Malas noticias para el PSOE, si se confirma en un futuro inmediato que Susana Díaz renuncia a encabezar las listas en las próximas elecciones generales. Un candidato femenino es la única baza disponible para contrarrestar la pérdida de votos y su vuelo, lento pero seguro, hacia PODEMOS. Olvidan que Andalucía es el bastión de votos tanto del PSOE como de la izquierda en general. Al no disponer de un candidato masculino mínimamente popular, ni una mujer, que acaparara gran parte de las simpatías de su propio sexo (especialmente en el electorado que supera los 40 o 50 años); al constatarse la división de los tradicionales partidos de izquierda y su falta de programa renovador, que la sociedad actual exige; al desdeñar la tendencia aplastante de los jóvenes votantes hacia un cambio profundo en las actuales estructuras socio-económicas… su debacle será profunda. Frente a ellos, una importante masa social conservadora que tendrá como única referencia al PP y que, si al menos una mujer fuera candidata de un partido como el PSOE, que también se muestra conservador y continuista, buena parte se lo pensaría, aunque solo fuera para dar por terminado el ciclo de salvajes recortes y corrupción que campea en el país. Creo que el ciudadano medianamente informado poca importancia le otorga al debate república-monarquía e incluso al problema catalán. A lo que aspira es a un cuestionamiento multitudinario de las actuales estructuras de poder para eliminar y rehacer todo el entramado legislativo, judicial, electoral, etc. que esté fuera de nuestro tiempo actual y que nos ha llevado al furgón de cola de los países desarrollados.
A partir de ahora, una campaña brutal de miedo se avecina por parte del PP; eso sí que lo gestionan de maravilla.
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