El cuerpo es el mayor misterio de toda la
existencia. Si un hombre aprende la sabiduría del cuerpo y el misterio que
entraña nunca necesitará de Dios ni de Sacerdotes. Dentro de él se halla el
verdadero santuario de la conciencia. El florecimiento de la conciencia en tu ser
es lo que evita tu destrucción. Te aporta un inmenso impulso creador, la
necesidad de crear más belleza en el mundo, más bienestar.
El hombre necesita un cuerpo mejor, más sano.
El hombre necesita un ser más consciente, más
alerta.
El hombre necesita todo tipo de lujo y bienestar que
la existencia esté dispuesto a darle.
La existencia
está dispuesta a ofrecerte un paraíso aquí y ahora. El cuerpo es el alma
visible. Y el alma es el cuerpo invisible. El cuerpo y la mente no están
separados de ningún modo, forman parte uno del otro, forman una totalidad. Tienes
que aceptar tu cuerpo, tienes que amar tu cuerpo, tienes que respetarlo, tienes
que estarle agradecido… Tu cuerpo representa la existencia entera, todos sus
elementos.
Una vez
que comienzas a comunicarte con tu cuerpo, todo empieza a ser muy fácil. No hace
falta forzar al cuerpo, hay que persuadirlo. No hace falta luchar contra él. Existimos
dentro de él y debemos tener el máximo cuidado con él; es nuestra
responsabilidad. Escucha a tu cuerpo, sigue a tu cuerpo. La mente es tonta, el
cuerpo es sabio. Si consigues entrar a fondo en tu cuerpo, en todas estas
profundidades encontrarás tu alma.
El cuerpo
es tu tierra; tú estás enraizado en tu cuerpo. Tu conciencia es como un árbol
en el cuerpo. Tus pensamientos son como frutos. Tus meditaciones son como
flores. El cuerpo apoya todo lo que estás haciendo. Incluso cuando empiezas a
darte cuenta de quién eres, el cuerpo te apoya. Escucha su lenguaje, descodifícalo,
y poco a poco, según penetras en el libro del cuerpo y pases sus páginas,
llegarás a darte cuenta de todo el misterio de la vida.
Dios ha
elegido la morada del cuerpo para vivir. Es cierto que no eres el cuerpo. Pero eso
no quiere decir que tengas que estar en contra de él, es un amigo. Es una
maquinaria de inmensa complejidad, belleza, orden. La mente es la parte interior
del cuerpo y el cuerpo es la parte exterior de la mente. No hay división, no
hay compartimentos estancos. Primero el cuerpo debe liberarse de todas sus
estructuras acumuladas y, de forma simultánea, la mente debe ser inspirada para
que pueda comenzar a moverse hacia arriba y así pueda liberar toda la carga que
la mantiene anclada.
Todo lo
que hagas fisiológicamente afectará a la mente. Como todo lo que hagas
psicológicamente afectará al cuerpo. Porque el ser humano es uno… ¡está en
total comunicación! Nada se halla separado en un ser humano. El cuerpo no solo
está conectado consigo mismo, está relacionado con la mente, y así cuerpo y
mente están conectados con un alma trascendental.
La
sociedad no puede tolerar la felicidad. Pero esta es la gran revolución. Si la
gente pasara a un estado de éxtasis toda la sociedad tendría que cambiar,
porque se basa en la desdicha. Educamos a nuestros hijos… desde el principio
les creamos una tendencia hacia la desdicha. Por ello ellos siempre la eligen. En
todo momento existe la elección entre ser desdichado o ser feliz. Siempre escoges
la de ser desdichado porque ya se ha convertido en un hábito. La desdicha es
una cosa muy difícil de alcanzar, porque es totalmente antinatural. La sociedad
ha hecho una gran labor. De una creación afortunada han obtenido criaturas
desdichadas. Todo niño nace feliz. Todo niño es un dios al nacer. Y todo hombre
muere loco. Esta es toda tu labor: intentar recuperar la infancia. El que pueda
volver de nuevo a ser niño no conocerá la desdicha.
Estar
separado cuerpo y mente en forma de ego es la base de toda desdicha. El ser uno
solo, fluir con lo que la vida te ofrezca, penetrar en ello intensamente, en su
totalidad, todo eso supone dicha. La elección está al alcance de la mano. Mantente
alerta. En cada momento, cuando estás eligiendo ser infeliz, recuerda: es una
elección tuya. Ser consciente de ello ayudará: la confirmación de que es una
elección personal y de que soy responsable de lo que estoy haciendo. Tu mente
habrá mejorado. Te resultará más fácil pasar a un plano de felicidad.
Hay dos
formas de vivir, de ser, de saber: una es esfuerzo, voluntad, ego; la otra es
negación del esfuerzo, negación de la lucha, es un estado de dejarse llevar por
la existencia. Hay pruebas suficientes de que toda esta fuerza de voluntad,
esta senda del ego, esta lucha y esta guerra, han sido un fracaso rotundo. En la
inmensa existencia, tú eres más pequeño que un átomo. ¿Cómo puedes luchar
contra el cosmos? La naturaleza es tu madre, no puede estar en tu contra. Todo lo
que tienes que aprender es el arte de vivir, el arte de sentir júbilo. Es solo
la cuestión de aprender un arte, y ser capaz de transformar el veneno en néctar.
La vida se
basa en cosas muy pequeñas, beber una taza de té, pasear por la mañana sin ir a
ningún sitio determinado, cocinar para alguien que amas, lavar tu ropa, barrer
el suelo, regar el jardín, saludar a un desconocido. El hombre que puede
saludar a un desconocido también puede saludar a una flor, a un árbol, puede
cantarles a los pájaros. Tan solo basta con hacer cosas pequeñas.
Si
escuchas a tu propio corazón nunca estarás dividido, comenzarás a andar en la
dirección adecuada, sin siquiera pensar qué es lo malo y qué es lo bueno. De este
modo, la gran creación de la nueva humanidad consistirá en el secreto de
escuchar al corazón consciente, atenta, cuidadosamente. Obedece a tu propio
ser, sé luz por ti mismo. Tú debes decidir. Cuando otros deciden por ti, tu
alma se queda adormecida y apagada. Decidir significa correr riesgos. Corre todos
los riesgos que se necesiten para ser individual, acepta los desafíos para que éstos
te hagan perspicaz, para que te aporten la brillantez e inteligencia necesaria.
Aprende a
fluir con la existencia de modo que no sientas culpas ni tengas heridas. No luches
ni contra el cuerpo, ni contra la naturaleza, ni contra nada, así estarás en
paz y a salvo, tranquilo y sosegado. No luches contra tu cuerpo. No es tu
enemigo, es tu amigo. Es un regalo que te ofrece la naturaleza. Forma parte de
ella, pero tienes una individualidad. La existencia ha realizado un milagro, ha
hecho posible lo imposible. Por lo que al estar en armonía con tu cuerpo, lo
estarás con la naturaleza, en lugar de ir contra la corriente, fluirás con
ella. Déjate llevar. Deja que la vida ocurra. Nada hay más valioso que la armonía,
en consonancia con el universo.
Osho – El Equilibrio Cuerpo-Mente
Me parece un maravilloso punto de vista y también un gran mensaje.Gracias.
ResponderEliminar