“Toda
la materia se origina y existe solamente en virtud de una fuerza que hace
vibrar las partículas de un átomo y mantiene unido este minúsculo sistema solar
del átomo… Debemos asumir tras esa fuerza, la existencia de una Mente
consciente e inteligente. Esta mente es la Matriz de toda la materia”. Max Planck
Al igual que una pantalla de cine refleja sin juicio
la imagen de lo que sea o quien sea que haya sido filmado, la Matriz parece proveer una
superficie imparcial para que nuestras experiencias y creencias internas se
manifiesten en el mundo. La clave es no solamente comprender cómo funciona,
también necesitamos un lenguaje para comunicar nuestros deseos que sea
reconocible para esta antigua red de energía: es el lenguaje de las emociones
humanas. A través de las experiencias positivas y de las emociones negativas,
cada uno posee el poder de afirmar o negar nuestra existencia a cada momento
del día. La misma emoción que nos proporciona tal poder dentro de nuestros
cuerpos, extiende esta fuerza en el mundo cuántico más allá de nuestros
cuerpos.
A la luz de nuestra conexión con los demás y con
todas las cosas podemos comprender lo poderosos que en verdad somos. Desde el
lugar de la fortaleza que dicha comprensión ofrece, tenemos la oportunidad de
convertirnos en seres más pacíficos y más compasivos, trabajando activamente
para crear un mundo que refleje estas cualidades, tenemos acceso a la verdadera
esencia del poder de cambiar nuestras vidas y el mundo.
Los últimos descubrimientos científicos demuestran
que el ADN humano tiene un efecto directo sobre la materia de la cual está
hecho nuestro mundo. Las emociones tienen efecto directo sobre el ADN, y la relación entre las emociones y el ADN
trasciende los límites del tiempo y el espacio, los efectos son los mismos
independientemente de la distancia.
Las ideas clave de los enormes conceptos implicados
en la Matriz Divina
se pueden concretar en:
-
La
Matriz Divina es el
contenedor que sostiene el universo, el puente entre todas las cosas y el
espejo que nos muestra lo que hemos creado.
-
En nuestro mundo todo está conectado con todo lo demás.
Una vez que algo se ha unido queda conectado para siempre
-
Para tener acceso a la fuerza del universo mismo,
debemos vernos como parte del mundo en vez de separados de él.
-
El acto de enfocar nuestra conciencia es un acto de
creación. ¡La conciencia crea! Tenemos todo el poder necesario para crear todos
los cambios que deseemos.
-
El sentimiento es el lenguaje que le habla a la Matriz Divina. Sentir que su
meta ya ha sido lograda y que su oración ya ha sido respondida. No se trata de
cualquier sentimiento. Para que podamos crear, los sentimientos deben ser
carentes de ego y juicio.
-
No estamos sujetos a las leyes de la física como la
conocemos hoy en día, la Matriz Divina
es un “objeto” holográfico, donde cualquier pieza refleja el todo. El holograma
de la consciencia conectado universalmente nos promete que en el instante en
que creamos nuestros buenos deseos, ya han sido recibidos en su destino.
-
La raíz de nuestras experiencias negativas puede
reducirse a uno de los tres miedos universales: abandono, baja autoestima y/o
falta de confianza.
-
Debemos convertirnos en nuestras vidas en las mismas
cosas que optamos por experimentar como nuestro mundo.
-
Un pequeño cambio en nuestras vidas se refleja en
todas partes de nuestro mundo.
En un lugar muy profundo de la niebla de nuestra memoria
antigua, sabemos que tenemos poderes mágicos y milagrosos en nuestro interior. Los
antiguos místicos nos han recordado en nuestros corazones, y los experimentos
modernos lo han comprobado en nuestras mentes, que la fuerza más poderosa en el
universo reside en el interior de nosotros mismos. Y ése es el gran secreto de
la creación misma, el poder de crear en el mundo lo que imaginamos con nuestras
creencias.
Quizá todos requerimos de un pequeño giro para ver
que somos los arquitectos de nuestro mundo y de nuestro destino. Si podemos
recordar que somos la obra de arte así como el artista, entonces quizá también
recordaremos que somos la semilla del milagro y somos el milagro mismo. Si podemos
hacer ese pequeño giro, entonces ya hemos sido sanados en la Matriz Divina.
En la Matriz
Divina es como nos sentimos respecto a nosotros, nuestro
desempeño, apariencia y logros, lo que se refleja de regreso en la realidad de nuestro
mundo. Con esto en mente, la sanación más profunda de nuestras vidas también se
puede convertir en nuestro mayor acto de
compasión. Es el cariño que nos damos a nosotros mismos. Es a través del
espejo de nosotros mismos que nos pide que aceptemos con compasión la perfección
que ya existe en cada momento de la vida.
Siendo seres espirituales, solo podemos vivir
experiencias espirituales. Sin importar lo que parezca, creo que toda conducta
en nuestros senderos nos lleva al mismo lugar. Las actividades de todos los días
no pueden separarse de nuestra evolución espiritual.
¡Son nuestra evolución espiritual!
Gregg
Braden – La Matriz
Divina. Cruzando las barreras del tiempo, el espacio, los
milagros y las creencias
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