
Buscando
experiencias sobre la reencarnación en algunas lecturas, me atrajo el tono
sincero de la confesión del autor del blog “vemosmásallá”, que sigo
habitualmente, y que expone siempre con rigor y profundidad sobre la verdadera
dimensión de la existencia. En los últimos decenios se ha investigado científicamente
a centenares de personas que afirman recordar vidas pasadas, tanto de forma
natural, como en regresiones dirigidas, mediante las técnicas Reiki o la
meditación profunda, en un buen número de casos la única explicación fue
aceptar que esas personas realmente vivieron esas otras vidas. Desde hace miles
de años el conocimiento de la ley del karma y las sucesivas encarnaciones-manifestaciones
del Ser es una Ley Absoluta, confirmada por grandes maestros y avatares, y es
inútil querer seguir negando esa Gran Verdad. En nuestro caso, la religión
dominante en estos dos milenios nos la ha escamoteado, y a cambio nos ha
ofrecido elegir entre ir a un cielo despoblado o a un infierno abarrotado, mas
esa perla indigerible de la resurrección de los cuerpos en el juicio final.
Y esa Ley nos
informa –entre otras muchas cosas- que hay una “causalidad” inherente en cada
ser que nace, que ha diseñado previamente una mision que cumplir en la vida
material, como medio de purificar su espíritu en su regreso a la Luz. Aceptarlo , simplemente,
lejos de inducirnos a un frenético despropósito (… ya tendremos otras vidas
para arreglarlo…) nos exige más de nosotros mismos, nos dice que no hay tiempo
que perder, que estamos cumpliendo el plan con el que llegamos aunque no nos lo
parezca. Para que ese plan se realice necesitamos aceptarnos a nosotros mismos,
una tarea difícil y dolorosa; lograr ser transparentes; mantenernos conectados
con la naturaleza lo más posible; vivir el momento presente, dejarse invadir
por la energía que fluye; encontrar nuestra vocación y desarrollar nuestras
capacidades… la Conciencia
es nuestra guía en todo caso.
Es, además, un bálsamo
frente al miedo a la muerte, ya que reconocemos que nuestra etapa en la
existencia habrá cumplido su propósito, y seguiremos existiendo en otros planos
astrales, para siempre. Cuando estemos preparados, cuando sintamos y comprendamos
que Todo es Uno, la Verdad
se nos revelará, el Ego y la Razón
dejarán de tener importancia, son pasajeros. Al mismo tiempo, la vida cobra
todo su relieve, nos muestra que Amor, Felicidad y Paz son reales, son los ejes
del camino de sanación y purificación.
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