Aprender a amarse
no es difícil, es natural. Si has conseguido algo antinatural como aprender a
querer a los demás sin quererte a ti mismo, entonces lo otro es sencillo. Has hecho
casi lo imposible. Solo se trata de una cuestión de comprensión muy simple, que
es “debo amarme a mí mismo, de lo contrario me perderé el sentido de la vida”. No
creceré, sino que envejeceré. No tendré individualidad. No seré auténticamente
humano, digno, íntegro.
Quiérete a ti
mismo. No dejes que te distraiga ninguna persona, ya sea religiosa, política,
social o educativa. Tu responsabilidad primera no es hacia la religión ni hacia
la nación, es hacia ti mismo. Si todo el mundo se ama y se cuida, su
inteligencia llegará a la cima, su amor le desbordará. La filosofía del egoísmo
le hará realmente altruista porque tendrá tanto para compartir y para dar que
dar será para él una alegría, compartir será una celebración. El altruismo solo
puede ser un derivado del amor hacia ti mismo.
Solo tienes que
confiar en ti mismo, que es otra forma de decir ámate a ti mismo. Y cuando confías
en ti mismo y te amas, entonces te has responsabilizado de lo que eres, seas
quien seas. Eso te da una experiencia del ser tan tremenda que nadie te podrá
esclavizar de nuevo.
Estás arriesgando
mucho cuando declaras que eres tú mismo. No perteneces a ningún grupo, a ningún
rebaño. Tal vez la multitud nunca te lo perdone. Pero es tan bueno arriesgarse,
caminar por el filo de la navaja, donde cada paso que das es peligroso. Cuanto más
peligrosamente vives, más vives. Y es posible vivir en un instante toda la
eternidad, si estás preparado para vivir con totalidad, arriesgando
absolutamente todo. Cuando un hombre se enamora de la rebelión va por buen
camino.
La desobediencia es
la base del verdadero hombre religioso. Solo entonces podrás deshacerte de los
condicionamientos. Y cuando ya no estés condicionado, no te preguntarás cual es
el objetivo de la vida. Tu pregunta dará un giro: ¿Cómo puedo vivir con más
totalidad? ¿Cómo puedo sumergirme totalmente en la vida?
El hombre es una máquina.
El hombre, tal como es, es totalmente inconsciente. No es más que sus hábitos,
la suma total de sus hábitos. El hombre todavía no es un hombre. A menos que la
conciencia penetre en tu ser, seguirás siendo una máquina. Actúa de modo
completamente distinto, incluso en las cosas pequeñas. Empieza a abandonar
todos tus patrones de reacción. Intenta responder a la realidad en cada
momento, no según la idea preconcebida, sino de acuerdo a la realidad que hay
en el exterior. ¡Responde a la realidad! Responde con toda tu consciencia, pero
no con tu mente. Entonces, cuando respondas con espontaneidad y no reacciones, nacerá
la acción. La acción es bella, la reacción es horrible. Solamente el hombre
consciente actúa, el hombre inconsciente reacciona. La acción libera. La reacción
continúa creando cadenas y las va haciendo cada vez más gruesas, fuertes y
resistentes. Vive una vida de respuesta y no de reacción.
Sé un ser
independiente. Escucha tu voz interna. En el momento en que empieces a acallar
tu mente podrás escucharla, no es difícil. Todos los seres humanos tienen en
potencia la capacidad de conocerse a sí mismos. Y cuando te conoces a ti mismo
nadie te puede quitar tu individualidad. Tu reino está en tu interior. Solo tienes
que aprender a cerrar los ojos y mirar hacia dentro. Un poco de disciplina, un
poco de aprendizaje para no estar siempre enfocado hacia fuera, sino para poder
volverte hacia dentro, una o dos veces al día. Poco a poco empezarás a ser consciente
de tu ser eterno. Un día ya no necesitarás que te presten atención, empiezas a
sentir que eres especial, único… aunque no puedan señalar en qué consiste la
singularidad. Las personas que se han descubierto a sí mismas se encuentran con
el hecho de que atraen a miles de personas, aunque no lo estaban buscando.
