¡Por fin! nos hemos decidido (antes no podíamos por falta de espacio…) a solicitar la acogida de un niño/a saharaui para este verano. Desde siempre hemos sentido simpatía por ese pueblo injustamente expulsado de sus tierras y obligado a una casi imposible supervivencia en el desierto. Todo lo que tienen –alimentación, ropa, medicamentos– les llega por medio de la ayuda humanitaria, caravanas de camiones que deben superar miles de kilómetros expuestos a la rapiña de bandas nómadas.
Podemos ayudar a dar sentido la vida de un niño/a, que pueda salir del desierto y observar con óptica diferente la situación de su pueblo, y saber que tienen un gran respaldo solidario en otras partes del mundo, darle esperanza. Quizá eso sea posterior, lo principal en estos dos meses es proporcionarle la atención médica que necesite y una buena alimentación –ya que es habitual que lleguen en alto grado de desnutrición–, además de que pueda llegar a sentirse como en familia y, ¿por qué no? disfrutar de algunos lujos que estaban totalmente fuera de su alcance.
Hay quien piensa que es contraproducente, perjudicial y hasta traumatizante el shock que pueden sufrir algunos con este cambio tan radical, que es mejor que permanezcan en la ignorancia del mundo que les rodea. Me parece cruel y egoísta esta postura, no tiene en cuenta la injusticia que se está cometiendo, condenados a sobrevivir en la miseria bajo condiciones extremas. Ellos pueden cambiar algún día la situación de su pueblo.
También aquí habría que recuperar la memoria histórica, cuando una vez tuvieron la ciudadanía y protección españolas que les fue arrebatada impunemente. Un acto de justicia sería devolvérsela a los jóvenes, para que pudieran cursar estudios en nuestro país y alcanzar una formación que les permitiera actuar en el concierto internacional a favor de su libertad, y recuperar su territorio lo antes posible.
En fin, todas estas consideraciones y muchas otras me envuelven ahora… será una experiencia de calado emocional.
Cuánto me alegro, niño :-D
ResponderEliminarSeguro que él estará encantado y vosotros lo mismo. Y cuando vuelva a su tierra os recordará con muchísimo cariño.
Ya nos irás contando, pero de verdad es algo que me parece altruista y buenísimo para aquellos niños.
Mil besos (esta vez son más porque la noticia que nos has dado lo merece). Otro día igual te doy menos, jejeje
No sé si será cosa de altruismo, Marisa, con solo pensar que lo quitamos del desierto en los meses de más calor, ya me vale. Y no creas, tenemos que pagar su ida y vuelta en avión, unos 700 €, que puede que los recuperemos participando en las actividades que la Asociación emprende a lo largo del año. Al ser el primero vendrá un niñ@ de seis o siete años, y si sale bien podrá venir cada año hasta que cumpla los 12.
EliminarUn abrazo, ya contaré las novedades!
Conozco gente que lo ha hecho también. Y al menos en su caso, sí, siempre vino la misma niña con ellos los veranos, justo hasta sus doce años, como dices.
ResponderEliminarEsperaré las novedades, tenlo por seguro ;-D