1
Camino y
equilibrio,
sendero y saga
se encuentran en
un paso.
Ve y porta,
yerra y pregunta
a lo largo de tu
único desfiladero.
2
Cuando la luz
matutina silenciosamente crece sobre los montes…
El oscurecimiento del mundo no alcanza jamás la luz
del ser.
Demasiado tarde venimos para los dioses y demasiado
pronto para el ser,
cuyo poema iniciado es el hombre.
cuyo poema iniciado es el hombre.
Encaminarse a una estrella, solamente esto.
Pensar es la concentración sobre un pensamiento,
que permanece fijo como una estrella en el cielo del mundo.
que permanece fijo como una estrella en el cielo del mundo.
3
Cuando la veleta
delante de la ventana de la choza canta al levantarse la tormenta…
Cuando el coraje del pensar brota del reclamo del
ser,
entonces florece el lenguaje del destino.
entonces florece el lenguaje del destino.
Tan pronto tenemos la cosa ante los ojos y en el
corazón,
prestamos atención a la palabra, el pensar surge.
prestamos atención a la palabra, el pensar surge.
Pocos son suficientemente expertos en distinguir
entre un objeto aprendido y una cosa pensada.
entre un objeto aprendido y una cosa pensada.
Si fuéramos en el pensar adversarios antes que
simples rivales,
más fácil vendría a ser el asunto del pensar.
más fácil vendría a ser el asunto del pensar.
4
Cuando de repente
bajo el pluvioso cielo desgarrado se desliza un rayo de sol
sobre la oscuridad de los prados alpinos…
sobre la oscuridad de los prados alpinos…
No somos nosotros los que vamos tras los
pensamientos.
Son ellos los que vienen a nosotros.
Son ellos los que vienen a nosotros.
Esta es la hora propicia para el coloquio.
Nos prepara para la meditación compartida. Ésta ni
hace resaltar la opinión contraria ni tolera el asentimiento sumiso. El pensar
permanece rasante al filo del asunto.
Por tal sociabilidad quizás algunos se convierten en
compañeros en el oficio del pensar. Hasta que, inesperadamente, uno de ellos
resulta maestro.
5
Cuando al inicio
del verano florecen en el prado extraños narcisos
y bajo el arce brilla la zarzarrosa…
y bajo el arce brilla la zarzarrosa…
El lujo de la sencillez.
Sólo la forma conserva la visión.
No obstante la forma reposa en la poesía.
¿Quién podría, mientras quiera evitar la tristeza,
suscitar la claridad?
El dolor regala su virtud saludable allí donde no
la suponemos.
6
Cuando el viento,
cambiando pronto, muge en la armadura de la cabaña
y el tiempo se hace tedioso…
y el tiempo se hace tedioso…
Tres peligros amenazan el pensamiento.
Peligro bueno y por lo tanto saludable es la
vecindad del poeta cantor.
Peligro malo y por tanto agudísimo es el pensar
mismo. Debe pensar contra sí mismo: cosa que puede sólo raramente.
Peligro infiel y por tanto confuso es el filosofar.
7
Cuando en el día
veraniego la mariposa se aloja en las flores y, cerradas las alas, con ellas abanica al viento del prado…
Todo estado valiente del ánimo es la resonancia del
alentar del ser, que nuestro pensar recoge en el juego del mundo.
En el pensar cualquier cosa aparece solitaria y
lenta.
En la paciencia prospera la magnanimidad.
Quien piensa en grande, debe errar en grande.
8
Cuando el torrente
montano en el silencio de las noches cuenta su precipitar sobre las peñas
rocosas…
Lo más antiguo de cuanto es antiguo viene en
nuestro pensar tras de nosotros y hacia nosotros.
Por esto el pensar se da en el adviento de lo sido
y es repensar.
Ser antiguo significa: pararse a tiempo donde el
único pensamiento de una vía del pensar vibre al unísono.
El paso de la filosofía al pensar del ser lo
podemos pretender, apenas nos sea familiar el origen del pensar.
9
Cuando en las
noches invernales, tormentas de nieve sacuden la cabaña y después una mañana el
paisaje es cubierto por su manto nevado…
La saga del pensar reposaría en su esencia, apenas
llegase a ser incapaz de decir qué debe quedar deshecho.
Tal incapacidad llevaría al pensamiento delante de
la cosa.
No existe jamás el hecho y el dicho en ninguna
fábula.
¿Quién podría ponderar el asombro de que siempre y
de repente un pensamiento sea?
10
Cuando de las
pendientes del alto valle, de allá
arriba los rebaños lentamente traen dindón, dindón…
arriba los rebaños lentamente traen dindón, dindón…
El carácter poético del pensar está todavía velado.
Donde éste se manifiesta, iguala por largo tiempo
la utopía de un intelecto semipoético.
la utopía de un intelecto semipoético.
Mas el poetizar pensante equivale a la topología
del ser en la verdad.
Ésta indica a éste la localidad de su esencia.
11
Cuando la luz de
la tarde, cayendo sobre algún punto de la selva, dora los troncos…
Cantar y pensar son los troncos vecinos del
poetizar.
Éstos irrumpen del ser y alcanzan su verdad.
Su relación hace evocar el canto de Hölderlin a los
árboles silvestres:
"Y desconocidos el uno del otro permanecen,
mientras están erguidos, los troncos vecinos ".
12
Extiéndense selvas
precipítanse
torrentes
rocas permanecen
lluvia cae.
Campos esperan
brotan fuentes
vientos moran
medita la gracia.
DESDE LA EXPERIENCIA DEL
PENSAMIENTO
Martin Heidegger (1947)
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