Cuando te conoces
a ti mismo ya no te importan los demás. Si el resto del mundo te olvidara, no
tendría la menor importancia. Sabes que el ego es falso, y depender de lo falso
es hacer castillos de arena. Vuestras personalidades son como firmas en el agua.
No has terminado de firmar y ya han desaparecido.
Un hombre que está
parcialmente implicado solo está parcialmente vivo. Cuanto más profunda es la
implicación, más profunda es tu vida. Cuando estás totalmente implicado en la
vida, en la muerte, en el amor, en la meditación, en cualquier tipo de cosa que
quieras hacer, si has vivido con totalidad, la muerte no es el final. La muerte
solo es un episodio, en pequeño episodio en una vida eterna.
Vive momento a
momento. Con una gran aceptación, sin crear divisiones, y estarás en el camino
de autoconocimiento. Renuncia a la división, a esos ideales que te producen ese
antagonismo. Eres como eres, acéptalo con alegría, con gratitud. Y de repente
sentirás armonía, una gran música. La música del autoconocimiento. Entonces tienes
una llave mágica que abre todas las puertas. Hazle caso a tus instintos, hazle
caso a tu cuerpo, a tu corazón, a tu inteligencia. Confía en ti mismo, ve adonde quiera llevarte tu espontaneidad, y no habrá pérdida. Y fluyendo espontáneamente
con tu vida natural, un día te encontrarás en la puerta de lo divino.
Ama la vida en
toda en toda su multidimensionalidad. ¡Dad! Porque es el único modo de acercarse
cada vez más a la verdad absoluta. La verdad absoluta no está lejos, está
escondida en lo inmediato. Dios no está allí, sino aquí.
Las personas
creativas no se sienten deprimidas o culpables. Su participación en el
universo, a través de sus acciones creativas, les da una tremenda satisfacción
y dignidad. Ése es el derecho de nacimiento de todo hombre. Es muy fácil usar
la energía en campos creativos, aprende cualquier cosa que transforme tu energía
destructiva en energía creativa. Entonces, no estarás enfadado con la
existencia, estarás agradecido. No estarás en contra de la vida. ¿Cómo puede
una persona creativa estar en contra de la vida, en contra del amor? Solo la
gente poco creativa está en contra de todo.
Aprende a ser
silencioso, pacífico, aquietado. Aprende a ser uno, no mente, todo se vuelve más fácil. El día en el que ese momento llegue a tu vida podrás compartir tu dicha.
Ahora serás capaz de dar amor. Antes de eso solo había sufrimiento, esperanzas
y frustraciones, deseos y fracasos, sueños…
Sé consciente, no
malgastes el tiempo. Cuanto antes empieces a vibrar en la no mente, mejor. Entonces,
pueden florecer en ti muchas cosas, el amor, la creatividad, la espontaneidad,
la alegría, la oración, la gratitud. Dios.
Osho – El Libro
del Hombre
Buenos días, Manuel.
ResponderEliminarNo dejo de intentarlo. Y creo que lo voy consiguiendo, a poquitos a poquitos, pero en ello ando, en quererme, aceptarme, intentar ser yo y no lo que creo que debo parecer. Me siguen quedando ramalazos, jajaja, esos que pretendo ir puliendo para saber que lo he conseguido del todo, aunque realmente opino que del todo del todo es muy difícil. Se hace camino al andar, así que aunque mis pasos no sean muy grandes, sigo caminando.
Un besote y buen fin de semana, aquí me temo que bastante fresco. Otra cosa que habrá que aceptar, jajaja.
Muy buenas, Marisa, hay quien dijo algo como que "para hacer tu camino, da el primer paso"; dicho de otra manera, tener el convencimiento de que aún no hemos dado lo mejor de nosotros mismos y que necesitamos cambiar de rumbo... !lo estamos haciendo!. No es necesario saber al principio adónde vamos a ir, ni cómo. Solo hace falta lo que dices, quererme y sanar lo que haya estado reprimido u oculto, por pequeño que sea; aceptarme como soy y ser responsable de mis actos, estar presente...
ResponderEliminarUna máxima oriental dice que ningún progreso espiritual se produce sin esfuerzo y paciencia, pero que sus efectos benéficos actúan de inmediato... sigue caminando!
Feliz fin de semana!