El
más ponzoñoso dardo con que el escepticismo puede atravesar el corazón del
hombre es decirle que no hay otra vida más allá de la presente en otro estado,
con posibilidades de ulterior progreso, que perfeccione su actual
naturaleza.
THOMAS
BROWNE
La
división de las cosas en materia y espíritu es filosóficamente inexacta, y
conviene diferenciarlas en voluntad y manifestación, con la ventaja de
espiritualizar todas las cosas, pues lo real y objetivo, los cuerpos y la
materia, los consideramos como manifestación dimanante de la voluntad.
KANT
Aún
en los más apartados confines de la historia, descubrimos desde un principio el
divino don de la vigorosa y razonable inteligencia, de suerte que es imposible
sostener que la raza humana haya surgido lentamente de las profundidades de la
brutalidad animal.
MAX
MULLER
De
extraña condición es la inteligencia humana, pues antes de alcanzar la verdad
parece como si necesitara obstinarse durante largo tiempo en el error.
MAGENDIE
¡Orgullo!
Cuando la razón desfallezca, acude en nuestro auxilio y llena hasta los bordes
el enorme vacío de la mente.
POPE
No
califiques de locura aquello de que han probado no saber nada.
TERTULIANO
No
acepto sin reservas la opinión de ningún hombre, vivo o muerto.
H.
GREELEY
La
mente no basta por sí sola para abarcar lo espiritual. De la misma manera que
el sol ofusca la luz de una llama, así el espíritu ofusca la luz de la mente.
HOWITT
La
gravitación de una piedra es tan inexplicable como el pensamiento en el cerebro
humano. Si no sabemos por qué cae al suelo un objeto material, tampoco sabemos
si este objeto es capaz o no de pensar… Tan pronto como pasamos de lo
experimental a lo especulativo, de lo físico a lo metafísico, nos atajan al
paso las enigmáticas fuerzas de cohesión, afinidad, gravitación, etc., cuyo misterio
es para nuestros sentidos tan profundo como la voluntad y el pensamiento
humanos. Nuestra razón y nuestros sentidos solo son capaces de conocer lo
superficial, pero jamás penetrarán en la última substancia de las cosas.
SCHOPENHAUER
La
creencia en lo sobrenatural se ha manifestado espontáneamente desde un
principio en todos los pueblos de la raza humana. La incredulidad en lo
sobrenatural conduce al materialismo, el materialismo a la sensualidad, y la
sensualidad a las catástrofes sociales, entre cuyas convulsiones aprende el
hombre otra vez a crecer y orar.
GUIZOT
Las
más potentes almas perciben intuitivamente la verdad y son de más ingeniosa índole.
Estas almas se salvan por su propio esfuerzo.
PROCLO
La
fe ha de ser la corroboradora de la imaginación, pues por la fe se establece la
voluntad... En todas las obras mágicas,
es requisito indispensable la firmeza de voluntad. Las artes no tienen reglas
fijas y ciertas, porque los hombres no saben imaginar ni creer en el resultado
eficaz de lo que imaginan.
PARACELSO
Puesto
que el alma evoluciona perpetuamente y en determinado tiempo pasa a través de
todas las cosas, se ve luego precisada a retroceder por el mismo camino y a proceder
en el mismo orden de generación en el mundo, porque tantas cuantas veces se repiten
las causas, otras tantas han de repetirse los efectos.
FICIN
La
luz astral, en el momento de la concepción, se transforma en luz humana, de que
se reviste el alma como de primer envoltorio y, combinada con los más sutiles
fluidos, forma el cuerpo etéreo, que ya no se desprende por completo del cuerpo
hasta el momento de la muerte.
ELIPHAS
LEVI
Sin
un fin peculiar es el estudio artificiosa frivolidad de la mente.
YOUNG
Empezamos
las investigaciones en donde las modernas conjeturas pliegan sus engañosas
alas. Y con nosotros están los elementos científicos que los sabios del día
desdeñan por quiméricos o con prevención los miran como arcanos
insondables.
El
espejo del alma no puede reflejar a la vez la tierra y el cielo. La tierra
desaparece de la superficie luego que el cielo se retrata en el fondo.
BULWER
Millones
de seres espirituales recorren la tierra y no les vemos, ni cuando estamos
dormidos ni cuando estamos despiertos.
MILTON
Nuestro
más arduo negocio es redimirnos de la esclavitud de la vida senciente y vencer
los titánicos elementos de nuestra naturaleza carnal por medio de la
divina.
CICERÓN
La
química llegó en tiempos antiguos a una altura no alcanzada ni siquiera
bordeada por nosotros.
WENDELL
Los
conocimientos científicos de los primitivos tiempos de la sociedad humana eran
mucho mayores de lo que los modernos suponen, pero estaban cuidadosamente
velados en los templos a los ojos del vulgo y tan solo a disposición de los
sacerdotes.
A.
THOMSON
El
testimonio de la existencia del espíritu es inasequible en las condiciones de
la vida terrena, puesto que escapa a toda experimentación, y por numerosas que
sean sus pruebas, no cabe esperanza de hallarlas. Nuestro fracaso en este
empeño no es seguramente de valor contra la existencia del espíritu. En este
concepto, la creencia en la vida futura carece de base científica, porque en
manera alguna la necesita, ni es posible someterla a la crítica de los científicos.
FISK
La
voluntad es la potencia capital y superior de todas. La voluntad del creador
puso en movimiento todas las cosas. La voluntad es atributo de todas las
entidades espirituales y se desenvuelve con tanta mayor actividad cuanto más
libre está de la materia.
VAN
HELMONT
¿Por
qué esta placentera esperanza, este hondo deseo, este ardiente anhelo de espiritualidad?
¿Por qué el secreto temor, el íntimo espanto de caer en la nada? ¿Por qué se
encoge el alma en sí misma y tiembla a la sola idea de aniquilación? Es la
divinidad que en nuestro interior se agita. Es el cielo que señala nuestro
porvenir y revela la inmortalidad del hombre. ¡Oh, eternidad, encantadora y
pavorosa idea!
ADDISON
Al
tratar de la fe, como ésta no es en esencia sino cosa de voluntad, no de razón,
como creer es querer creer, y creer en Dios ante todo y sobre todo es querer
que le haya. Y así, creer en la inmortalidad del alma es querer que el hombre
sea inmortal, pero quererlo con tanta fuerza que esta querencia, atropellando a
la razón, pase sobre ella
No
comprendo a los hombres que me dicen que nunca les atormenta la perspectiva de
allende la muerte, ni el anonadamiento propio les inquieta; y por mi parte no
quiero poner paz entre mi corazón y mi cabeza, entre mi fe y mi razón; quiero más
bien que se peleen entre sí. En una palabra, que con razón, sin razón o contra
ella, no me da la gana morirme. Y cuando al fin me muera, si es del todo, no me
habré muerto yo, esto es, no me habré dejado morir, sino que me habrá matado el
destino humano. Como no llegue a perder la cabeza, o mejor aún que la cabeza,
el corazón, yo no dimito de la vida, se me destituirá de ella.
UNAMUNO
Si
alguien no cree en estas cosas, guarde para sí su opinión y no contradiga a
quienes por ellas se ven inclinados a la práctica de la virtud.
JOSEFO
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